Las colectivas feministas que acompañan a mujeres en sus procesos de aborto son clave en la lucha por los derechos reproductivos en un país donde el acceso a la interrupción legal del embarazo no es el mismo para todas. Hasta ahora solo 13 entidades han modificado sus leyes para que el aborto se elimine de sus códigos penales. 

Estas redes de apoyo no solo ayudan a que el aborto sea más seguro, sino que también brindan contención emocional y crean espacios sororos donde las mujeres no se sienten juzgadas ni solas. Ellas se encargan de dar acompañamiento emocional y orientación legal si es necesario. Ya sea un aborto con pastillas o en una clínica, las acompañantas están ahí para acuerpar a quienes deciden interrumpir su embarazo.

Son las redes de cuidados que nos sostienen para abogar por nuestra autonomía ante una ausencia de Estado que no garantiza el acceso a un aborto seguro, gratuito, libre e informado. 

Poner el cuerpo no es una tarea fácil. Las acompañantas que defienden el derecho a decidir ante la ausencia de servicios médicos eficaces se enfrentan al estigma y a la violencia institucional por la labor que hacen. Se estima que el 77% de ellas ha enfrentado violencia verbal y el 50% de ellas ha sido víctima de acoso, de acuerdo con la Encuesta Internacional de Personas Proveedoras y Acompañantes de aborto de 2020 elaborada por IPAS Latinoamérica.

Esta misma encuesta reveló también que las razones más importantes que llevan a una acompañanta a dedicarse a esta labor están relacionadas con la necesidad de ayudar y de buscar el acceso a los derechos y a la salud de las mujeres en las comunidades donde trabajan.

En otros casos su propia experiancia de atravesar por un aborto o haber sido testigos de los procedimientos y sus complicaciones en los servicios de salud, fueron cruciales para formarse como tal. Aunque esto muchas veces hace que vivan bajo el estigma, sean juzgadas o discriminadas, pues la mayoría de ellas lo hace de forma voluntaria

Acompañar en un aborto no solo es un acto de solidaridad, también es un acto político. Las colectivas luchan por el derecho al aborto libre, seguro y gratuito, y al hacerlo, desafían las leyes y normas patriarcales que controlan el cuerpo de las mujeres

A propósito del 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, en La Cadera de Eva conversamos con las integrantas de colectivas de distintos puntos del país: Marea Verde Altas Montañas, de Veracruz; la Red Feminista Atlixco de Puebla y Red Marías Acompañantes Aborto Seguro, del Estado de México.

Aquí te compartimos sus historias:

La lucha por el aborto en el Edomex

 "Nuestra red nació para acompañar a mujeres y personas gestantes en la toma de decisiones libres sobre sus cuerpos, especialmente en el aborto", dice María Patricia Matus, cofundadora de la Red Marías Acompañantes Aborto Seguro Estado de México.

"El acompañamiento es fundamental porque brinda apoyo emocional y físico en un momento vulnerable. Nuestra labor no es solo proporcionar información, sino dar confianza y herramientas para que las mujeres tomen la mejor decisión", dice María. 

El acompañamiento no solo trata de brindar información sobre medicamentos o procesos, es un abrazo que dice "no estás sola”. Esta red atendió más de 500 casos durante la pandemia y 300 en el último año, y ha identificado patrones y mejorado sus servicios.

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"En ese momento, las mujeres necesitan saber que su decisión es válida y que no están cometiendo un error. Necesitan saber que son capaces de tomar decisiones sobre sus propios cuerpos", dijo María. 

Sin embargo, la lucha por la despenalización del aborto en el Estado de México enfrenta obstáculos significativos. Entre los obstáculos, María menciona:

  • La falta de voluntad política para avanzar en la despenalización.
  • La influencia de grupos religiosos y conservadores en la política estatal.
  • La estigmatización y el estigma social en torno al aborto.
  • La falta de acceso a servicios de salud seguros y confiables en áreas rurales y marginadas.

A pesar de estos desafíos, la Red Marías Acompañantes sigue trabajando incansablemente. "Necesitamos educación sexual integral y luchar contra los tabúes y estigmas", enfatizó María, quien también destacó la necesidad de un manual de acompañantes de aborto en lenguas indígenas. "Tenemos compañeras en el norte del Estado de México que acompañan a mujeres en mazahua, pero no hay recursos adecuados", lamentó. 

"La educación sexual integral es fundamental para derrocar los juicios y estigmas que rodean el aborto. Nuestra lucha no es solo por los derechos reproductivos, sino por la libertad y la autonomía de las mujeres y personas gestantes", finalizó María.

El pasado 19 de septiembre más de 50 colectivas feministas presentaron una iniciativa de ley ante el Congreso del Estado de México para despenalizar el aborto, garantizando acceso seguro y gratuito a servicios médicos en salud sexual y reproductiva. Esta iniciativa busca derogar los artículos 250 y 251 del Código Penal, que establecen penas por abortar y excepciones para no ser penalizada.

El proyecto de ley, impulsado por colectivas como Marías Acompañantes busca garantizar la salud sexual y reproductiva de las niñas, adolescentes y mujeres mexiquenses, con el principal objetivo el mejorar su acceso a servicios de salud sexual. 

La lucha abortista en Veracruz

A pesar de que el aborto se despenalizó en Veracruz en 2019, la Colectiva Marea Verde Altas Montañas, desde Orizaba, Veracruz, ha documentado casos en los que el personal de salud del Hospital General Regional de Orizaba, del IMSS o el Hospital regional del ISSTE, se ha negado a brindar el acceso a las mujeres que desean interrumpir su embarazo.

El principal obstáculo que detectamos, aunado a la falta de información, es que las instituciones federales les niega el servicio de interrupción a una a pesar de que, pues la normativa ha cambiado”, dice la activista Luz María Reyes Huerta, integranta de esta colectiva.

Foto: Cortesía
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La Colectiva Marea Verde Altas Montañas ha hecho un recorrido por las distintas clínicas del sector salud de las instituciones federales y ha documentado que en ninguna de ellas se brinda información sobre la ruta que hay que tomar si alguien desea interrumpir su embarazo, a dónde debe acudir o hasta qué semana de gestación puede hacerlo.

El Código Penal de la entidad establece que la interrupción del embarazo está permitid hasta las 12 semanas de gestación. “la mujer que se provoque o consienta que se le practique un aborto, una vez transcurridas las primeras doce semanas de gestación se le impondrán de 15 días a dos meses de tratamiento en libertad”, se lee en el artículo 150.

Marea Verde Altas Montañas nació en 2019 a raíz de un esfuerzo de distintas colectivas y activistas veracruzanas que se unieron primero para realizar un pañuelazo para exigir que la entidad despenalizar el aborto. “Nosotras quisimos hacer visible nuestra demanda y empezar a discutir, sobre todo porque nosotras vivimos en un estado bastante conservador y quisimos empezar a abrir ese debate público”.

Así fue como una protesta de pañuelazos se convirtió en una red que acompaña no solo a las veracruzanas sino también a otras mujeres de distintos estados que acuden a ellas para recibir orientación. 

Traducir los derechos a náhuatl

La investigación de la colectiva también documentó que en las zonas que están alejadas de los centros federales de salud como Ciudad Mendoza o Soledad Atzompa, hay muchas mujeres que hablan náhuatl u otras lenguas y muchas otras que no saben que pueden acceder al servicio de interrupción del embarazo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en Veracruz habitan más de millón 101 mil personas que pertenecen a una etnia, con mayor presencia los pueblos chinanteco, huasteco, mazateco, nahua, oluteco, otomí, sayulteco, tepehua, texistepequeño, totonaco y zoque. Ante este panorama, las leyes de acceso a la salud no son accesibles para todas ni todos.

Fue así como decidieron crear una Guía de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en lengua náhuatl para difundirla principalmente en la Sierra de Zongolica para que que las mujeres sepan a dónde acudir, cuáles son los pasos para seguir y conozcan que la interrupción del embarazo es un derecho al que pueden acceder. 

Actualmente siguen trabajando en la creación de esta guía y en la elaboración de un amparo legal con otras compañeras activistas como Abortistas MX para que acompañen a las veracruzanas a quienes se les nieguen los servicios de acceso al aborto.

A la Colectiva Marea Verde Altas Montañas no solo llegan casos de mujeres que buscan información para abortar. También les ha tocado acompañar casos de violencia de género, lo cual también las ha hecho crear protocolos de seguridad internos para acuerparse entre ellas. 

“Nuestra labor nos demanda mucho tiempo pero es una labor que nos gusta hacer y con mucho gusto contestamos a todas. Tenemos otros trabajos para sostenernos. Quisiéramos hacer muchísimas cosas más, pero a veces las condiciones no nos lo permiten”. (Luz María Reyes Huera)

Una lucha descentralizada en Atlixco, Puebla

El pasado 15 de julio de 2024 fue un día histórico para las colectivas feministas de la entidad de Puebla, porque después de años de lucha y de un amparo en 2022 por diversas colectivas para despenalizar el aborto en el estado, por fin se aprobó la interrupción legal del embarazo hasta la semana 12. 

Aunque en la capital de Puebla desde diciembre 2023, gracias al amparo que obtuvieron tres organizaciones Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), el Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS) y el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (ODESYR), el IMSS de la Margarita y el Hospital General de la Mujer estaban habilitados para dar el servicio de interrupción legal.

Sin embargo, no todas las mujeres podían acceder a este servicio, principalmente porque hay municipios que se encuentran a más de 3 horas de la capital poblana. Aunque Atlixco está a 40 minutos o máximo una hora de la capital, no todas podían viajar a interrumpir su embarazo. 

Y pese a la cercanía al municipio de Puebla, las mujeres de Atlixco vivían bajo la sombra y temor por la figura de la Iglesia Católica, la cual tiene un peso importante en la sociedad y sobre el cuerpo de las mujeres. 

Bajo este contexto, Lupita Cadena de la Red Feminista Atlixco, es acompañante de mujeres desde hace 10 años, tiempo en que ha detectado dos retos principales al momento de acompañar: las desventajas económicas y el difícil acceso a los medicamentos. 

Uno de los principales retos y que siempre es y que sigue siendo un tema a la fecha, aunque ya está la despenalización y aunque se han logrado muchas cosas, es el tema del acceso al medicamento”, explica la acompañante feminista. 

Las mujeres de Atlixco, en ocasiones, no tenían para comprar los medicamentos necesarios para la interrupción, por lo que tenían que comprar en colectividad; además, no en todas las farmacias les querían vender las pastillas.

Foto: Cortesía
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Recuerda que el primer acompañamiento oficial que tuvo lo vivió con el mismo miedo y estigma que la mujer a la que ayudó, pero eso la impulsó para seguir aprendiendo más y se capacitó en el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos.

“Yo comencé a realizar acompañamientos y el acompañamiento era como de boca a boca.En ese momento pues con todo el estigma y con todos los miedos que existen en torno al tema, pues era así como de, es que mi amiga tal me dijo que tú la ayudaste y quiero ver si me puedes ayudar a mí”, cuenta Lupita Cadena, a La Cadera de Eva. 

Finalmente, Lupita Cadena subraya que aunque el aborto ya esté despenalizado, no quiere decir que se garantice el servicio de salud, por lo que el trabajo de las acompañantas seguirá siendo necesario, principalmente en zonas más alejadas. 

“Se tuvo ahí una conversación con una compañera que ella había referido a una usuaria al servicio de salud público en el municipio porque había tomado la decisión de abortar y le negaron el servicio, le dijeron que ahí no se estaba realizando este aborto y pues bueno, es un tema porque ahora nos enfrentamos a este otro reto que es la accesibilidad por parte de los servicios de salud tanto estatales como federales”.

Desde la Red Feminista Atlixco seguirán proporcionando información y luchando para que el acceso al aborto seguro, legal y gratuito sea una realidad en su región. 

“Entonces las acompañantes vamos a seguir haciendo este acompañamiento que lo hemos hecho por años hasta que se pueda garantizar y como lo sabemos no va a ser al100%, pero que de alguna manera se reduzca esta carga económica para las mujeres”, finaliza Lupita Cadena.