Aunque históricamente la cocina ha sido un ámbito asociado a las mujeres en el hogar, el sector gastronómico se revela como un terreno donde la violencia de género y el machismo son preocupantemente comunes.
Al menos el 42% de las mujeres que trabajan en el sector restaurantero en México ha sufrido violencia laboral, principalmente abuso físico por parte de jefes o superiores, de acuerdo con el Observatorio de Género y Salud del Mapa de Barmaids & Afines.
Ante esta dura realidad, surge Restaurantera Feminista, una colectiva antipatriarcal-antirracista de trabajadoras de la industria restaurantera, fundada por Fernanda Lezama, quien tras vivir su propia experiencia de violencia laboral y la falta de apoyo del sistema legal, decidió tomar acción.
"Nace de una situación de violencia que yo viví en mi espacio laboral. Yo sí seguí el proceso eh legal en conciliación y arbitraje, tuve un abogado y pues en todo ese proceso me di cuenta de que el sistema no te apoya", relata Fernanda Lezama en entrevista para La Cadera de Eva.
Esta frustración la impulsó a abrir una cuenta de Instagram para denunciar lo sucedido y guiar a otras trabajadoras que atravesaban situaciones similares. Así nació la equipa de Restaurantera Feminista, dedicada a asesorar, guiar y canalizar situaciones de violencia sexual o laboral en los espacios de trabajo de la industria gastronómica.
Machismo en la gastronomía
Las prácticas machistas son comunes en el sector gastronómico, de acuerdo con el Observatorio de Género y Salud del Mapa de Barmaids & Afines el 100% de las personas encuestadas detectaron al menos una práctica de micromachismo en su lugar de trabajo. Un 74.56% incluso reportó dos o más de estas prácticas.
"En los espacios laborales la verdad es que hay todo tipo de violencia, como mujeres, por ejemplo, nos hemos dado cuenta que lo que más se vive, al menos en las cocinas y en los restaurantes es acoso de compañeros, jefes e incluso clientes, aprovechándose de la relación de poder, como la dependencia de las propinas" (Fernanda Lezama, Restaurantera Feminista)
Fernanda Lezama explica que también hay violencia laboral física, con incidentes donde chefs arrojan objetos. Además, la violación de los derechos laborales es una constante, muchas veces sin que las personas trabajadoras sean conscientes de ello.
El impacto de esta violencia es devastador. Fernanda Lezama describe haber vivido estrés postraumático laboral tras su experiencia. La dificultad para reconciliarse con la industria es palpable, ya que las situaciones de acoso y violencia tienden a repetirse. Debido a esto, solo una minoría de las víctimas presenta denuncias legales, principalmente por miedo a perder oportunidades laborales o ser consideradas "conflictivas".
Desde su creación en octubre de 2021, Restaurantera Feminista ha recibido más de 100 denuncias que van desde violencia laboral hasta acoso y hostigamiento. La colectiva ofrece apoyo psicológico y asesoría legal, canalizando a las víctimas con profesionales. Sin embargo, acompañar cada caso de cerca resulta desgastante y requiere recursos.
Mujeres en resistencia
Restaurantera Feminista busca tejer lazos entre mujeres y trabajadoras para combatir la sensación de soledad al denunciar la violencia. La colectividad se ha convertido en una herramienta clave para exigir derechos laborales, ya que enfrentarse al sistema y a los empleadores de manera individual a menudo resulta en despidos o presión para renunciar.
Fernanda Lezama subraya que en casos de violencia sexual laboral, las trabajadoras tienen derecho a rescindir su contrato y recibir una indemnización, ya que los patrones deben garantizar un espacio seguro.
Para ella, las deudas del Estado para garantizar condiciones laborales dignas a las mujeres en restaurantes son evidentes, especialmente considerando que muchas jóvenes y madres ven en este sector una oportunidad para obtener ingresos. La informalidad, la falta de seguro médico, salarios por debajo del mínimo y la explotación laboral son problemas comunes ante la falta de supervisión gubernamental efectiva.
Además, menciona que, si bien existen protocolos y leyes como la NOM 035, que establece los lineamientos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial en el trabajo y convenios con la Organización Internacional del Trabajo para atender estas situaciones, la información no siempre llega a las y los trabajadores, quienes a menudo están exhaustos tras largas jornadas laborales.
Por ello, Restaurantera Feminista busca alianzas con otras colectivas, como "La Laboralista de Confianza", para ofrecer talleres sobre derechos laborales y fomentar la organización colectiva.
La colectiva también ha desarrollado iniciativas como el fanzine La Cazuela, una forma de descentralizar y democratizar información sobre derechos humanos laborales, reconociendo que no todas las personas tienen acceso a internet o redes sociales. Estos fanzines buscan dar voz a quienes desean expresarse y generar redes de apoyo.
Fernanda Lezama, quien decidió dejar la vida restaurantera para dedicarse por completo a la colectiva, enfatiza la necesidad de sensibilizar a los patrones sobre las condiciones laborales dignas, como el derecho a tomar agua, sentarse y descansar. Actualmente, desde espacios como "Huerto Romita", buscan generar un modelo de trabajo en la gastronomía basado en la resistencia y el cuidado de las trabajadoras.
Si deseas contactarlas o seguir su trabajo, puedes encontrarlas en Instagram y Facebook como Restaurantera Feminista.