La lengua materna es un elemento fundamental de la identidad cultural y la conexión con la comunidad. Pero ¿qué sucede cuando esta lengua se desvanece? ¿O cuando la voz de tus ancestros y ancestras se calla para siempre?
En México, un país con una rica diversidad lingüística, la lengua materna es un tesoro que se debe preservar. Sin embargo, para muchas personas, esta lengua es algo que se ha perdido o que nunca se ha aprendido.
Es el caso de Hortensia y Floriberta Silverio Crecenciano, dos hermanas originarias de un pueblito llamado Las Cruces donde habitan unas 670 personas, en el municipio de Chontla, Veracruz. En este lugar, se habla el huasteco, una lengua que pertenece a la familia lingüística maya y que se habla en 13 municipios de San Luis Potosí y en 10 de Veracruz, de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI).
En entrevista para La Cadera de Eva, ambas hermanas cuentan que, aunque crecieron en un entorno donde el huasteco era la lengua dominante, nunca aprendieron a hablarla. En su propia casa, la lengua materna se fue desvaneciendo, reemplazada por el español.
Floriberta, de 47 años, recuerda que cuando era niña, sus padres cambiaban de idioma cada vez que ella y sus hermanas se acercaban. La curiosidad la consumía, y se preguntaba qué estaban diciendo en huasteco.
Por eso, le gustaba visitar a una de sus tías, que no tenía reparos en hablar en su lengua materna frente a ellas. Aunque nunca aprendió a hablar huasteco, Floriberta siempre se sintió atraída por la riqueza y la musicalidad de su lengua ancestral.
"Me gustaba escucharla, aunque a veces no la entendía. Mis padres no nos hablaron en huasteco. No sé si fue por pena o porque no querían, pero no nos enseñaron” (Floriberta Silverio Crecenciano.)
Hortensia, de 50 años, explica que la escuela jugó un papel importante para que no aprendiera a hablar huasteco. Los profesores solo le hablaban a las y los alumnos en español y prohibieron a sus padres comunicarse en su lengua originaria.
En nuestro país hay 68 lenguas indígenas que se hablan en 25 estados del país. Sin embargo, muchas de estas lenguas están en peligro de desaparecer debido a la falta de hablantes y la falta de valoración de la lengua materna, según el INALI.
A pesar de la diversidad lingüística, la pérdida de las lenguas indígenas es un problema que afecta a muchas comunidades en el país. El principal factor que contribuye a la pérdida de las lenguas originarias es el desuso.
"La no transmisión de las lenguas de los padres a los hijos es un factor crítico en la pérdida de las lenguas" (Dr. Samuel Herrera Castro, responsable del Laboratorio de Lingüística de la UNAM.)
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 en México, hay 7 millones 364 mil 645 personas de 3 años o más que hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6% de la población total. Las lenguas indígenas más habladas en el país son el náhuatl, el maya y el tseltal, de acuerdo con los datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La educación ha jugado un papel contradictorio en la preservación y promoción de las lenguas originarias en México, explica entrevista para la Cadera de Eva, el Dr. Samuel Herrera Castro, responsable del Laboratorio de Lingüística de la UNAM y académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas.
“En la escuela los maestros les prohibieron a nuestros papás que ellos nos hablaran en huasteco porque era como vergüenza, algo rechazado por la sociedad, vernos siempre como algo insignificante por ser indígenas” (Hortensia Silverio Crecenciano.)
Por un lado, la educación ha sido utilizada como una herramienta para imponer el español y desplazar las lenguas indígenas, especialmente durante los años treinta y cuarenta lo que generó una ideología que asocia el hablar una lengua indígena con el atraso y la falta de prestigio.
La discriminación y el estigma hacia las lenguas originarias en la sociedad mexicana se refleja en la forma en que se critica o se burla de las personas que hablan lenguas indígenas o que tienen un acento o una forma de hablar diferente.
“Pensar que porque hablo español voy a tener una un mejor trabajo o voy a tener un mayor prestigio porque no se van a burlar de mí que hablo en la lengua indígena, es una ideología que se ha arraigado y se ve reflejada en que las comunidades dejen de hablarlas y vean ser bilingües como algo malo” (Dr. Samuel Herrera Castro.)
La lengua olvidada
La prohibición de hablar huasteco en la escuela fue solo el comienzo de la pérdida de la lengua materna en la familia de Hortensia y Floriberta. A medida que crecían, la lengua se fue desvaneciendo, reemplazada por el español.
Ahora, viviendo lejos de su comunidad natal, las hermanas Silverio Crecenciano sienten la nostalgia y la tristeza de haber perdido su lengua materna. Para ellas es una parte integral de su herencia cultural y su identidad como mujeres indígenas.
“Hay algunas palabras que entiendo, a veces con mis hermanas nos hablamos así y al decirnos in ulich (ya llegué en huasteco) nos sentimos conectadas. Es tan solo la palabra y es tan cortita, pero con mucho significado” (Hortensia Silverio Crecenciano.)
Floriberta coincide con su hermana, para ella la lengua huasteca es algo importante de su identidad cultural sobre todo porque su padre ha sido defensor de los derechos de su comunidad.
“Es un idioma de mis padres y es algo muy importante para pues para todos nosotros como indígenas que somos. Mi papá conoce muchas cosas del pueblo, le gusta estudiar las cosas a fondo me enorgullece mucho" (Floriberta Silverio Crecenciano.)
A ambas les hubiera gustado aprender a hablar huasteco para enseñarles a sus hijos, quienes han crecido en un entorno más urbanizado lejos de sus raíces indígenas.
“Es triste porque desafortunadamente por esa situación de que no nos enseñaron y nosotros no lo aprendimos, no podemos transmitirlo y se va perdiendo. Cuando están juntos mi papá y mi mamá se hablan en huasteco y nosotros pues los escuchamos y cuando ellos ya no estén, ya no lo vamos a escuchar más” (Hortensia Silverio Crecenciano.)
Foto: Cortesía
El habla como resistencia
La conexión con la lengua materna es especialmente importante para las comunidades indígenas, que han sido históricamente marginadas y excluidas de la sociedad. La lengua materna es un símbolo de resistencia y supervivencia, y es un elemento fundamental de la identidad cultural y la conexión con la comunidad.
Carmen Hernández Gómez, originaria de Zacate de Limón, en el municipio de Espinal, Veracruz, es una de las pocas personas que aún hablan totonaco, una lengua que se remonta a la época prehispánica y que es parte integral de la identidad cultural de su comunidad.
Carmen, de 52 años, cuenta en entrevista para La Cadera de Eva que aprendió el totonaco de sus padres, quienes le hablaban en esta lengua desde que era niña. A medida que crecía, también aprendió español en la escuela, pero nunca perdió su conexión con el totonaco.
"Me siento orgullosa de la lengua que conocemos y entonces cada que hablo yo por teléfono con mi mamá, yo sigo hablando con ella en totonaco. No me da pena, al contrario. Me siento orgullosa de hablar mi lengua" (Carmen Hernández Gómez.)
Para ella, hablar totonaco es más que simplemente comunicarse; es una forma de conectarse con sus raíces y su cultura. Por eso decidió enseñarles a sus hijos su lengua originaria, aunque no la hablan de manera fluida, ellos sí entienden algunas palabras y frases lo que les ayuda a comunicarse con sus abuela paterna, quien no hablan español.
“Esta lengua hermosa no debe de perderse, si no la guardamos nosotros esta cultura se va perdiendo porque ya se van acabando nuestros abuelos o papás que ya tienen edad avanzada y pues esto tiene que seguir alguien lo tiene que seguir compartiendo” (Carmen Hernández Gómez.)
Para Carmen es importante la preservación de las lenguas originarias, porque es parte fundamental de la identidad de las personas para que establezcan una conexión con su origen. Por eso teme que se pierda en su comunidad.
Medir el riesgo de extinción de una lengua originaria es un proceso complejo y difícil, ya que no se cuenta con datos concretos y actualizados sobre el uso y la transmisión de estas lenguas en México.
Sin embargo, el Dr. Herrera Castro menciona que hay indicadores que pueden sugerir que una lengua está en peligro, como cuando los adultos hablan la lengua, pero las y los niños ya no la hablan.
"No es por número de habitantes de una comunidad, puedes tener una comunidad muy chiquita que sean de 4 mil habitantes, pero los abuelos sí transmiten la lengua a los hijos, entonces, aunque sea un poquito es una lengua que está sana" (Dr. Samuel Herrera Castro.)
Responsabilidad del Estado
Desde el 2003, las lenguas indígenas son reconocidas como lenguas nacionales, de acuerdo con el artículo de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas. Ese mismo año también se creó el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) que ha realizado importantes avances, como la creación de un catálogo de lenguas indígenas que reconoce 364 variantes lingüísticas.
Sin embargo, el Dr. Samuel Herrera Castro señala que es necesario ir más allá y desarrollar políticas públicas más particulares y específicas para cada una de las variantes lingüísticas, basadas en la investigación y el conocimiento de las necesidades y usos de cada comunidad lingüística.
Esto se debe a que los modelos educativos actuales no son suficientes para enfrentar el desplazamiento lingüístico y que se necesitan modelos comunitarios que surjan de las propias comunidades para promover y preservar las lenguas originarias.
"Lo que necesitamos es tener políticas muy particulares que tienen que surgir a partir del conocimiento y la investigación y saber el uso que tiene cada una de las comunidades lingüísticas" (Dr. Samuel Herrera Castro.)
El papel de los hablantes de lenguas originarias también es importante, Carmen es consciente de ello y por eso está dispuesta a enseñarle totonaco a cualquier persona que le pregunte.
"Les enseñó las palabras que quieran saber. Hay mucha gente que quiere saber totonaco y yo estoy dispuesta a compartir mi conocimiento con ellos. Hay muchas lenguas diferentes, y eso es lo que hace que sea tan bonito, porque depende de nuestra lengua que conocemos, podemos compartirlo con otros hermanos" (Carmen Hernández Guzmán.)
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Paskat katsi atsa minit
(Muchas gracias por su visita, traducción del totonaco al español)
Tayej ku tsu’uxinej
(Nos vemos pronto, traducción del huasteco al español)