El tokenismo es una práctica de inclusión superficial de las personas que forman parte de grupos minoritarios con el fin de dar la impresión de diversidad, sin abordar desde la raíz las cuestiones estructurales de discriminación y desigualdad. Esta estrategia puede ser contraproducente y generar un impacto negativo en la verdadera inclusión y representación.
Origen del término
El término tokenismo se originó en la década de 1960 en el contexto de los movimientos sociales y las luchas por los derechos civiles en Estados Unidos. Se deriva de la palabra "token", que significa símbolo o muestra representativa de algo más grande. En este contexto, se usó para describir la inclusión superficial de individuos de grupos marginados en espacios o roles dominados por grupos hegemónicos como en el ámbito político, económico, y otros espacios de poder sin un compromiso real con la equidad o la inclusión.
¿Cómo podemos identificar el tokenismo? Estos son 3 ejemplos:
En el mundo corporativo
En el ámbito empresarial, el tokenismo puede manifestarse en la contratación de un pequeño número de personas de grupos minoritarios para cumplir con los requisitos de diversidad, sin abordar la cultura organizacional o las prácticas de contratación que perpetúan la discriminación.
Por ejemplo, una empresa organiza un evento o una campaña de marketing centrada en la diversidad e inclusión, destacando a empleados de diferentes orígenes y grupos minoritarios en su material promocional. Sin embargo, en la práctica diaria y las decisiones estratégicas de la empresa, no se refleja un compromiso real con la diversidad y la inclusión.
Estos empleados "token" pueden ser utilizados para mejorar la imagen pública de la empresa y proyectar una imagen de inclusión, mientras que en realidad, no se abordan ni se resuelven los problemas estructurales de discriminación y desigualdad en la organización.
En la industria del entretenimiento
En la industria del entretenimiento, el tokenismo se puede observar en la inclusión de personajes de grupos minoritarios en películas o series de televisión de manera estereotipada o superficial. Por ejemplo, la inclusión de un personaje LGBTQI+ solo para cumplir con una cuota de representación, sin desarrollar adecuadamente su historia o su papel en la trama, puede ser considerado como un acto de tokenismo.
Hay quienes han cuestionado que estos personajes siempre tengan que enfrentar obstáculos, lo cual sí es una realidad, pero no es lo único que viven las disidencias sexogénericas. También generan espacios para hacer comunidad, impulsar proyectos y construir lugares para la alegría.
En la política
En el ámbito político, el tokenismo puede manifestarse a través de acciones fachada o actividades exclusivamente para conmemorar fechas especiales sin generar políticas públicas que atiendan las problemáticas que viven las personas de grupos vulnerables.
Por ejemplo, el uso de listones color naranja durante el Día Naranja para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres por parte de tomadores de decisiones, quienes, han sido criticados por la ciudadanía por no atender diariamente esta problemática, y no de vez en cuando a través del uso de un listón.
Otro ejemplo reciente es la creación de las llamadas “acciones afirmativas” por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) para que los partidos presenten candidaturas de cinco grupos vulnerables: personas de la comunidad LGBTQ+; poblaciones indígenas; afromexicanas; migrantes y personas con discapacidad, durante el proceso electoral actual.
Aparentemente esto suena bien, sin embargo, el INE no creó medidas ni protocolos para asegurar que los derechos y protección de las candidaturas de grupos vulnerables fueran garantizados. Tampoco hay sanciones o consecuencias si los partidos no cumplen con esta medida, lo que termina siendo lo mismo, no existe garantía para que las personas históricamente vulneradas puedan llegar a los puestos de representatividad y de toma de decisiones.