El pasado 7 de marzo, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad una reforma que abre paso a la posibilidad de que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) sea encabezada por una mujer por primera vez en la historia.

El dictamen aprobado usa el lenguaje incluyente para modificar el artículo 16 de la Ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, donde se establece que la persona que asumiría la titularidad de la SEDENA deberá ser “hija” o hijo de padres mexicanos. Además, refiere que a quien ocupe esta posición se le denominará “General Secretaria o Secretario de la Defensa Nacional”.

“El Alto Mando del Ejército y Fuerza Aérea lo ejercerá el Secretario de la Defensa Nacional; será un o una General de División del Ejército; hija o hijo de padres mexicanos que, con objeto de establecer distinción del resto de militares, se le denominará Secretaria o Secretario de la Defensa Nacional” (Dictamen de la Cámara de Diputados)

La reforma promovida por el diputado del PAN, Carlos Madrazo Limón abre la posibilidad a que en un futuro una mujer General de División sea la máxima autoridad de la SEDENA. Pero ¿esto realmente implica equidad de género en las Fuerzas Armadas donde las mujeres constituyen el 12% del ejército mexicano?

En entrevista para La Cadera de Eva, Daira Arana Aguilar, especialista en militarización y militarismo en América Latina y directora general de Global Thought Mx explicó que la posibilidad de que la titularidad de la SEDENA sea ocupada por una mujer es mínima pues no se conoce el número de mujeres generales de división y que de lograrse sería un cambio simbólico, pero no necesariamente implicaría transformaciones significativas en la institución. Y la experiencia internacional no los comprueba:

“En Honduras, el periodo presidencial pasado se tuvo una Viceministra de Defensa, en Paraguay ya han tenido ministra de defensa, actualmente en Estados Unidos hay comandantes mujeres y en muchos otros ejércitos también. Sin embargo, no se observan cambios significativos en las dinámicas de funcionalidad de las Fuerzas Armadas, aunque todas han hecho un gran trabajo” (Daira Arana Aguilar)

Imagen

Foto: Cuartoscuro

Machismo en la SEDENA

De acuerdo con una investigación de Emequis, la SEDENA invierte millones para mejorar la cultura de la igualdad entre sus filas, pero no se reflejan en los números, pues sólo 12% de sus miembros son mujeres y ninguna de ellas ocupa el cargo de General de División.

De los 45 generales de División que hay en México, todos son hombres. El siguiente nivel jerárquico es el de General de Brigada. El efectivo total en ese rango es de 175, de los cuales 174 son hombres y una es mujer. El tercer escalafón es el de General Brigadier, donde sólo hay tres mujeres y 318 son hombres, según un reporte del Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Mujeres en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, con fecha del 25 de marzo de 2021.

Imagen

Foto:Cuartoscuro

Daira Arana indicó que para que la SEDENA alcance la equidad se necesitan dos grandes pasos: reducir las violencias que las mujeres sufren al interior de la institución y cambiar las dinámicas de masculinidad con las que se incorpora la cultura militar en las personas que se unen a la institución.

Uno de los desafíos que identifica Daira para una mujer que asuma la titularidad de una institución de las Fuerzas Armadas, donde la mayoría de los mandos son hombres es mantener el liderazgo y mando de todo el personal sin ser boicoteada por los hombres que asumian que les correspondía el cargo.

Sin embargo, advierte que esto puede generar actitudes más duras por parte de las mujeres para poder sobresalir y sobrevivir en un entorno de masculinidad bélica, donde son sujetas de violencias y opresiones, a pesar de que desde la Resolución 1325/2000 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se ha impulsado aumentar su participación dentro de las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad.

“Buscar paridad o equidad en este ámbito es muy complejo tomando en cuenta únicamente la participación de las mujeres en dichas instituciones, debido a que su ingreso no ha significado necesariamente transformaciones significativas en la cultura militar” (Daira Arana Aguilar)

Ahora esta iniciativa fue enviada al Senado para su discusión y posible aprobación.