En 2017, Valeria Macías se encontró por primera vez con su acechador en un salón de clases. A pesar de que solo le dio clases en cinco ocasiones, él comenzó a hostigarla y a mandarle hasta 300 correos electrónicos al día, también le enviaba links, documentos personales y fotografías por Instagram y Facebook.
Después comenzó a esperarla ocho horas afuera de su trabajo, la seguía, la observaba todo el tiempo y nunca dejó de enviarle mensajes en redes sociales. Así, pasaron los años y las autoridades no brindaron protección a Valeria, pues según ellos, su acechador no le estaba haciendo “nada” y tenían casos más importantes que atender, cuenta Valeria Macías en entrevista con La Cadera de Eva.
En septiembre de 2021, Valeria lo denunció pero parecían no escucharla, habló con muchas personas y fue a distintos lugares para que la ayudaran, pero no tuvo una respuesta favorable. Hasta que David Martínez, su acechador y exalumno, la amenazó de muerte y ella pidió auxilio a través de un video que se viralizó.
“Hubo un día en especial que me llamó y me dijo ‘hoy te voy a encontrar y te voy a matar’ y ese día fue cuando yo hice el video que se viralizó. Todas las autoridades que me habían dicho que no podían hacer nada al respecto, me dijeron que siempre sí podían hacer algo: lo buscaron durante tres días y después lo agarraron y lo metieron a la cárcel”, cuenta Valeria Macías en entrevista con La Cadera de Eva.
“La jueza dice que no hay delito que perseguir y que por ende lo tenía que dejar en libertad. Yo ahí le pregunté y ‘qué pasa si él sale y me mata’ y la juez enfrente de él y de mí me dijo: ‘es un riesgo que se corre’. Y entonces lo dejó libre tras ocho meses de prisión”, recuerda Valeria.
Pero no fue aprehendido por el acecho de años atrás, sino por algunos comportamientos que tenían índole sexual, como el delito de acoso sexual y de amenaza de muerte. “Pero aún así sumando todos los delitos no llegaban ni a cinco meses en la cárcel”, explicó la activista.
El camino para tipificar el acecho
La historia de acoso contra Valeria Macías motivó a impulsar la Ley contra el Acecho por parte de distintas organizaciones feministas en colaboración con el gobierno de Canadá.
Valeria comenzó a investigar y se dio cuenta de que en México, el acechar a alguien no es considerado como un delito, a diferencia de otros países como Canadá. De hecho este país fue clave para impulsar la iniciativa en nuestro país.
A través de la cooperación del Ministerio de Justicia de Canadá en conjunto con organizaciones de la sociedad civil como Nosotras Para Ellas, dirigida por la abogada Diana Murrieta, fue que se presentó el primer proyecto para tipificar el acecho como delito. A esta iniciativa también se sumó la organización, Repara Lumea, dirigida por la abogada Flor Rodríguez y la psicóloga Fernanda Morales.
Ambas organizaciones brindan asesoría jurídica, acompañamiento psicológico y talleres para víctimas de violencia en el país, por lo que el caso de Valeria Macías representó una lucha más para Nosotras Para Ellas y Repara Lumea.
Fue así que estas organizaciones comenzaron la batalla para que el acecho sea reconocido en el país y que tanto el caso de Valeria como el de las miles de mujeres que están en esta misma situación no queden impunes.
¿Cuál es la diferencia entre acoso y acecho?
En México, acechar no es un delito pero acosar sí y aunque pareciera que es lo mismo, en realidad no lo es. En el caso de Valeria, su acechador tenía un patrón obsesivo, aunque ella puso límites desde el inicio, él seguía insistiendo por varias vías de comunicación y la seguía por todos lados.
“En México, el acoso es un acto, puede ser solo una vez. Mientras que el acecho es una reiteración, puede ser de dos o más; digital y físico y no tiene índole sexual como el acoso”, explicó Diana Murrieta, abogada y promotora de la Ley contra el Acecho.
Una semana después de que David fuera puesto en libertad, la presión social se hizo llegar y las autoridades convocaron a otra audiencia en donde determinaron que había cometido un error al dejarlo libre y que tenía que regresar a la cárcel. Como la audiencia fue por videollamada y David estaba presente, pudo escapar y permaneció prófugo siete meses, entre julio de 2022 y febrero de 2023.
Posteriormente, él promovió un amparo y Valeria interpuso un recurso de revisión, sin embargo, resolvieron a favor de él y retiraron los cargos en su contra. Una semana después, David la volvió a buscar y ella lo bloqueó. Así, han pasado más semanas en las que el sujeto sigue libre y Valeria aún toma terapia psicológica y pierde oportunidades laborales.
“Me doy cuenta que el sistema de justicia en México está diseñado para que la víctima desista. Es muy complicado persistir y perseverar, la verdad es que te cansas mucho y en el camino se pierden muchas otras cosas. En México estos temas los ven malos, en mi trabajo me liquidaron, pero me dijeron: ‘te vamos a liquidar con más dinero para que no digas que fue por este tema’ y eso me ha cerrado puertas”, contó Macías.
El activismo y acompañamiento de mujeres que han vivido situaciones similares, han hecho que Valeria se sume a la promoción de la Ley contra el Acecho, pues hasta julio de 2024, sólo es considerado un delito en los estados de Guanajuato, Coahuila y Tamaulipas.
Por lo que la organización Nosotras Para Ellas continúa visibilizando el caso de Valeria, exigiendo que el acecho sea un delito en todo el país y trabajando en la prevención de violencia contra la mujer. La ley contra el Acecho propone una pena de seis meses a dos años de prisión, pues la prioridad de esta ley es prevenir que el acecho escale a otros tipos de violencia como un feminicidio.