Gracias a su activismo Cecilia Flores ha ganado un notable reconocimiento, incluso ha aparecido en diversas listas de mujeres influyentes en México y el mundo, sin pedirlo ni desearlo, pues se vio obligada a convertirse en una madre buscadora tras la desaparición de sus hijos.
Antes de este suceso, Cecilia Flores se "dedicaba a ser feliz", viajaba con su esposo, administraba sus restaurantes de comida corrida, pero en 2015 tuvo que dejar atrás la vida que conocía, sus sueños, pasiones y familia para poder seguir con la búsqueda de su hijo.
"Antes de perder a mi primer hijo yo era feliz porque habían logrado tener lo que siempre quise, amor, una situación económica muy estable para mis hijos y para mí. Al perder a mi primer hijo se acabó toda la felicidad que habíamos logrado", comentó Cecilia Flores en entrevista con La Cadera de Eva.
En 2015, su hijo Alejandro desapareció cuando iba camino a su trabajo en los Mochis, Sinaloa. Cecilia afirmó que un comando armado se lo llevó junto a otras dos personas. Lamentablemente, la activista tuvo que vivir esta tragedia de nuevo, cuando en 2019, sus hijos Marco Antonio y Jesús fueron secuestrados en Bahía de Kino, Sonora. En mayo del mismo año logró recuperar a Jesús.
"Al perder a Alejandro pues yo siento que perdí la vida porque nunca me había separado de mis hijos y de un momento a otro ya no estaban conmigo, fue muy doloroso para mí. Al buscarlos en el 2019 ya tenía un poquito de práctica de lo que debía hacer cuando ellos desaparecieron, fue cuando empezamos a localizar a más personas porque ya sabíamos cómo buscar", explicó Cecilia Flores.
La vida antes de la desaparición
Cecilia Flores crió a sus seis hijos sola. "Yo soy madre soltera, mis hijos se criaron casi completamente solos, en algunas ocasiones estaban con mi mamá y en otras ocasiones solos en la casa porque yo tenía que trabajar todo el día para poder alimentarlos a todos", comentó.
Como la activista, el 48% de las madres solteras en 2022 eran jefas del hogar. El 78% trabajaban de manera subordinada y remunerada, mientras que sólo el 18% lo hacía por cuenta propia, de acuerdo con datos del Inegi.
"Mis hijos siempre fueron muy apegados a mí, yo fui soltera desde que nació mi hijo el menor y me divorcié de su papá. Yo los crié completamente sola, eran muy apegados a la familia, eran muy dependientes de mí", recuerda Cecilia Flores.
Una de las grandes pasiones de Cecilia es cocinar, incluso llegó a tener dos restaurantes de comida corrida. "Me gusta mucho la cocina y luego me gustaba mucho hacer tortilla de harina a mano; bueno, todavía les hago a mis hijos de vez en cuando, cuando se portan bien", dijo entre risas, "yo me mantuve vendiendo tortillas mucho tiempo", aseguró.
Poco a poco, Cecilia y su familia consiguieron tener una vida mejor, después de ser trabajadora del hogar, la activista logró poner una tienda. "Mi sueño cuando estaba chamaca era tener una tienda y tuve una, pero me di cuenta que estaba muy esclavizada y puse dos restaurantes", platicó Cecilia Flores con alegría.
La defensora de derechos humanos recordó que era dueña de dos restaurantes de comida corrida, "vendía todo tipo de comida, huevos al gusto y así diferentes comidas", expresó. Lamentablemente, después de la desaparición de sus hijos tuvo que cerrarlos.
"No tenía a alguien que me ayudara, solamente empleados que se embolsaban todo lo que vendía. Tuve que cerrar los restaurantes y dedicarme solamente a buscar a mis hijos", lamentó Flores.
Con el paso del tiempo, Cecilia Flores conoció a otro hombre con el que se casó y logró tener "una vida feliz, como la que siempre soñó para ella y sus hijos", mencionó. Pero la relación terminó cuando Cecilia tuvo que convertirse en madre buscadora de tiempo completo.
Todavía me gusta viajar, pero antes lo hacía por gusto ahora por necesidad
Cecilia Flores disfrutaba conocer diferentes partes del país en compañía de su exesposo. "Me gusta mucho viajar todavía y ahora lo hago más antes, pero ahora lo tengo que hacer por necesidad, por la búsqueda de los desaparecidos para el apoyo a las madres", mencionó.
De viajar por todo el país y ser administradora de sus negocios, la líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora tuvo que hacer a un lado la vida que conocía y en la que era feliz para dedicarse a buscar a sus hijos. "Ahora soy comerciante, vendo ropa interior y productos de belleza de Mary Kay con las mismas compañeras de búsqueda o con las autoridades también que me acompañan", dijo.
La venta de estos productos le ha permitido solventar sus gastos y continuar con los viajes alrededor del país para ayudar a otras madres, padres, hermanas y familias a buscar a sus desaparecidos. Esta es la única ayuda con la que cuenta.
Cecilia Flores se describe como una persona "muy romántica", compartió que disfruta escuchar la misma música que a sus hijos les gusta, pero su cantante favorita es Jenni Rivera, también adora las canciones románticas de Marco Antonio Solis, Bronco, Los Tukas y otros grupos.
El abandono del Estado
Desde que sus hijos desaparecieron el Estado fue omiso y negligente con Cecilia Flores y su familia, pues las autoridades no iniciaron de inmediato la búsqueda de sus seres queridos. "Tres meses esperando que las autoridades buscaran a mi hijo Alejandro, pero no fue así", narró.
El abandono y negligencia de las autoridades también son una constante a la que tienen que hacer frente las madres buscadoras y familiares de personas desaparecidas.
La activista menciona que después de que pasaran tres meses y las autoridades no presentaron ningún avance en la investigación de la desaparición de Alejandro, compró un pico y una pala para salir a buscarlo en los montes. "Hemos logrado encontrar a mucha gente, pero nadie con la identidad de mi hijo", lamentó.
Las madres buscadoras tienen que realizar la búsqueda de restos óseos en terrenos baldíos, desiertos, bosques, entre otros lugares.
Desde la desaparición de su hijo Alejandro, Cecilia Flores se unió a un colectivo de madres buscadoras para tratar de encontrarlo.
La defensora de derechos humanos afirmó que apenas estaba reponiéndose de la desaparición de Alejandro, cuando secuestraron a sus otros dos hijos, Marco y Jesús. "No me esperé tres meses, la búsqueda fue inmediata, por lo cual puede recuperar a uno con vida", enfatizó.
Se enfrenta a violencia y amenazas de muerte por su labor
Los colectivos de madres buscadoras han denunciado en reiteradas ocasiones las amenazas y violencia cometidas en su contra por seguir con la búsqueda de sus desaparecidos. Cecilia Flores forma parte del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Humanos y Periodistas tras las amenazas de muerte que ha recibido.
Cecilia Flores ha denunciado en reiteradas ocasiones que ha sido amenazada para que deje de buscar y, no sólo eso, también ha sido víctima de ataques directos, como cuando el 21 de abril del año pasado, hombres forzaron las cerraduras del refugio donde se encontraba. Pese a ser parte del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas en México, al activar el botón de pánico que le dieron, la ayuda tardó en llegar.
Explicó que el mecanismo sólo le brinda seguridad y un refugio en el que se puede quedar el tiempo que ella desee, pero no le ayuda con la investigación de la desaparición de sus hijos.
Al preguntarle si el mecanismo la hace sentir segura respondió "solamente en Sonora, porque sólo ahí tengo una seguridad permanente las 24 horas. Ahora me pasa en Sinaloa, también tengo una seguridad las 24 horas, pero cuando viajo a otros estados del país me siento desprotegida porque no cuento con la seguridad".
Agregó que aunque en otros estados se sienta insegura, no puede quedarse en su casa. "Tengo que irme a diferentes partes donde solicitan el apoyo para la búsqueda de su familiar", aseguró.
Durante el 2022 asesinaron a cinco madres buscadoras: María Carmela Vázquez en Guanajuato, Esmeralda Gallardo en Puebla, Rosa Lilián Rodríguez en Sinaloa, Ana Luisa Garduño Juárez en Morelos, Brenda Jazmín Beltrán en Sonora. Este año se registró el asesinato de Teresa Magueyal en Guanajuato.
Las investigadoras Mitzi Elizabeth Robles Rodríguez y Paola Alejandra Ramírez González afirman que la búsqueda que realizan los familiares de personas desaparecidas en campo abierto representa un grave riesgo para su seguridad, "debido al control territorial que tienen los grupos criminales y a la permisibilidad del Estado, ya sea por complicidad o connivencia".
Cecilia Flores admite que es muy doloroso cuando asesinan a otra madre buscadora, sin embargo, afirma que tiene "que seguir luchando".
"Siento mucho dolor porque las asesinan solamente por buscar a su hijo, por buscar a su desaparecido o familiar, cuando no le debemos nada a nadie, nuestro único pecado es amar, tanto que perdimos el miedo y seguiremos luchando, de pie en la búsqueda, ese es nuestro único delito el amar más a nuestro desaparecidos que nosotras mismas", lamentó Cecilia Flores.
Ha tenido que pedir permiso a grupos del crimen organizado para seguir buscando
Cecilia Flores vive en condición de desplazamiento y ha tenido que estar viviendo en diferentes estados debido a las amenazas y la violencia de la que ha sido víctima.
Esto la llevó a pedirle permiso a los grupos criminales que operan en Sonora para regresar y poder buscar a sus hijos desaparecidos, a inicios de enero de 2022. En el video que compartió a través de redes sociales, la líder de Madres Buscadoras de Sonora aseguró que no busca culpables ni justicia, sólo a sus hijos.
“Tengo la necesidad de seguir buscando a mis hijos, por lo cual, me veo en la necesidad de pedirles a ustedes, los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar y Caro Quintero y demás líderes, que no nos maten, que no nos desaparezcan, que no nos amenacen, que nos dejen seguir buscando a nuestros hijos", se escucha en el video.
Cecilia comparte que fue muy doloroso tener que pedirle permiso a los cárteles para seguir con su búsqueda, pues "tienes que pedir piedad y rogarles a las personas, que te quitaron la vida al quitarte a tu hijo", afirmó.
"Tenemos que humillarnos ante las personas que nos dejaron en esa situación que vivimos, pero no tenemos otra opción porque nos damos cuenta de que los que gobiernan realmente son ellos y tienen más poder que las autoridades porque los han rebasado", lamentó Cecilia Flores.
Sin embargo, Cecilia Flores también pide a las autoridades que hagan su trabajo. "Yo no quise ser una madre buscadora, así que creo que si las autoridades hicieron la búsqueda de nuestros desaparecidos, ellos volverían pronto a casa y nosotros no estaríamos arriesgando nuestra vida constantemente", criticó.
Buscar me hace sentir tranquila: Cecilia Flores
A Cecilia le gusta mucho leer y escribir, cuando tenía más tiempo libre "leía muchas revistas de esas de sentimentales y novelas. También me gustan leer cosas sobre la educación de los niños", compartió.
Como una forma de terapia, confiesa Cecilia, "escribía sobre todo lo que lo que hacía, lo que pasaba, lo que quisiera que pasara, pero pues ahora no tengo tiempo ni de leer los Whatsapp que me mandan en todo el día, siempre tengo libretas porque me gusta escribir de repente, pero pues no tengo chance".
Otra cosa en la que Cecilia Flores ha encontrado tranquilidad es en continuar con la búsqueda de sus hijos, asegura que buscar es lo que la anima a continuar.
"Cuando busco siento que estoy siendo útil para mis hijos, que es la única esperanza que tengo de que ellos vuelven a casa. Sé que si no salgo a buscar a mis hijos yo, nadie más lo va a hacer y es la necesidad que tengo de encontrarlos, la que me hace salir a los montes con pico y pala para buscarlos", concluye.
Este texto pretende que no olvidemos que las madres buscadoras no eligieron convertirse en activistas, se vieron forzadas a hacerlo debido a que el Estado las dejo solas.