Los Puntos Violeta, ubicados en las alcaldías Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Tlalpan, están pensados para que una mujer víctima de acoso o cualquier tipo de violencia acuda a ellos y encuentre un espacio seguro, sea resguardada y reciba asesoría psicológica y jurídica.
Sin embargo, muchos de estos lugares no cuentan con personal capacitado para atender a las víctimas y en algunos casos, las direcciones en donde se encuentran no existen.
La Cadera de Eva visitó seis Puntos Violeta para conocer cuál es el funcionamiento y protocolo de los mismos. Encontramos que dos no existían, uno tenía personal que desconocía la iniciativa y en tres de ellos, las personas a cargo de recibirnos no contaron con el protocolo adecuado para la atención de una víctima de violencia.
El programa de los Puntos Violeta nació como una iniciativa de Alessandra Rojo de la Vega, la alcaldesa electa de Cuauhtémoc, cuando ella era activista en la asociación civil No Es Una Somos Todas, pues un modelo similar había funcionado para asistir a las mujeres.
“Cuando las mujeres llegan a un Punto Violeta buscamos que tengan asesoría legal y psicológica de principio a fin, no solo en el primer momento que deciden denunciar, si es que ellas así lo deciden por supuesto, la asesoría jurídica es de principio al final hasta que sus vidas dejen de correr peligro”, dice Rojo de la Vega en entrevista con La Cadera de Eva.
Actualmente estos espacios no cuentan con un presupuesto asignado y muchos de ellos están ubicados en negocios privados como cines, gimnasios, salones de belleza o restaurantes, sin que la mayoría del personal que labora en estos espacios esté capacitado para atender a una mujer víctima de violencia, como pudimos comprobar.
Para llegar a un Punto Violeta es necesario descargar su aplicación y ubicarlos en el mapa. Actualmente aparecen disponibles al menos 500 espacios, muchos de ellos también están localizados en las alcaldías, bibliotecas o centros culturales.
La Cadera de Eva visitó el punto número 460, ubicado en la calle Xochicalco 318 en la colonia Narvarte Oriente y no lo encontró. La dirección exacta era un edificio de departamentos y no había ninguna señalización que indicara la existencia de este lugar seguro.
La aplicación indica que hay una “Línea Aliada” (800 520 1234) para atención y asesoría. Marcamos y nos contestó una operadora, le comentamos que no habíamos encontrado el Punto, nos pidió datos y buscó otro Punto Violeta… Sin embargo, tras seis minutos de llamada, no pudo asesorarnos para encontrar otro punto. Tampoco nos preguntó si estaba bien o si necesitaba apoyo:
— ¿Qué número de Punto Violeta le aparece que es?
— El 460, en la calle Xochicalco 318. ¿Ese ya no está para buscar otro? O bueno, ¿uno que esté abierto?
— Sí, un segundo. Ahorita estoy buscando... Es que son muchos, 480. Yo creo que está actualizado, en el archivo que tenemos hasta el 167. ¿Qué colonia le quedaría a usted, cercana, para darle una nueva dirección?
— Pues si se puede, aquí mismo.
— ¿Qué colonia es?
— Narvarte.
— Eh… ¿No están actualizados los de la aplicación?
— Se supone que sí, yo creo que de hecho esos están más actualizados porque el archivo que tenemos nosotros está hasta el 167.
— Ok, bueno, si me dirijo a otro que me marca la aplicación y no está, ¿le puedo regresar la llamada?
— Sí, claro que sí.
— Ok, vale, muchas gracias.
Ante la falta de respuesta, nos dirigimos al Punto 474 en la misma colonia, en la calle Zempoala 245. Aunque la aplicación muestra que es local de Eventos Especiales, al llegar a la dirección encontramos un domicilio particular. Marcamos a la Línea Aliada y me respondió un hombre, aunque tampoco me dio información sobre la existencia de dicho Punto.
En esa misma llamada, nos transfirieron a la Base Plata Álvaro Obregón y ahí nos dijeron que no podían atendernos porque eran alcaldías distintas, después nos pidieron llamar al 911 y nos transfirieron de nuevo, esta vez a una línea jurídica. Así, después de cinco llamadas y más de una hora recorriendo los puntos, nadie pudo orientarnos o decirnos dónde hay un Punto Violeta.
Su protocolo de actuación señala que cuando una mujer víctima de violencia se encuentra en una situación de violencia y acude a uno de estos espacios, el personal a cargo deberá:
Resguardar a la mujer, al igual que a sus acompañantes.
Solicitar apoyo policíaco.
Tomar datos de la usuaria (nombre y dos teléfonos de contacto).
Informar a la usuaria las opciones que puede recibir, la cual incluye presentar una denuncia ante el Ministerio Público, recibir atención hospitalaria y hospedarse en una casa de emergencia hasta por 48 horas.
Sin embargo, comprobamos que este protocolo no siempre se aplica cuando vas a algún Punto Violeta.
Sin capacitación hay riesgo de revictimizar a las mujeres
Wendy Figueroa, psicóloga feminista y directora general de la Red Nacional de Refugios (RNR) explicó en entrevista con La Cadera de Eva que esta es una acción para diversificar las formas que tienen las mujeres de poder recibir acompañamiento, pero no han sido efectivos por muchas situaciones.
“La mayoría nos dicen que no recibieron capacitación y eso es muy preocupante porque revictimiza a las mujeres las ponen mayor riesgo y no hay un presupuesto como tal dirigido a estas acciones, entonces una acción que no tiene un presupuesto, no puede ser una política afirmativa ni mucho menos trascendente. Refleja que no hay realmente un interés”, dijo la experta.
Además, mencionó que el código QR limita a las mujeres que no pueden acceder a esta tecnología, también, dijo, se debe pensar qué va a pasar con las mujeres que no tienen batería o no tienen celular, o un celular que escaneé un código QR.
“Si no hay presupuesto, capacitación con perspectiva de género, derechos humanos seguimiento, evaluación y tiene una acción inmediata, pues realmente no son trascendentes y pueden revictimizar muchísimo a las mujeres”, advirtió.
Por otra parte, destacó las características del lugar en donde se pone un Punto Violeta, pues hay en espacios públicos y privados y no siempre garantizan la seguridad de una mujer.
“En México la situación de trata y explotación, está a la vuelta de la esquina, no podemos confiar. Pueden ser muy buenas voluntades, pero me parece indispensable que haya un protocolo de incorporación de los Puntos Violeta. (...) Se tiene que hacer con protocolos que garanticen la seguridad y la confidencialidad, que haya profesionalización y sensibilización de quienes están al frente de estos puntos violeta”, explicó.
Figueroa cuestionó cómo estos lugares enlazan a la mujer a un refugio una casa de emergencia y cómo es el acompañamiento emocional. Pues más allá de una denuncia se debe asegurar su bienestar emocional.
“Uno de los factores claves es que una política sin presupuesto es una expectativa y muchas veces una simulación. Tenemos que cambiar las formas en los espacios, que sean módulos visibles donde ellas puedan acudir y donde haya una respuesta con perspectiva de género. Esos factores se tienen que considerar y no solamente llegar a poner pegatinas y decir ya este es un Punto”, dijo Wendy Figueroa.
La especialista contó que algunas mujeres se sienten engañadas: “no solamente las revictimizan sino les quitan la esperanza de que hay alguien que las escuche, que les crea y que además sepan que si se salen de casa las van a acompañar, creo que las falsas expectativas son las que pueden poner mayor riesgo a las mujeres”, enfatizó.
Por último, dijo que desde el diálogo y reconocimiento se puede hacer un fortalecimiento de políticas afirmativas, pero siempre tienen que ir con una articulación presupuestaria y de instancias sociales y gubernamentales para que puedan ser efectivas y trascendentes, siempre poniendo en el centro las necesidades de las mujeres.
Puntos violeta, apoyo mínimo
De acuerdo con datos de la Dirección de Igualdad Sustantiva de la alcaldía Benito Juárez, desde la implementación de los Puntos Violeta hasta el 25 de marzo de 2024, se han atendido a 89 mujeres, según respondió esta dependencia a La Cadera de Eva, vía transparencia.
El desglose indica que las mujeres atendidas fueron víctimas de violencia sexual, patrimonial, física, psicoemocional, familiar, escolar, comunitaria, laboral, vicaria y económica; el rango de edad es de 8 a 70 años.
En el registro indica que dentro de las 89 víctimas, hubo una niña de seis años que fue asistida por violencia psicoemocional física; otra, de 8 años que fue víctima de violencia psicoemocional sexual familiar y otra niña de 10 años que fue víctima de violencia psicoemocional familiar.
En el caso de la alcaldía Miguel Hidalgo, La Cadera de Eva recibió dos respuestas de la alcaldía distintas, pues hasta el 10 de abril de 2024 documentaron 23 casos de emergencia en Puntos Violeta. Mientras que el 11 de abril pasado explicaron vía transparencia que no podían otorgar más datos sobre esta iniciativa, pues son de naturaleza “confidencial”.
La Dirección de Igualdad Sustantiva respondió que desde 2022 y hasta el 12 de abril de 2024 en la alcaldía Álvaro Obregón se han atendido 421 mujeres en los Puntos Violeta. Presentaron un desglose mensual desde enero de 2023, en donde se destaca la atención de niñas y mujeres con un rango de edad de 17 a 83 años.
En Tlalpan, desde su implementación el 26 de julio de 2023 y hasta el 27 de marzo de 2024, los Puntos Violeta en dicha alcaldía han ayudado a 377 mujeres, según datos de la Dirección de Igualdad Sustantiva. Las cuales fueron de un rango de edad de dos a 62 años.
En defensa del programa
Alessandra Rojo de la Veda defiende que los Puntos Violeta son parte de una estrategia integral de prevención, atención, sanción y reparación, los cuales son cuatro ejes fundamentales para combatir la violencia de género. Explicó que en todo el país hay nueve alcaldías y municipios que ya cuentan con Puntos Violeta.
Al preguntarle si estos lugares ofrecen asesoramiento psicológico y jurídico, dijo que no, más bien, son emblemas que tienen un código QR y dan a conocer los tipos de violencia y las acciones en la alcaldía.
“También se hace una colaboración con el sector privado: con comercios y con una capacitación previa a las personas que trabajan en estos comercios. Hemos ido perfeccionando porque hay comercios que tienen rotación de personal, entonces firman una carta de compromiso para estar capacitando a la gente que trabaja en los comercios, en temas de derechos humanos y perspectiva de género”, mencionó Alessandra Rojo de la Vega.
Destacó que lo más importante es el acompañamiento y que además de dar el mensaje a las mujeres de que no están solas, también es un mensaje a los agresores de cero tolerancia.
Asimismo, dijo, cuentan con un apoyo económico de 15 mil pesos para que las mujeres logren salir del círculo violento. Del mismo modo, cuenta con capacitaciones, bolsa de trabajo y sanciones a los agresores.
“Cuando las mujeres llegan a un Punto Violeta buscamos que tengan asesoría legal y psicológica de principio a fin, no solo en el primer momento que deciden denunciar, si es que ellas así lo deciden por supuesto, la asesoría jurídica es de principio hasta que sus vidas dejen de correr peligro”, agregó la alcaldesa electa.
Le contamos brevemente nuestra experiencia con la aplicación y que no encontramos dos puntos, Alessandra declaró no está actualizada la app: “Necesitamos actualizarla con todos los municipios que hay, que son nueve, y con las direcciones exactas de los lugares”, dijo.
Sobre la falta de presupuesto destinado a esta estrategia, explicó que los Puntos Violeta se encargan de coordinar las áreas de género que ya existen, es decir, es un conjunto de esfuerzos y acciones que ya tienen los gobiernos de las alcaldías, como contar con abogadas y psicólogas.
“Si no cuentan con esto, pues por supuesto que les va a costar, ¿no?, para tener un área robusta que pueda acompañar a las mujeres víctimas de algún tipo de violencia. Pero realmente, si cumplen con la normativa, pues no debería de costar. Al menos que quieran implementar un programa social, ahí sí tendrán que destinar recursos a los gobiernos”, dijo.
Reiteró que sí implementará la iniciativa en Cuauhtémoc, además se comprometió a “robustecer el área de igualdad de género”, pues para ella es muy importante que sea una dirección general, que cuente con abogadas, psicólogas, que haya presupuesto para programas sociales exclusivos para mujeres que viven violencia.
“Tal vez no ayudemos a miles como quisiéramos al día, pero con una vida que salvemos es una iniciativa que funciona. Siempre serán perfectibles, pero hay que ver cómo unirnos entre más personas, más allá de los colores partidistas, de los intereses políticos. Tenemos que ser una sola voz, darle hacia adelante y no criticar acciones que son buenas y que cambian vidas”, concluyó Alessandra Rojo de la Vega.