Por Adrianna Maldonado Montelongo*

8 de marzo 2023, para este momento han pasado 8 años desde mi diagnóstico de autismo. Los médicos llegaron a él después de dos años de etiquetas equivocadas donde la psicosis y el trastorno límite de la personalidad fueron los más colosales. El autismo como respuesta me abrazó con ternura y pertenencia pero con profunda incertidumbre sobre el porvenir. 

Viví los años siguientes con un deseo ferviente de ser alguien más, de tomar la forma de quien tiene trabajo, quien logra independencia, sin embargo, al intentar mutar mi forma original me metí con mis raíces y el rechazo se convirtió en contractura y dolor de huesos. Como resultado, desarrollé fibromialgia, mi intestino se hizo pedazos y tuve temporadas donde fui incapaz de sentir cualquier cosa. 

8M
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Cada vez más cercana a mi propia discapacidad, el 8 de marzo del 2023 decido por primera vez marchar en su contingente. La  Marcha de mujeres con discapacidad tiene un formato distinto: es más corta, mucho del ruido sucede en señas y las ruedas, bastones y prótesis guían el paso firme hacia el objetivo. 

8M, mujeres con discapacidad
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El enojo impera porque el abuso es lo que todas tenemos en común. Muchas de nosotras transitamos periodos en los que aprendimos a odiar nuestra discapacidad por convertirnos en víctimas y es un trabajo de constante conciliación enfrentar que no fue nuestra culpa, que aquél familiar, maestro o médico que nos transgredió es el único agresor. Agradecemos también el poder nombrarlo, porque no todas pueden, y lo gritamos en su nombre porque en ese momento somos una unidad de furia colectiva. También gritamos porque nuestra lucha incluye pedir por espacios que nos dejen existir con libertad, con accesibilidad. Poder acceder a edificios, a empleos, a una vida independiente y digna. 

8M, mujeres con discapacidad
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Si bien lo sé con anterioridad, el 8 de marzo del 2023 acepté mi existencia como arriesgada y atípica, y la concebí, por primera vez, desde la colectividad, lo que le dio sentido al desierto de incertidumbre y pertenencia a la soledad. Ese día, abracé al contingente simultáneo a una causa, mi vida hoy es por y para las mujeres con discapacidad.

*Adrianna Maldonado Montelongo es egresada de la carrera en cinematografía por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, diplomada en Realización escenográfica por la Academia de San Carlos y en Producción audiovisual con perspectiva de género por el Centro Cultural Ollin Yoliztli. Se desarrolla en el ámbito profesional como diseñadora sonora y postproductora.