El tema de las violencias hacia las mujeres y su impunidad en nuestro país no deja de sorprendernos. Cada vez más van en aumento sus diversas expresiones en los diferentes entes institucionales y sus representantes, hoy me parece importante enfatizar la violencia de género en el deporte mexicano.
Y es que, parte de lo que hemos estado escuchando y leyendo en los últimos meses en diversos medios de comunicación y en las redes sociales, es el actuar de una funcionaria que no tiene perspectiva de género, que al parecer no conoce la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), ni la Ley Olimpia, que tiene como objetivo atender y sancionar la violencia digital y la violencia en los medios de comunicación; y mucho menos, las responsabilidades que como titular le corresponden.
El enfrentamiento de Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) con la selección de nadadoras artísticas, ganadoras de cuatro medallas en la Copa del Mundo celebrada recientemente en Egipto, ha versado de frases violentas, hostiles y degradantes en detrimento de las acciones que, las integrantes del equipo de natación, implementaron para la recaudación de fondos que les permitió acudir a dicho mundial, debido a que la CONADE les retiró el apoyo y sus becas.
A este hecho también se sumó el presidente Andrés Manuel López Obrador en una de sus mañaneras, acusándolas de generar “un escándalo” y “orquestar una campaña de desprestigio” lo cual dio cuenta del poco conocimiento que tenía del retiro de apoyos a dicho equipo por parte de la CONADE. Así como de que la Fundación Telmex también contribuyó a la financiación del equipo.
Esto ha visibilizado una larga fila de acontecimientos parecidos con otras atletas de la rama femenil. El énfasis aquí es lo poco institucional para llevar el caso y la violencia institucional, verbal y de hostigamiento hacia las nadadoras.
Otro caso de violencia deportiva es la del fútbol femenil, pues desde el año pasado la capitana del equipo América, Scarlett Camberos, fue hackeada, violentada y acosada en sus redes sociales. Tuvo una espera tortuosa, debido a la poca claridad y lentitud de las autoridades, aun y cuando ella presentó su denuncia con pruebas y proporcionó la identidad del hostigador a la Fiscalía General de Justicia (FGJ).
La Fiscalía mostró ineptitud en la aplicación de medidas cautelares y de protección para garantizar la seguridad de la furtbolista, a la vez que el generador de violencia seguía incrementando su acoso y violencia digital. Si bien, después de tiempo se giró una orden de restricción, el violentador la omitió, motivo por el cual se giró una orden de aprehensión por 36 horas, que una vez cubiertas fue liberado.
La tibieza con la que ha sido tratado este caso nos da cuenta, una vez más, de la irresponsabilidad en las instancias de procuración de justicia, la lentitud de procesos y la falta de instrumentos que garanticen la integridad de las mujeres. Lo cual orilló a la futbolista a irse definitivamente del país para proteger su vida.
Al respecto, Claudia Pedraza, doctora en Ciencias Políticas y Sociales, especialista en violencia digital de género, comentó en el programa Diosas Olímpicas:
“Estas jugadoras han logrado visibilizar el fútbol femenil y sus trayectorias, pero lo paradójico es que esta visibilidad las ha colocado en un foco de ataques, la violencia hacia las futbolistas ha aumentado en los últimos años y los efectos de esto impactan su vida, su carrera y su bienestar, bajo ninguna circunstancia puede ser más importante un contrato que la seguridad y vida de la jugadora”.
Por otra parte, Scarlett Camberos, al despedirse de México, mencionó:
“Anhelo un país que escuche con intención y propósito a las mujeres, más allá de generar conversación sin acción en un día específico del 8 de marzo”.
Dichas frases denuncian que “los avances” se siguen quedando sólo en el discurso, que la integridad y la vida de las mujeres deportistas no es prioritaria, que el tipo de expresiones violentas, hostiles y degradantes no corresponden a una transversalización de la perspectiva de género, que hay un desconocimiento de las leyes que protegen a las mujeres, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley Olimpia, ya no digamos de todo el marco normativo nacional e internacional que deberían conocer y aplicar las y los funcionarios públicos y empresariales.
Finalmente, con bombo y platillo, este mes de julio Mikel Arriola, Presidente de la Liga MX, presentó el “Protocolo contra el Acoso y Hostigamiento Sexual de la Federación de Fútbol Femenil” con una estructura de seis apartados. Sin embargo, quienes hemos elaborado estos instrumentos sabemos que su proceso conlleva un año de trabajo arduo para su construcción, debido a las modificaciones que también deberán realizarse a la par en todos los documentos administrativos, legales y de contratos, a fin de armonizarlos y garantizar más adelante la operatividad del mismo.
Por experiencia, cuando no se armoniza las denuncias no proceden. Una vez que se tiene el protocolo, se realiza un pilotaje y una validación final, su difusión, la construcción de la estructura que estará a cargo, la asignación del presupuesto y la sensibilización de toda la estructura, incluyendo las y los directivos, entre otros mecanismos; lo cual espero hayan considerado, ya que por sí solo el protocolo no funcionará.
En tanto, la lista de deportistas violentadas seguirá creciendo, se archivarán y se quedarán impunes, y al igual que los “avances” en la política pública con perspectiva de género y la prevención de la violencia hacia las mujeres, se quedará en el discurso y no en los avances.