Los duelos son una experiencia personal e íntima, que cada persona vive de manera única y diferente, todas legitimas.

Los duelos los vivenciamos influenciados por nuestros sentimientos, interacciones y la forma en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Estas vivencias están trastocadas por las expectativas sociales sobre el duelo, cuyas raíces muchas veces son el sistema patriarcal. 

Se nos enseña que algunas pérdidas son "más válidas" que otras. Por ejemplo, la muerte de un ser querido suele valorarse más que la pérdida de una mascota, de un trabajo, etc., pasando estas pérdidas a segundo plano, que, si bien no hay ceremonias ni rituales para ellas, son igualmente profundas y significativas.

Reconocer y nombrar las diversas formas de duelo que enfrentamos a lo largo de nuestra vida, especialmente aquellas que vivimos como mujeres es indispensable, al legitimar y validar estas experiencias, estamos llevando a cabo un acto de resistencia y sanación.

A continuación, comparto algunos de los duelos silenciosos que muchas mujeres hemos enfrentado, a menudo en soledad:

-La presión de ser profesionales exitosas, madres e hijas ejemplares, parejas perfectas o feministas ideales puede llevarnos a un duelo por no poder cumplir con esos estándares impuestos que además muchas veces criminalizan.

-Ser víctima de violencia y enfrentarte a que no te crean o te revictimicen puede generar un duelo profundo, se pierde la confianza en el sistema judicial, en la seguridad personal, en la esperanza de recibir apoyo, protección y justicia.

-Para muchas de nosotras, nuestras mascotas son familia, compañeras de vida que nos brindan refugio, amor y alegría. Su pérdida puede ser tan dolorosa dejando un vacío en nuestras vidas como la de un ser querido, sin embargo, es común que la sociedad minimice este dolor y lo tache de exagerado.

-Ya sea por la edad, el embarazo, enfermedades o simplemente por el paso del tiempo, los cambios físicos pueden generar duelos que no siempre se reconocen y por lo tanto no se hablan. En una sociedad que nos exige cumplir estándares de belleza, puede ser complicado aceptar los cambios físicos.

-Las metas que nos planteamos sean cual sean pueden no concretarse, si bien pareciera algo común, hay metas o sueños no cumplidos que representan una pérdida sumamente dolorosa que merece ser reconocida.

-El cierre de un ciclo también puede traer sentimientos encontrados entre ellos el de pérdida al despedirnos de lo conocido.

Estos son algunos de los diversos duelos silenciosos, reconocerlos y validarlos es un acto de amor propio, un paso importante para aceptar nuestra realidad y comenzar a sanar, recordando que cada pérdida es válida y legitima.

Hablar de esos duelos silenciosos es un acto de resistencia y empoderamiento. 

Siendo indispensable contar con espacios seguros donde compartamos nuestras experiencias sin juicios, donde se valide nuestro dolor y recorramos el camino hacia la sanación a nuestro ritmo.

Si estás viviendo una pérdida, te mando un abrazo sororo, no estás sola, podemos acompañarte profesional y amorosamente en tus procesos de duelo, contáctanos al 55-56-74-96-95, 800-822-44.60 o encuéntranos en redes sociales como Red Nacional de Refugios.