“Para guardar en el armario, sólo la ropa”, se leía en decenas de pancartas en la masiva marcha que este sábado 24 nos reunió en Paseo de la Reforma. Tan festiva como todos los años anteriores, a pesar de las amenazas que circularon en redes de un supuesto bloque negro: para fortuna de todes, fue un encuentro colorido.
Las estimaciones oficiales refieren una asistencia de 250 mil personas. Nada mal para un país en el cual, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (Endiseg) 2021 del Inegi, una de cada 20 personas se identifica como LGBTI+; 81.8% se asume parte de esta población por su orientación sexual, 7.6%, por su identidad de género y 10.6%, por ambas.
Se trata de un universo integrado por cinco millones de personas —el 5.1% de la población mayor de 15 años de nuestro país— de las cuales la mitad se autodeclara bisexual. Y si lo vemos a nivel estatal, encontramos que Colima, Yucatán y Guerrero están en el top 3 de entidades con mayor porcentaje de población LGBTI+, con más de 8 % cada una; las que menos presencia tienen son Baja California y Tamaulipas. Pero, ¿será cierto?
Cuando hablamos de incidencia delictiva tenemos un indicador que es clave para comprender la realidad del fenómeno: la cifra negra; todos esos delitos que no se denuncian ante la autoridad y, por lo tanto, se quedan fuera de los registros. Sin embargo, queda la duda respecto a cómo podríamos medir lo que no se declara en términos de identidad.
Traigo esto a colación porque a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado desde el activismo, las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades, lo cierto es que hoy todavía prevalecen conductas discriminatorias y violentas contra la población de la diversidad sexual. Son actitudes que, además, obstaculizan la libre expresión de la identidad sexogenérica porque no podemos ignorar que vivimos en una sociedad heteronormada con serios problemas de prejuicios y normalización de todas las formas de violencia, incluso las más atroces.
Por ejemplo, en el informe “Los rastros de la violencia por prejuicio: violencia letal y no letal contra las personas LGBT+ en México 2022”, la organización Letra S señala que, de las 87 muertes violentas de personas LGBTI+ registradas en el país, las mujeres trans son las principales víctimas letales, con 48 transfeminicidios, lo cual equivale al 55.2%. A la lista le siguen los asesinatos a hombres gay, con el 25.3% de los casos, y mujeres lesbianas, con 12.6%.
Este contexto explica que para muchas personas salir del clóset sea una decisión inhibida por el miedo a un amplio espectro de reacciones del círculo significativo y de la sociedad en general. Desde el rechazo familiar hasta el cierre de oportunidades laborales gravitan en la mente y corazón de una persona que siente en su interior el anhelo de plenitud que le corresponde y garantiza la correcta aplicación de los derechos humanos, pero en la práctica parece una posibilidad inalcanzable.
Ante ese contexto, la conciencia corporal ha demostrado ser una herramienta de apoyo en el proceso de autoafirmación de la identidad sexogenérica. En especial en los casos donde la violencia y los estigmas están tan interiorizados que asumen la voz de la propia persona y se manifiestan en el encuentro ante el espejo. No es un camino que se pueda transitar en soledad; se requieren aliados con mirada empática, capacidad de escucha activa y paciencia.
Si mientras lees estas líneas te sientes parte de ese grupo atrapado en el clóset por temor y que además ya hay una voz en tu cabeza que te regaña cada que consideras la posibilidad de dar el paso y comunicar tu orientación e identidad, debes saber que no estás sola, solo, sole.
Hay organizaciones aliadas que pueden acompañar tu proceso:
- Destaco a Círculo Diverso, que acompaña en la detección oportuna de infecciones de transmisión sexual y priorizan las necesidades de la población LGBTI+ con VIH.
- Casa Frida, que brinda rescate, alojamiento, cuidado y atención a la salud integral a quienes huyen de violencia.
- En términos de apoyo jurídico y psicológico ante cualquier delito o crisis emocional, está disponible 24/7, gratis y para todo el país, la Línea y Chat Nacional Diversidad Segura del Consejo Ciudadano de la CDMX, en el 800 000 LGBT (5428).
Hasta que la libertad de ser y amar no sea nunca más un tabú seguiremos insistiendo: ¡tu cuerpo es tuyo, no del clóset!