¿Estás pensando en abortar y no sabes por dónde empezar? ¿Te preguntas cuáles son tus derechos, qué opciones existen o a quién puedes acudir para sentirte acompañada y segura?
Contar con recursos para abortar no es un lujo, es una cuestión de salud y justicia de género. La lucha por el aborto libre, seguro y gratuito, sin criminalización ni estigma, coloca en el centro de la discusión la autonomía corporal, así como las brechas de pobreza y desigualdad que condicionan quién puede decidir y quién no.
Garantizar el acceso al aborto implica asegurar recursos materiales, médicos, legales y comunitarios que permitan a mujeres y personas gestantes tomar decisiones autónomas, y que el procedimiento se realice de manera segura, acompañada y digna.
Por ello, de la mano de Mara Zaragoza, subdirectora de fortalecimiento a las vías de acceso para el aborto seguro en IPAS, Latinoamérica, y de María Patricia Matus, cofundadora de la Red Marías Acompañantes Aborto Seguro del Estado de México, reunimos en esta guía los pasos, recursos recomendaciones para acceder a información segura sobre el aborto y el paso a paso de qué hacerlo en casa.

El primer paso: informarse
Para Mara Zaragoza, lo primero que debe hacer una persona que considera un aborto es informarse sobre sus derechos. En un contexto donde aún persisten barreras y estigmas, el acceso a información confiable se convierte en una herramienta esencial para la toma de decisiones autónomas.
Para empezar debes saber que en Ciudad de México el aborto es legal hasta las 12 semanas desde 2007 y puedes hacerlo gratuitamente las Unidades Médicas y Hospitales del servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Aunque ojo, el aborto también puede solicitarse en casos de violencia sexual, riesgo a la salud, alteraciones congénitas o genéticas graves.
Ipas y Zaragoza recomiendan acceder a ile.salud.cdmx.gob.mx, la página oficial de la Secretaría de Salud que contiene información sobre en qué consiste el procedimiento, los requisitos, la ubicación de las unidades médicas por alcaldía y zona y una sección de respuestas a dudas frecuentes que van desde a quién dirigirte una vez que llegues a la Unidad Médica hasta si puedes utilizar un método de planificación familiar si hiciste una ILE.
El Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva lanzó el Directorio de Servicios de Aborto Seguro (SAS), un recurso de alcance nacional que incluye un mapa que identifica todas las unidades de salud habilitadas en el país, incluyendo las de la Secretaría de Salud (ahora IMSS-Bienestar) y las del ISSSTE.
Si deseas explorar otros recursos, IPAS diseña micrositios informativos para varios estados, disponibles en su página web ipaslac.org. Estos micrositios explican en qué consiste un aborto seguro, los métodos disponibles, qué dice la ley estatal y difunden directorios de servicios.
El siguiente paso: decidir
Una vez con la información necesaria, el siguiente paso es decidir cómo quieres vivir el procedimiento —económicas, emocionales, de salud o simplemente porque no deseas un embarazo— y todas son válidas, nos explica Mara Zaragoza. Recuerda que lo más importante es que la decisión sea personalmente elegida, autónoma y libre de coerción.
Decidir también implica preguntarte qué necesitas para atravesar el aborto con cuidado: ¿quieres vivirlo en casa o en una clínica?, ¿prefieres hacerlo en compañía o en intimidad?, ¿qué recursos emocionales, médicos o legales pueden darte tranquilidad?
Paso tres: elegir un método o procedimiento
Aunque aún no es una garantía universal, el avance de la lucha por el derecho al aborto y a la autonomía corporal en México ha permitido que exista el privilegio de elegir la manera en que se quiere vivir el procedimiento.
Por ello, una vez informada y con una decisión tomada, puedes optar por una de las siguientes vías, todas consideradas válidas.
Autogestionar el aborto con medicamentos siguiendo indicaciones correctas: buscar, comprar y usar los medicamentos por tu cuenta, siguiendo las indicaciones correctas para un procedimiento seguro. Autogestionar un aborto suele hacerse con medicamentos como mifepristona y misoprostol, o solo misoprostol si no se cuenta con la primera. Ambos esquemas son seguros y recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Recurrir a redes de acompañamiento para no pasar por el proceso sola: si no quieres estar sola pero prefieres no ir a un servicio de salud, puedes optar por una red de acompañamiento como Marías Acompañantes o Michis Aborteros, donde otras mujeres te acogen, escuchan y apoyan durante el proceso.
Acudir a un servicio de salud público para un procedimiento ambulatorio con medicamentos o una aspiración endouterina: también puedes ir a una clínica u hospital para realizar el procedimiento. Las opciones incluyen un tratamiento ambulatorio con medicamentos para inducir la expulsión del contenido uterino o una aspiración endouterina (AMEU), un procedimiento para extraer el contenido dentro del útero mediante succión.
Después del aborto: el autocuidado
Abortar implica sumergirse en un torbellino de emociones, para algunas personas esto puede traer seguridad, tranquilidad y alivio, y para otras, la decisión es más compleja, sin embargo, ambos sentimientos demuestran mucha agencia. El cuerpo merece ser cuidado tanto durante un embarazo como durante un aborto.
En palabras de Mara Zaragoza, se puede vivir el procedimiento “amorosamente con su propio cuerpo”, combatiendo el estigma que puede venir de la sociedad o de una misma. Después del procedimiento, el aborto te pone de frente con diferentes alternativas sobre tu vida reproductiva y este es un momento para tomar una decisión sobre el autocuidado futuro en donde se debe pensar: ¿deseo utilizar un método anticonceptivo o dejar esa decisión para más adelante?
¿Y qué pasa si quiero abortar en casa?
En caso de escoger un aborto de manera autogestiva, María Patricia Matus nos recuerda que el aborto autogestivo con misoprostol es el método más común que explican las acompañantes.
Para Marías Acompañantes, su labor significa “poner herramientas que te permitan decidir sobre tu cuerpo”. El método autogestivo empodera a la persona, permitiéndole tener el control sobre su propio proceso en un espacio seguro y elegido por ella misma, en lugar de depender exclusivamente de un sistema médico que a menudo es hostil o inaccesible.
El acompañamiento que brindan se apega a los protocolos de la OMS que utilizan misoprostol y mifepristona, esta es una opción científicamente validada, segura y efectiva cuando se realiza con la información y el seguimiento correctos.
“Recuerden que es su cuerpo y su decisión, que las razones por las que decidan tomar esto son solo suyas y que no le deben ninguna explicación absolutamente a nadie más que sentirte bien, sentirte segura”. (María Matus)
Si deseas abortar de manera autogestiva, revisa los siguientes pasos con atención o acércate a colectivas de acompañamiento como Marías Acompañantas en redes sociales.

Lo que debes tomar en cuenta es:
Preparación y Materiales Necesarios
1. Confirmar el embarazo: el primer paso es confirmar el embarazo con una prueba de sangre, orina o rápida y, si es posible, con un ultrasonido para saber las semanas exactas de gestación. Esto ayuda a determinar el protocolo a seguir.
2. Comprar los insumos: Marías Acompañantes divide los insumos en indispensables y opcionales pero recomendados:
Indispensables: Una caja de misoprostol, un analgésico (puede ser ketorolaco o ibuprofeno) y toallas sanitarias de flujo abundante. No se recomienda usar tampones o la copa menstrual durante el proceso.
Opcionales pero recomendados: Un termómetro, suero (de sabor o natural), tés sin cafeína, gelatina, manzanas, agua mineral, una compresa caliente para el vientre, toallitas húmedas y algo para distraerte (un libro, una serie).
3. Buscar apoyo emocional: es muy importante contar con una amiga, amigue o una persona de confianza que te brinde apoyo emocional. Mantener la calma es fundamental para que el proceso fluya mejor.
Paso a paso de abortar con pastillas
El protocolo consiste en tres tomas de cuatro pastillas cada una, con un intervalo de tres horas entre cada toma.
1. Primera toma: coloca cuatro pastillas de misoprostol debajo de la lengua y espera 30 minutos a que se disuelvan. Pasado ese tiempo, pasa los restos con agua. (Ejemplo: si inicias a las 9:00 a.m.).
2. Segunda toma: tres horas después de la primera toma, repite el proceso: coloca otras cuatro pastillas debajo de la lengua, espera 30 minutos y pasa los restos con agua. (Ejemplo: 12:00 p.m.).
3. Tercera toma: tres horas después de la segunda toma, realiza el mismo procedimiento por última vez. (Ejemplo: 3:00 p.m.). Es fundamental terminar todo el protocolo, incluso si el sangrado comienza después de la primera o segunda toma. Si vomitas durante los 30 minutos en que la pastilla se disuelve, debes repetir esa toma.
Cuidados y monitoreo durante el proceso
1. Monitorea los síntomas: vigila tu sangrado (olor, color y flujo), así como tu temperatura.
2. Manejo de cólicos: si tienes cólicos fuertes, puedes usar una compresa caliente en el vientre en lugar de tomar un analgésico de inmediato.
3. Mantente tranquila e hidratada: Bebe suero si tienes vómitos o náuseas. Los tés sin cafeína y las manzanas pueden ayudar a recuperar energía. Es normal ver mucha sangre, similar a una menstruación abundante, por lo que es importante no asustarse.
4. Alimentación: evita alimentos grasos y descansa lo suficiente.
Señales de alerta y contraindicaciones
Es importante prestar atención a posibles reacciones alérgicas durante la primera toma. Algunos de los efectos pueden ser hinchazón en la lengua, comezón, aparición de granitos o dificultad para respirar (garganta cerrada). Si esto ocurre, debes pausar el procedimiento y buscar otras opciones como la mifepristona.
¡Recuerda!
No debes usar este protocolo si:
1. Tienes un dispositivo intrauterino (DIU).
2. Tuviste una cesárea hace menos de 6 meses.
3. Tu embarazo es ectópico.
Cuidados posteriores
1. Higiene: usa toallas sanitarias en lugar de tampones o la copa menstrual durante al menos un mes para evitar infecciones.
2. Actividad sexual: se recomienda evitar el coito (penetración) para prevenir una posible infección.
Si decides seguir estos pasos, recuerda: tu cuerpo es sabio. Escúchalo, cuídalo y dale tiempo para recuperarse.