Términos como escaleras rotas, techo de cristal y precipicios de cristal visibilizan distintas situaciones que las mujeres enfrentan para alcanzar mejores puestos de trabajo o ser líderes en el ámbito profesional. También existe otro concepto que ejemplifica estas barreras y es: piso pegajoso o sticky floor.
El término fue ideado por la doctora en sociología Catherine White Berheide en el artículo “En el trabajo; y ahora el suelo pegajoso” publicado en 1992. La experta definió este concepto como una imagen para encapsular la difícil situación de cientos de miles de mujeres atrapadas en empleos de bajos salarios y poca movilidad en el gobierno estatal y local.
En dicho artículo, Catherine exploró la desigualdad laboral en puestos gubernamentales de Estados Unidos, pues en aquel entonces, había tres millones de mujeres en puestos de gobiernos estatales y locales, pero el 55% estaba en condiciones precarias y eran mal remuneradas.
A partir de esta publicación, activistas feministas y defensoras de derechos laborales tomaron el concepto para nombrar los obstáculos que presentan las mujeres en los trabajos. Por ejemplo, aceptar malos salarios, malas condiciones de trabajo o explotación laboral porque no pueden escalar hacia otros puestos. ¿Te ha pasado?
Además, se refiere a las trabas sociales que dictan a las mujeres a no desarrollarse profesionalmente para ser madres, amas de casa o cuidadoras de tiempo completo, aún cuando ellas quieren estudiar la universidad o ser empresarias, por ejemplo.
La organización Oxfam México explica que el trabajo doméstico, la limpieza del hogar, la preparación de alimentos, el cuidado de personas mayores, con discapacidad, enfermas o infantes crea un piso pegajoso que impide a las mujeres que despeguen en sus carreras laborales.
De acuerdo con la Encuesta de Uso del Tiempo (ENUT) publicada en 2019 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 67% del tiempo total de trabajo que realizan las mujeres es no remunerado.
En México, el promedio de horas semanales de tiempo total de trabajo para las mujeres mayores de 12 años es de 59.5 horas y para los hombres es de 53.3 horas. Lo que Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) traduce como una brecha desfavorable para las mujeres con 6.2 horas más de trabajo total a la semana.
El glosario para la igualdad de Inmujeres explica que el piso pegajoso es un conjunto de dilemas psicoemocionales que viven algunas mujeres quienes se desarrollan en espacios profesionales, y la presión familiar, social y de pareja les hacen creer que su lugar “natural” es el espacio privado de cuidado y crianza.
Por lo cual, dice el instituto, las mujeres llegan a sentirse inseguras sobre el despliegue de sus capacidades y, ante las dificultades para conciliar la vida laboral, profesional y familiar, optan por dejar su crecimiento laboral y profesional.
Ejemplos de situaciones con piso pegajoso:
Una mujer de 55 años trabaja en una empresa en donde sufre acoso y explotación. No puede cambiar de trabajo porque eso significaría perder antigüedad y a su edad, le es difícil encontrar trabajo a pesar de su preparación y desempeño.
Una joven de 25 años quiere escalar de puesto en su centro laboral pero eso implicaría trabajar más horas, algo que no puede permitirse porque es madre soltera y tiene que recoger a su hijo de la guardería.
Una mujer quiere renunciar a su trabajo porque ya no se siente cómoda con las actividades que le piden, no puede renunciar porque mantiene a su familia y no encuentra un nuevo empleo porque no pudo estudiar, ya que desde que tiene 16 años trabaja.
En la empresa donde trabaja Ana le ofrecieron asistir a un seminario y a talleres en otro estado para que amplíe sus conocimientos sobre liderazgo, pero no puede asistir porque está a cargo de su abuelo, quien está enfermo.
Una joven es recién egresada pero no encuentra trabajo porque no sabe inglés, su familia era de escasos recursos y desde su adolescencia tuvo que trabajar. Ahora que quiere ejercer, es rechazada o le ofrecen menos del salario mínimo.
Una ingeniera aspira a ser gerente regional de su empresa, sin embargo, no es tomada en cuenta porque varias veces al año faltó a trabajar para cuidar a su hermana con discapacidad.
María estudió ingeniería ambiental y luego se casó, su esposo y ella tuvieron tres hijos y se dedica a cuidarlos todo el día. Ella quiere contratar a una niñera y entrar a trabajar para desarrollarse profesionalmente, ya que mientras ella está en su hogar trabajando sin remuneración, su esposo asciende a mejores puestos.
¿Conoces situaciones como estas?