¡Amix! Seguramente ya escucharon el soundtrack pegajoso y las vibras ochenteras de Mentiras, la serie, la producción mexicana que llegó a Prime Video para ponernos a bailar y, de paso, a reflexionar. Pero más allá de la nostalgia musical, esta serie nos ha dejado pensando en un tema crucial para todas nosotras: el amor romántico y cómo podemos empezar a desmontar sus trampas.

En esencia, esta serie protagonizada por Belinda, Dania Bovio, Regina Blandón y Mariana Treviño nos presenta la historia de cuatro mujeres –Daniela, Dulce, Yuri y Lupita– que descubren que compartían al mismo hombre, Emmanuel Mijares (interpretado por Luis Gerardo Méndez), antes de su misteriosa muerte. 

A través de sus experiencias, la serie nos invita a una profunda reflexión sobre cómo la idealización del amor romántico puede llevarnos a expectativas poco realistas y, a menudo, a una gran decepción.

Emmanuel, el personaje central, encarna lo problemático de este modelo. Su relación con el amor romántico es superficial y egoísta. Utiliza la manipulación y el engaño, les dice a las mujeres lo que quieren escuchar y las hace sentir que son las únicas, sin un compromiso real. 

Esto nos muestra cómo el amor romántico puede ser usado como una herramienta de control y manipulación, donde se priorizan las necesidades y deseos de la pareja por encima de los propios. Emmanuel es un ejemplo claro de cómo la masculinidad tóxica puede manifestarse en las relaciones, ejerciendo poder y dominación sobre las mujeres. 

¡Uff, qué red flags!

Ojo, ¡Alerta de spoilers!

Nuestras protagonistas y los cautiverios del amor

Las historias de Daniela, Dulce, Yuri y Lupita son un espejo de las presiones y roles que la sociedad patriarcal nos impone a las mujeres en el amor:

Daniela (Belinda) la primera esposa de Emmanuel encarna la presión social por encontrar el "amor verdadero" y la perfección en la relación. Su idealización del amor romántico la lleva a ignorar las señales de alerta y a ser vulnerable a la manipulación. 

De acuerdo con el libro Los cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas de la antropóloga feminista Marcela Lagarde, Daniela vive el cautiverio de la madresposa, donde la felicidad de la mujer radica en la entrega total y en satisfacer la necesidad de "ser-de y para-el-otro", vinculando su identidad a la maternidad y conyugalidad.

Dulce (Diana Bovio) la segunda esposa de Emmanuel parece atrapada en una relación cómoda pero insatisfactoria, marcada por la dependencia emocional y una postura de sumisión, influenciada por su educación conservadora y religiosidad. Marcela Lagarde también describe esto como el "cautiverio de las monjas", donde la mujer renuncia a su sexualidad y vive una "vida consagrada", llevando al extremo las obligaciones y prohibiciones de género.

Yuri (Regina Blandón) la mejor amiga y amante de Emmanuel se presenta como una "mujer fuerte" y resiliente, pero su experiencia con relaciones tóxicas la ha llevado a cuestionar su propio valor y capacidad para amar. La serie nos muestra cómo ella aprende a pedir ayuda y a priorizar su propio bienestar.

Lupita (Mariana Treviño) la secretaria y amante de Emmanuel asume un rol de "madre" y "cuidadora" en su relación, una expectativa social que la sociedad patriarcal a menudo impone a las mujeres. Pero también encarna el erotismo y el deseo femenino negado y prohibido para las demás.

Marcela Lagarde nombra este rol como el "cautiverio de las putas", donde se encarna el erotismo y deseo femenino negado para otras, siendo consideradas "mujeres del mal" cuyo rol es "útil" para mantener la castidad de las madresposas.

¿Te suenan alguna de estas dinámicas? Todas estas situaciones reflejan una insatisfacción emocional estructural que muchas mujeres vivimos. El miedo a la soledad y la baja autoestima son razones comunes por las que nos quedamos en relaciones insatisfactorias, como si fuera "nuestro peor es nada". 

Y es que, como documentamos en esta nota, ser "migajera" —conformarse con migajas de amor, atención y compromiso— no es una elección individual, sino el resultado de una socialización patriarcal que nos enseña a aceptar menos de lo que merecemos.

Desmontando el amor romántico

La buena noticia es que Mentiras también nos ofrece pistas para esta revolución amorosa, pues como señala la escritora española Brigitte Vasallo: “si creemos que el amor no es político, es momento de cavar hasta las raíces del sistema para encontrar que el amor guarda relación con la violencia, el género y el poder”. 

Por su parte, Israel Sánchez, teórico de "Agamia", explica que no se trata de "derribar el amor" en sí mismo, sino de cuestionar los "filtros contaminantes" que nos dicen cómo amar y que perpetúan los "vicios del amor".

Aquí algunas lecciones clave, inspiradas en la serie:

Prioriza tu bienestar y felicidad: la elección de las protagonistas de priorizar su propia felicidad y bienestar es un paso crucial hacia su empoderamiento y autonomía. Esto resuena con la idea de que "la felicidad nace del amor propio y la autodeterminación" como señala la filósofa Chantal Mouffe.

Identifica las red flags: mantente atenta a las señales de manipulación, engaño o falta de respeto. Israel Sánchez nos aconseja "designar inequívocamente las zonas rojas por las que ningún individuo debe transitar en su experiencia amorosa por muy deseable que parezca el producto que se extraiga de ella".

El poder de la amistad y la sororidad: la evolución de la relación entre Daniela, Dulce, Yuri y Lupita, de la confrontación a una amistad sólida, es una de las lecciones más valiosas. La amistad entre mujeres es una fuente inmensa de apoyo y empoderamiento, esencial para salir de relaciones abusivas y encontrar nuestra propia voz. 

Como menciona Daniela Razo Martínez en este artículo: "el desamor es un problema público, los afectos son políticos", y en colectivo podemos construir vínculos basados en el cuidado, la libertad, la ternura y la no dependencia.

Cuestiona los mandatos sociales: el amor romántico es político y guarda una relación profunda con la violencia, el género y el poder. La escritora Coral Herrera explica que lo romántico es una especie de religión que "no hace más que trastocar cada aspecto de nuestra vida" y que es "escudo para el sistema y principal abono a fenómenos como la violencia emocional, económica, psicológica, de género e incluso, feminicida". ¡No subestimemos al amor!

  • Construye vínculos saludables y conscientes: Miguel Ayuso, autor de Anarquía relacional, nos da tres principios fundamentales: 
  • Confianza: que involucrarte con alguien no te otorgue derechos sobre esa persona. Respeta tu autodeterminación y la individualidad de tu pareja.
  • Conoce tus necesidades: reconoce cómo demuestras amor y cómo te gustaría ser amada para producir vínculos saludables, evitando la deshonestidad y las relaciones de poder.
  • Los compromisos son individuales: libérate de la creencia de que necesitas a otros para complementarte y que ciertas formas de vida (como el matrimonio o tener hijos) son ineludibles para la felicidad. ¡La plenitud no se encuentra en otra persona, se cultiva desde dentro!

Mentiras nos invita a mirar críticamente nuestras propias expectativas y experiencias en el amor. Es momento de desaprender las formas violentas de relacionarnos y enterrar los mitos del amor que tanto daño nos han hecho, incluso arrebatándonos la vida.