¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de que las mujeres solemos vivir más que los hombres, pasamos una parte significativa de nuestras vidas sufriendo de dolores crónicos, migrañas o trastornos depresivos?
La respuesta es impactante y revela una brecha histórica: aunque las mujeres vivimos en promedio hasta los 74 años y los hombres hasta los 69, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tendemos a soportar durante más tiempo afecciones que disminuyen nuestra calidad de vida. ¿La razón? Solo el 1% de la investigación sanitaria global se dedica a patologías específicas de la mujer, de acuerdo con un estudio publicado en The Lancet.
Afortunadamente, esta realidad está siendo desafiada por la FemTech, una revolución tecnológica impulsada por mujeres, para mujeres.
¿Qué es exactamente el FemTech?
La palabra FemTech fue acuñada por la emprendedora danesa Ida Tin en 2016, fundadora de la aplicación de seguimiento menstrual Clue, con el objetivo de legitimar y impulsar la inversión en este campo, antes desatendido por la industria tecnológica y de salud. Para entender este concepto transformador, conversamos con la doctora Cristina Chuck-Hernández, profesora investigadora en la Escuela de Ingeniería y Ciencias y líder del núcleo de investigación en salud del Tecnológico de Monterrey, quien nos compartió su definición:
“Puede ser una tecnología que atiende problemas de salud que afectan a mujeres o que afectan de manera más importante o incluso desproporcionada a mujeres”
La doctora Chuck-Hernández explica que esta tecnología abarca una amplia gama de soluciones: desde dispositivos médicos y sensores portátiles, hasta software, aplicaciones móviles (apps) y plataformas de análisis de datos. Todas estas iniciativas se centran en las necesidades biológicas, fisiológicas y sociales propias de nosotras.
El concepto de FemTech ha surgido con fuerza en los últimos años, buscando "cerrar brechas históricas en la investigación médica, pero también en los diagnósticos y tratamientos de condiciones femeninas muy específicas" que han sido subrepresentadas en medicina e ingeniería.
¿Por qué es importante el FemTech?
Si el FemTech es tan necesario, ¿por qué tardó tanto en ganar espacio? La especialista señala que la respuesta está en profundos sesgos culturales y de liderazgo.
“Yo creo que son sesgos en sesgos sobre la importancia de temas de salud femeninos fomentado por liderazgos en investigación, emprendimientos y empresas. Históricamente el liderazgo lo han tenido los hombres” (Dra. Cristina Chuc Hernández)
Este predominio masculino ha llevado a que se minimice la importancia de problemas femeninos específicos, como el dolor pélvico, la endometriosis, el síndrome premenstrual, la salud menstrual, la perimenopausia y la menopausia. Además de los sesgos, la doctora Chuck-Hernández menciona que la falta de datos médicos contundentes y basados en evidencia ha dificultado el desarrollo de soluciones FemTech.
¿Cuáles son los retos que enfrenta el FemTech?
Uno de los mayores retos que enfrenta la FemTech es el tabú social. La doctora Chuck-Hernández nos recuerda que, culturalmente, asociamos lo público con lo masculino y lo privado (el hogar) con lo femenino. Esto tiene un impacto directo en cómo se abordan nuestros problemas de salud:
“El tema de que de los problemas de mujeres no se habla en público”, explica la especialista. Temas como la sexualidad y el placer femenino, la menstruación, el síndrome premenstrual, la fertilidad o el aborto se mantienen en privado.
La especialista hace una poderosa reflexión, recordando que esta división cultural lleva tres mil años con nosotras. Cita un pasaje del libro Mujeres y poder. Un manifiesto, de la escritora Mary Beard, en el que analiza un fragmento de la Odisea de Homero, donde Telémaco le dice a Penélope:
"Mamá, vete a la casa y ocúpate de tus labores propias, del telar y la rueca. (...) El relato público estará cuidado de los hombres y sobre todo a mi cuidado. Mío es el gobierno de esta casa”.
Este mensaje histórico de que lo femenino pertenece al hogar y lo masculino al ámbito público ha afectado nuestro desarrollo y, por ende, nuestra salud.
¿Por qué es necesario invertir en FemTech?
A pesar de los obstáculos, el sector FemTech está despegando. Es una apuesta no solo por la justicia social, sino también por el impacto económico global.
Un estudio de EAE Business School, titulado La salud de la mujer despega. De tabú a negocio millonario, revela que, por cada euro destinado a la salud de la mujer, se recuperan tres.
El mismo informe estima que el valor de las empresas dedicadas al bienestar femenino crecerá un impresionante 247% en los próximos siete años, alcanzando los 158 mil millones de euros en 2032.
En Latinoamérica, la región representó el 5.7% del mercado global FemTech en 2023. En México, el mercado generó 50.8 millones de dólares en ingresos en 2022, y su ecosistema de startups es el segundo de más rápido crecimiento en América Latina, según Startups Magazine. Aquí, las soluciones más prominentes son las de software, siendo el segmento de "embarazo y maternidad" el que tiene más participantes.
¿Cuál es la responsabilidad social del FemTech?
Con el auge de las apps de seguimiento del ciclo menstrual, surge una pregunta vital sobre la protección de datos, especialmente ante el riesgo de que esta información pueda venderse para publicidad. La doctora Chuck-Hernández subraya que este es uno de los retos más importantes a futuro:
“Seguir las buenas prácticas en el manejo y colecta de datos personales” es fundamental.
Esto implica cumplir con la legislación, garantizar la transparencia y, sobre todo, cuidar la privacidad desde el diseño de las iniciativas.
Algunas prácticas recomendadas incluyen el manejo de datos cifrado de extremo a extremo y procesar la información directamente en el dispositivo en lugar de la nube, para minimizar intervenciones.
La doctora Chuck-Hernández considera que uno de los avances más prometedores es justo lo que estamos haciendo ahora: "hablar del tema" y la importancia de "pensar en la diversidad de usuarios y de clientes de iniciativas médicas y de investigación".
Otros avances clave incluyen:
- Desarrollo de software y apps para el seguimiento específico del ciclo menstrual, menopausia y perimenopausia.
- Incremento de métodos preventivos como el tamizaje cervical en comunidades rurales.
- Aumento en la integración de casos clínicos donde los sujetos de estudio son mujeres
- Incremento del liderazgo femenino en instituciones y gobiernos.
Para que el FemTech se integre por completo en el sistema de salud y "deje de ser un nicho", la doctora Chuck-Hernández concluye que debe haber un aumento en el financiamiento para iniciativas de salud, la generación de más evidencia clínica respecto a los problemas de salud de las mujeres, y un repensamiento de los conceptos de diseño centrado en las personas para integrar la diversidad social.
Hablar de FemTech es hablar de poder, conocimiento y acceso. Es reconocer que la tecnología puede ser una herramienta de justicia social cuando se diseña desde la experiencia femenina y la diversidad.
El desafío ahora es mantener la conversación abierta, seguir generando evidencia y exigir que las soluciones tecnológicas respondan a nuestras realidades.
Porque la revolución del FemTech no empezó en los laboratorios, sino en algo tan simple —y tan político— como atrevernos a decir: nuestros cuerpos también importan.