Después de todas las trabas y prejuicios sociales que enfrentan las mujeres lesbianas que deciden maternar, si posteriormente se presenta una ruptura o un divorcio, las leyes siempre favorecen a las madres que gestaron al bebé, lo que se considera como violencia gestonormativa.

Ante la falta de datos oficiales y ausencia de las autoridades para prevenir y atender a víctimas de esta violencia, la Red de Madres Lesbianas en México (RDMLMX) tiene un grupo de atención con al menos 23 mamás no gestantes que reciben apoyo y asesoría por parte de la red en diferentes partes del país.

Para profundizar sobre este tema, La Cadera de Eva platicó con Ana de Alejandro, fundadora de la RDMLMX, quien explicó que la gestonormatividad es una creencia social de que la madre que gesta y da a luz es más mamá que la otra madre; por lo que tiene más derechos.

“Esto se ve desde una postura biológica ya que se cree que quien pone el cuerpo es quien también está poniendo los genes. Con estas creencias de ‘madre solo hay una’ y ‘sangre de mi sangre’, ‘cuerpo de mi cuerpo’, no toman en cuenta las nuevas posibilidades de reproducción asistida en el que una mamá puede gestar el embrión de la otra”, explicó la especialista.

Lo que afecta a las madres no gestantes, pues las leyes consideran que la mujer que  gestó y parió al bebé, tiene los derechos principales y es la persona más indicada para ejercer la crianza

Por lo tanto, la RDMLMX define a la gestonormatividad como un “acto de terrorismo político que atenta contra la existencia y validez de las familias lesbomaternales, reafirmando la idea de que la única manera legítima de ser madre es a través de la gestación biológica, siguiendo la heteronorma”. 

Lo que a su vez refleja una violencia estructural y simbólica en un contexto patriarcal que desvaloriza y niega la maternidad de las madres no gestantes. El biologismo también es un factor determinante para ejercer la violencia gestonormativa, pues alimenta la creencia de que los lazos genéticos, consanguíneos o biológicos hacen más fuerte una relación familiar.

La gestonormatividad es una expresión del biologismo que la misma sociedad patriarcal sostiene. Debido a que el enfoque biologicista coloca a la madre gestante como la "verdadera madre", con derechos exclusivos sobre la toma de decisiones respecto al hijo o hija.

“Cuando a una madre no gestante se le arrebata su maternidad, se está cometiendo un acto de lesbofobia. La gestonormatividad insiste en que las familias bimaternales o comaternales no son verdaderas familias, o valen menos, al no haber sentido crecer al feto en sus entrañas”, explica.

La RDMLMX documenta que la violencia gestonormativa establece que la madre no gestante es “de juguete, una mamá extra, una niñera, madrina, comadre o sustituto de un padre”.

Las madres no gestantes pierden sus derechos

Cuando son las madres no gestantes son víctimas de violencia gestonormativa, se les quitan varios derechos fundamentales, advierte la RDMLMX. A continuación se nombran algunos:

1. Derecho a la comaternidad: Se les niega la participación equitativa en la crianza y toma de decisiones respecto a sus hijos, hijas e hijes, limitando su rol a figuras secundarias como tías, madrinas o niñeras.

2. Derecho a la identidad familiar: La gestonormatividad desafía su identidad y vínculo como madre, imponiendo una visión biologicista que las desplaza de su legítimo lugar en la familia.

3. Derecho a la protección legal: A menudo, no se les reconoce legalmente como madres, lo que las excluye de los derechos de custodia y visitas, y las deja vulnerables en situaciones legales y de bienestar infantil.

4. Derecho a la seguridad emocional y psicológica: Ser consideradas madres de segunda clase o no reconocidas como madres afecta profundamente su salud mental, generando estrés, ansiedad y sentimientos de insuficiencia.

5. Derecho a la igualdad y no discriminación: La gestonormatividad es una forma de discriminación que refuerza las estructuras patriarcales y lesbofóbicas, perpetuando desigualdades de género y orientación sexual.