¿Alguna vez te has encontrado scrolleando por TikTok, viendo un desfile interminable de cuerpos “perfectos” y rutinas de ejercicio que parecen imposibles? O quizás, te topaste con un video de what I eat in a day (lo que como en un día) con porciones que apenas alcanzan para un pajarito, o esos famosos body checks (revisiones del cuerpo frente al espejo) donde se celebra la delgadez extrema.
Si te suena, no estás sola. En la era digital, donde las tendencias virales se esparcen a la velocidad de un clic, es fácil sentirse abrumada por los mensajes que recibimos a diario sobre los estándares de belleza. Una de estas tendencias cuestionables es el SkinnyTok.
¿Qué es el SkinnyTok?
El SkinnyTok, surge de la unión de skinny (delgada) y TikTok. Es un tipo de contenido dentro de la plataforma que, de forma sutil o explícita, nos hace creer que la delgadez extrema es sinónimo de salud y valor personal. Lejos de ser una moda pasajera, esta tendencia es una peligrosa reinvención de la cultura de la dieta, ahora disfrazada de "bienestar" o "disciplina".
De acuerdo con la Alianza Nacional para los Trastornos de la Alimentación en Estados Unidos, el hashtag #SkinnyTok, con más de medio millón de publicaciones, promueve comportamientos alimenticios desordenados al glorificar la delgadez y despreciar el aumento de peso.
Frases como: "Eat small, be small. Eat big, be big" (Come poco, sé pequeña. Come mucho, sé grande) o "Nada sabe mejor que sentirse delgada” son solo algunos de los mantras tóxicos que circulan, dejando claro que las mujeres sólo serán válidas o atractivas si están delgadas.
Aunque TikTok ha tomado medidas bloqueando el hashtag #SkinnyTok y redirigiendo a recursos de apoyo para la salud mental, la vigilancia sigue siendo indispensable.
¿Cuál es el impacto del Skinny Tok?
La exposición constante al contenido del Skinny Tok puede tener un impacto profundo en la salud mental y física de las personas, especialmente en adolescentes y mujeres jóvenes.
En entrevista para La Cadera de Eva, la psicóloga María Mejía explica que este tipo de contenido puede dañar la autoestima y distorsionar la imagen corporal porque nos hacen responsables de nuestro peso sin considerar factores como el estrés, problemas de salud, cambios hormonales, sueño o metabolismo.
Otros impactos a la salud mental son la ansiedad y la vergüenza corporal al sentir presión por cumplir con ideales de belleza poco realistas.
El SkinnyTok también tiene consecuencias para la salud física. En entrevista para La Cadera de Eva, la nutrióloga Aranza Quiñones explica que el SkinnyTok incrementa el riesgo de trastornos alimenticios como la anorexia, bulimia y los atracones al fomentar conductas como la restricción alimentaria, el conteo obsesivo de calorías o el ejercicio compulsivo.
La experta también advierte sobre alteraciones hormonales, pérdida de la menstruación, infertilidad y deficiencias nutricionales como las de hierro, calcio, vitaminas y minerales. Pero sobre todo enfatiza que el SkinnyTok distorsiona el concepto de salud al presentar la delgadez como la única forma de estar “sana”, ignorando la diversidad corporal y que estar saludable va más allá del peso o la apariencia.
¿Cómo identificar contenido saludable o dañino en las redes?
Es crucial saber diferenciar el contenido útil del que puede ser perjudicial. Aranza Quiñones nos brinda indicadores claros para reconocer contenido saludable:
No satanizar alimentos: un contenido saludable no clasifica los alimentos como "buenos" o "malos", sino que promueve la variedad, el equilibrio y una relación más libre con la comida.
Promover hábitos sostenibles: se enfoca en soluciones a largo plazo, evitando las promesas de resultados extremos, fáciles o rápidos.
Tener respaldo profesional: el contenido debe estar avalado por un equipo profesional multidisciplinario, que incluya nutriólogos, médicos y psicólogos.
Fomentar el bienestar integral: prioriza la salud y el bienestar general, no solo la estética, promoviendo la aceptación corporal y la salud en todas las tallas.
La nutrióloga también señala red flags de contenido dañino:
- Metas de peso extremadamente bajas o poco realistas.
- Mensajes que asocian "menos comida" con "mejor cuerpo".
- Promoción de dietas muy restrictivas o ayunos prolongados sin guía profesional.
- Presentar cuerpos muy delgados como únicos y válidos.
Pero, ¿por qué nos sentimos atraídas a estos contenidos? María Mejía menciona que varios factores psicológicos contribuyen a esta atracción:
- Necesidad de control: en momentos de ansiedad o caos, controlar la comida o el cuerpo puede dar una falsa sensación de orden.
- Baja autoestima: buscamos aprobación externa o validación a través de nuestra apariencia física.
- Aprendizaje social: las influencias culturales, familiares y de los medios asocian la delgadez con éxito y belleza.
- Trauma o bullying corporal: experiencias pasadas de burlas o rechazo pueden fomentar la obsesión por cambiar el cuerpo.
El Skinny Tok no es un fenómeno aislado; forma parte de lo que la filósofa Sayak Valencia denomina el "asedio estético". Este concepto describe cómo, a través de los medios digitales, se nos presentan ideales aspiracionales de vida y consumo a los que la mayoría no tiene acceso, lo que genera una desmovilización interna y malestar.
En esta nota, Sayak Valencia explica que la feminidad ha sido un "laboratorio de experimentación" para este asedio, controlando a las mujeres a través de la dieta y la inseguridad con el físico. Este asedio está ligado a una economía que lucra con nuestra inseguridad, presentando la búsqueda de belleza como la única vía para la reafirmación social.
¿Cómo cambiar la relación con mi cuerpo?
Es fundamental recordar que la belleza y la salud vienen en todas las tallas. Aquí te dejamos algunas estrategias prácticas que nos dan ambas expertas:
- Filtra tu contenido: sigue cuentas que promuevan la diversidad corporal, la autoaceptación y la salud integral.
- Evita la autocrítica: reemplaza los pensamientos negativos con afirmaciones compasivas.
- Rodéate de personas que no comentan sobre cuerpos ajenos: tu entorno influye mucho en tu percepción corporal.
- Prueba el movimiento consciente: haz ejercicio que te haga sentir bien (bailar, caminar, yoga), no que castigue tu cuerpo.
- Cambia el enfoque de peso a salud: valora cómo te sientes en lugar de cómo te ves.
- Quita etiquetas a los alimentos: no hay alimentos "buenos" o "malos"; promueve la variedad.
- Escucha a tu cuerpo: come cuando tengas hambre y para cuando estés satisfecha.
- Busca ayuda terapéutica: si sientes que necesitas una guía para llevar a cabo estos pasos, o si te sientes abrumada, un profesional puede ayudarte.
- Desafía los estándares de belleza: recuerda que son construcciones sociales, no verdades universales.
¿Cómo identificar si tengo un problema?
Es importante estar atenta a las señales de alarma y aprender a identificarlas. María Mejía indica que podrías estar desarrollando un trastorno alimenticio o un problema de imagen corporal si:
- Tienes pensamientos recurrentes obsesivos con el peso, la comida o el ejercicio.
- Sueles saltarte comidas o restringir severamente.
- Comes a escondidas o con culpa.
- Sientes un miedo intenso a subir de peso.
- Evitas mirarte al espejo o usas ropa para ocultar el cuerpo.
- Tienes cambios de humor constantes, te aíslas o tiendes a la irritabilidad.
- Evitas eventos sociales por la comida o sientes un miedo extremo a guardar (aumento de peso) o un exceso de ejercicio.
Si te identificas con varios de estos síntomas, hablar con un profesional de la salud mental es un primer paso clave. Las terapias como la Cognitivo-Conductual (TCC), la Dialéctico-Conductual (TDC) y la Terapia centrada en la Compasión pueden ser muy efectivas, de acuerdo con la psicóloga María Mejía. Además, el enfoque HAES (Health At Every Size) promueve la salud sin enfocarse en el peso, y la terapia nutricional con profesionales especializados en TCA es fundamental.
Si ves a alguien luchando con su imagen corporal o posibles trastornos alimenticios, María Mejía aconseja hablar con empatía y sin juicio, evitando comentar sobre peso, comida o apariencia. Escucha más de lo que hablas y sugiere ayuda profesional sin presionar.
Si quieres más información puedes contactar a ambas expertas a través de sus redes sociales:
Aranza Quiñones
- Instagram: nutriologa.aranzaqb
- Facebook: Nutriologa Aranza Quiñones
María Mejía
- Instagram: @psicmaria_mejia
- Facebook: María Mejía