Ocurrió en 2021. Justo hace tres años, unos días antes del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador levantó unas vallas metálicas negras de tres metros de altura afuera del Palacio Nacional para blindarse de la marea feminista que —como cada año— llegaría furiosa hasta sus puertas a exigir justicia por la violencia feminicida que se vive en México. 

Aquella muralla fue nombrada por el gobierno como un “muro de paz” que buscaba “proteger el patrimonio de todos los mexicanos y evitar la confrontación”. Para sorpresa del presidente, estas vallas que se levantaron para bloquear todo intento de la protesta para alcancarle, sirvieron de lienzo para que decenas de mujeres lo convirtieran en un memorial en honor a las miles de mujeres víctimas de feminicidio en este país. 

Un muro que marcaba la distancia entre el presidente y las exigencias de las miles de mujeres hartas de la violencia en el país, se llenó de flores, consignas y nombres de mujeres que se niegan a ser solo una cifra más. De nuevo, ante un muro: la belleza y el horror, el recuerdo, la memoria, las historias. Frente al silencio y la ceguera, nombrarlas, a ellas.

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Sería precisamente esa escena del muro la que simbolizaría de alguna manera la relación que tiene el presidente con las demandas de las mujeres quienes buscaban en el lopezobradorismo al que presumía ser “el gobierno más feminista de la historia”, una esperanza de cambio.

A poco menos de un  año de que termine el sexenio de López Obrador, se vuelve oportuno y necesario, hacer una revisión crítica sobre el personaje que prometió combatir la violencia contra las mujeres por “convicción y no por moda”. 

Por eso es que desde La Cadera de Eva, recordamos algunos momentos en los que el discurso del presidente López Obrador fue en contra de lo que sería una “Cuarta transformación feminista”. Y es que desde su tribuna de todas las mañanas, AMLO ha evidenciado la misoginia que habita en su discurso y en las formas de hacer y ejercer la política. 

Desde un inicio nos planteamos la pregunta de si AMLO sería el presidente más feminista de la historia, retomando las palabras de la senadora Imelda Castro Castro, quien así calificaba al mandatario el año pasado, cuando negó que el presidente estuviera ejerciendo algún tipo de violencia contra la ministra Norma Lucía Piña Hernández al referirse a la ministra presidenta como “señora presidenta” o asegurar que ella debe su posición al presidente, descalificando su trayectoria y capacidades.

Recordemos que tras los comentarios de López Obrador hacia la ministra presidenta, varios seguidores lopezobradoristas quemaron y golpearon una figura representando a Piña Hernández en pleno Zócalo capitalino, esta acción no fue condenada oportunamente por el presidente. 

Una vez más, este acto simbólico contra la figura de Norma Lucía banalizaba  la violencia feminicida y la representaba contra la ministra, en un país donde se estima que son asesinadas al menos 11 mujeres al día. 

Las descalificaciones y burlas del presidente hacia la ministra no son los únicos momentos en los que el líder de la 4T ha mostrado su perfil misógino.

Las feministas, conservadoras

Uno de los primeros choques o desencuentros que se dieron entre el movimiento feminista y el presidente López Obrador fue durante las primeras marchas para exigir justicia por los feminicidios de Abril Pérez o el de la niña Fátima Cecilia, entre miles más que no llegan a ser registrados en medios de comunicación.

Estas manifestaciones no solo exigían un alto a la violencia feminicida, también expresaban el descontento por la persistencia de prácticas políticas revictimizantes, por ejemplo, con la postulación de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, luego de que al político guerrerense se le acusase de violencia sexual.

Pero mientras las protestas explotaban en las calles en distintas ciudades del país y puntualmente frente a Palacio Nacional, AMLO decía que no confiaba en el origen del movimiento feminista porque —según él — hasta antes de su gobierno no se veían este tipo de manifestaciones, por lo que acusó que las feministas podrían estar impulsadas por grupos conservadores que buscaban afectar su gobierno.

Un presidente “humanista”

Y precisamente la ola de marchas que distintas colectivas protagonizaron en los primeros años de su sexenio lo llevaron a posicionarse no solo para saber si estaba o no a favor de las pintas en los monumentos o en las vallas metálicas, sino incluso sobre su postura frente al feminismo, una postura tibia y, de nuevo, enlazando las exigencias de las colectivas feministas con grupos conservadores:

Que quede claro, yo no soy machista, yo estoy a favor del derecho de las mujeres, de la igualdad, siempre he estado (…) Yo soy humanista y no estoy en contra del feminismo. Estoy en contra de la corrupción, del autoritarismo, en contra de la hipocresía. Ahora resulta que los conservadores son feministas, es el colmo”.

Falsa paridad

El año pasado, AMLO presumía que nunca antes México había tenido un gabinete federal con paridad de género, es decir, con una representación igualitaria entre funcionarios hombres y funcionarias mujeres. Y aunque así fue en un principio, sólo el 44 % de las secretarías de Estado tienen una mujer al frente de esas dependencias cuando en el 2021 se registró un 50%, de acuerdo con un análisis elaborado el año pasado por Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“Las hijas cuidan a sus padres”, “las abuelitas ayudan a las madres solteras”

A pesar de que sigue pendiente la creación de un Sistema Nacional de Cuidados que garantice la distribución igualitaria de las tareas entre la sociedad para que no solo recaiga en las mujeres, el presidente López Obrador dijo durante el periodo de confinamiento por la pandemia de covid-19 que “es conocido que sobre todo las hijas cuidan a los padres, los hombres podemos ser más desprendidos”. 

Incluso, cuando en 2019 el gobierno de López Obrador decidió eliminar el subsidio para las guarderías y sustituirlo por una transferencia directa a las familias, el entonces secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, declaró que ese dinero “podía dárselo a las abuelas, que seguramente cuidarían mejor de los niños”; ante las críticas, el presidente defendió las declaraciones, insistiendo en que “las abuelitas ayudan a las madres solteras, se apoyan en sus mamás, las abuelitas de los niños. Así es la familia”.  

Estas declaraciones son graves en un contexto donde el 75% de las tareas de los cuidados recaen sobre las mujeres a pesar de que estas labores representan el 24.3% del Producto Interno Bruto (PIB). Y de hecho, el gobierno de AMLO dejará pendiente la creación de este sistema que buscaría repartir las tareas de cuidados entre todos los actores sociales, no solamente en las mujeres, como históricamente ha sucedido.

AMLO llama a diputada trans “señor vestida de mujer”

En enero de este año, el presidente López Obrador llamó a la diputada trans Salma Luévano “hombre vestido de mujer”, después de que la legisladora lo saludara con un beso. 

En su conferencia mañanera del 8 de enero de 2024 declaró: “López-Dóriga criticándome porque le di un beso a un señor vestido de mujer”...“Yo beso a los hombres y me besan, y el hombre tiene sentimientos”, dijo. Estos dichos fueron reprobados por la comunidad LGBTTTI+ que calificaron sus comentarios como transfóbicos. 

Ante esto, AMLO pidió una disculpa a la diputada trans de Morena Salma Luévano: “Quiero iniciar ofreciendo una disculpa a una compañera que se identifica como mujer y yo ayer hablé de que era un hombre vestido de mujer. Yo soy muy respetuoso y creo en la libertad y la gente debe de asumirse, cualquier persona, como se identifique”.

Se niega a recibir a las madres buscadoras

Otro de los momentos que han decepcionado a las defensoras de derechos humanos ha sido la negativa de López Obrador en reiteradas veces de reunirse con las madres que buscan a sus familiares desaparecidos, en un país donde hay más de 100 mil personas desaparecidas y son principalmente las mujeres quienes se encargan de las tareas de búsqueda. 

En julio de 2023, un periodista de la revista Proceso le preguntó al presidente si no consideraba que su gobierno les había quedado a deber a las madres buscadoras. A lo que López Obrador respondió: “¡No! Hay ese propósito manipulador. Lo importante es que ayudemos en la búsqueda de los desaparecidos y que ayudemos a los familiares y lo estamos haciendo, lo demás es politiquería, publicidad”.

Ante la respuesta del presidente, Cecilia Flores, líder del Colectivo Madres Buscadoras de Sonora, le recordó al presidente que hay quienes —como ella— han abandonado sus vidas para buscar a sus hijas e hijos: “y quienes abandonan sus ideales cuando llegan al poder. Usted no lo haga. Vaya con nosotras a una búsqueda y le aseguro que podrá distinguir entre desesperación y “politiquería”.

El aborto, un “tema polémico”

Antes de que se despenalizara el aborto en México, una demanda que se venía exigiendo desde años y años atrás, el presidente López Obrador, evitó en varias ocasiones posicionarse a favor o en contra de la interrupción legal del embarazo. 

A finales de diciembre de 2020, el presidente propuso realizar una consulta ciudadana para definir si se despenalizaba o no el aborto por tratarse, según él de un tema “muy polémico”. “Es una decisión de las mujeres, mi postura es de que en estos temas donde hay puntos de vista a favor y en contra, porque así es la democracia, no hay un pensamiento único, lo mejor es consultar a los ciudadanos, en este caso repito a las mujeres y hay mecanismos para poder solicitar una consulta”, dijo en su conferencia de prensa el 31 de diciembre. 

Recordemos que actualmente de los 32 estados sólo 12 han despenalizado la interrupción del aborto hasta las 12 semanas, un tema que aún está pendiente de aplicar en todo el país.

El doxing de AMLO

La última escena polémica que protagonizó AMLO fue el pasado 22 de febrero. López Obrador fue acusado de ejercer “doxing” contra la periodista Natalie Kitroeff, jefa de la corresponsalía del periódico New York Times en México, al revelar su número de teléfono personal sin su consentimiento en la conferencia de prensa matutina. Esto en uno de los países más peligrosos para ejercer periodismo por los constantes ataques contra la prensa.

López Obrador reveló los datos personales de Kitroeff, luego de hablar de un reportaje del New York Times sobre presuntos pagos de grupos del narcotráfico a la campaña de López Obrador en 2018. El problema aquí es que dar a conocer datos personales sin su consentimiento es una práctica conocida como doxing, la cual pone en riesgo los datos personales de los involucrados, escribió en su cuenta de Twitter Adrián Alcalá, comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

A pesar de esto, un día después, López Obrador defendió su punto sobre haber filtrado el teléfono de la periodista. Es más, dijo que no fue un error y aseguró que no existe ningún riesgo para los periodistas y que lo volvería a hacer, asegurando que “por encima de la ley de protección de datos personales, está la dignidad del presidente”.

“Que cambie su teléfono”, dijo López Obrador en conferencia de prensa.