Hablar de salud mental materna sigue siendo un tabú. Entre las expectativas de la “madre feliz y perfecta”, las tareas de cuidado y la falta de información, muchas mujeres que están maternando enfrentan en silencio síntomas que van más allá del cansancio posparto.
Los trastornos mentales posparto siguen siendo poco estudiados, comprendidos y socializados, por lo que muchas mujeres no reciben un diagnóstico después del embarazo. Comprender la diferencia entre baby blues, depresión posparto y psicosis posparto, no sólo es una necesidad, es una deuda con las mujeres que ejercen su maternidad.
En México, dos de cada 10 mujeres desarrollan depresión posparto, según datos del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” retomados por la Secretaría de Salud. En la actualidad no existen datos precisos de las mujeres y personas gestantes que desarrollan algún trastorno mental posparto, sólo estimaciones, una clara muestra de que aún falta mucho por recorrer y visibilizar.
A pesar del sesgo, sí existen factores diferenciados entre estos trastornos y aquí te contamos cuales son.
Baby blues, la tristeza posparto
La tristeza posparto, comúnmente conocida como baby blues, es un padecimiento que se presenta entre el segundo y quinto día después del parto y suele desaparecer de entre una a dos semanas. Se estima que el 85% de mujeres experimenta tristeza posparto, de acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría.
La tristeza posparto se da como consecuencia del agotamiento causado por el parto, lo que produce que las madres atraviesen por un periodo de cansancio y agotamiento. Algunos de los síntomas más comunes del baby blues son cambios en el estado de ánimo, ansiedad o infelicidad, irritabilidad, llanto y dificultad para dormir, según los Institutos Nacionales de la Salud Mental de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
Al día de hoy no existe un tratamiento específico para combatir el baby blues, pues esto depende de los síntomas que presente la madre y de sus necesidades específicas, pero lo recomendable es descansar y estar en un ambiente cómodo y seguro.
La clave para reconocer si estás atravesando por tristeza posparto es la intensidad y duración de los síntomas, que generalmente es leve y puede durar hasta dos semanas. ¿Qué pasa si los síntomas se prolongan? Probablemente sean una señal de un trastorno más complejo, la depresión posparto.
Depresión posparto, una realidad para 33% de las mujeres
La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que ocurre después del embarazo. En 2016, la Organización Mundial de la Salud reportó que alrededor del 20% y 30% de las mujeres en países en vía de desarrollo, entre los que se encuentra México, padecen depresión posparto. Este trastorno se caracteriza por síntomas graves que pueden poner en peligro la salud del bebé y de la madre.
Algunos de los síntomas más comunes son tristeza profunda, ansiedad y fatiga intensa, desesperanza, llanto constante, falta de interés por el bebé y en casos extremos, pensamientos de auto daño, sentimientos de culpa, irritabilidad, frustración, cambios de ánimo anormales, problemas de concentración o incapacidad para tomar decisiones y molestias físicas.
La depresión posparto se presenta alrededor de las dos semanas después del parto. La depresión también se puede presentar durante el embarazo y se le conoce como depresión prenatal, que se presenta alrededor de los cuatro meses de embarazo, aunque el tiempo puede variar.
El estudio, “Depresión posparto: prevalencia y factores de riesgo asociados en una muestra de población mexicana”, señala que en México se ha reportado que la prevalencia de la depresión posparto es de entre 13 al 24%, aunque otros estudios señalan que la cifra puede ascender hasta el 34%.
¿Qué se debe hacer si existe la sospecha de padecer depresión posparto? Acudir con una persona profesional de la salud mental. Lo recomendable es tomar terapia psicológica, pues este trastorno tiene efectos en la vida social, laboral y sentimental de las personas. En ocasiones se recomienda tomar medicamentos por la duración y la intensidad de los síntomas.
Según la Secretaría de Salud, factores como la escolaridad de la madre, condiciones económicas, abortos previos, vivir violencia de género, prenatal u obstetricia son clave en el desarrollo de la depresión posparto.
Es importante diferenciar entre la tristeza y la depresión posparto, aunque en ambos se atraviesa por sentimientos de tristeza y ansiedad, la duración e intensidad es diferente y más prolongada, en el caso de la depresión posparto, pero ¿qué pasa cuándo los síntomas son aún más graves e intensos?
Psicosis posparto, un trastorno poco conocido
La psicosis posparto es una enfermedad mental que se caracteriza por síntomas psicóticos como alucinaciones, paranoia, despersonalización, problemas del sueño, cambios de humor, delirios, pensamiento desorganizado y pensamientos suicidas que pueden afectar la capacidad de la madre para cuidar a un bebé.
Este es un trastorno es menos conocido y estudiado, por lo que los datos son aún más escasos. Algunos datos estiman que esta enfermedad afecta a aproximadamente 0.89 y 2.6 de cada mil mujeres, una prevalencia sumamente baja, y se presenta entre los primeros tres y diez días posterior al parto, de acuerdo con NIH.
Los síntomas se incrementan con rapidez, por lo que se requiere intervención médica y psiquiátrica de manera inmediata que casi siempre implica la hospitalización de la madre. Es más frecuente en madres primerizas con antecedentes de trastorno bipolar o de psicosis.
Aunque escasos, los datos y estimaciones señalan un problema urgente que debe ser atendido, estudiado y visibilizado, especialmente en México y Latinoamérica, donde las condiciones sociales muchas veces ponen en peligro a las mujeres. En México, al menos siete de cada 10 mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia (física, sexual, psicológica, económica, comunitaria), según datos del Inegi.
Hablar de salud mental posparto implica repensar la forma en la que se concibe la maternidad: no es un mandato natural, una tarea impuesta o un deber de las mujeres y personas gestantes, es una decisión que debe ser apoyada e informada, no sólo procurando el bienestar de las infancias recién nacidas, sino también de las madres.