Se estrenó la serie que cuenta la historia del hombre como cometió feminicidios Atizapán; feministas entrevistadas por La Cadera de Eva, señalan que la realización de una serie documental es un espectáculo del feminicidio, porque se centra en el feminicida y no en la violencia estructural contra las mujeres.
La serie documental Caníbal: Indignación total fue producida en colaboración con la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el objetivo es crear consciencia en la sociedad sobre la gravedad de la violencia feminicida, la indiferencia de la sociedad civil y la insensibilidad de las autoridades mexicanas, de acuerdo con Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Suprema Corte.
Sin embargo, feministas han señalado que el ángulo de la serie no es el adecuado para crear esa conciencia en la audiencia, sino que recae en la espectacularización. Es decir, ”se venden los asesinatos de mujeres como un espectáculo”, se centra la noticia en el feminicida y su historia pero se deja de lado la historia de las víctimas, según Natalia Xicohténcatl, colaboradora de investigación en el Observatorio Mexicano de Política Exterior Feminista.
“Recae mucho en la especularización de los feminicidios. Es decir, lo están convirtiendo en un show aunque no sea la intención… porque desde el nombre, la gente lo va a ver con morbo. Nuestras muertes no se actúan”, dice Natalia Xicohténcatl para La Cadera de Eva.
¿Por qué una serie documental?
La violencia feminicida contra las mujeres es uno de los problemas que más afectan a la sociedad mexicana y, en los últimos años, los casos de feminicidio han ido al alza. El 2021 se posicionó como uno de los años más violentos para las mujeres desde 2015, pues se registraron mil 4 feminicidios, 2.66% más respecto a 2020.
El caso de “el asesino serial”, Andrés Mendoza, causó conmoción en la sociedad civil, las autoridades y la procuración de justicia. Andrés Mendoza es un hombre de 72 años que, desde 1990 cometió aproximadamente 30 feminicidios, Atizapán de Zaragoza, Estado de México.
“No es un asesino serial: es un victimario colectivo, porque todas y todos somos testigos de lo que está haciendo, y él sabe que tendrá ese apoyo, para que quede impune lo que hizo” enfatiza la antropóloga y feminista Elvia Ramirez Olvera, en entrevista para La Cadera de Eva.
A través de la serie Caníbal: Indignación total, se retoman los testimonios de diversas funcionarias y funcionarios participantes en caso, así como periodistas y especialistas en el tema para visibilizar la importancia de la participación de la sociedad.
“Se trató de evitar cualquier tipo de revictimización, buscamos hacer consciencia contando las cosas como pasaron. La gente tiene que saber qué hay detrás de un feminicida que estuvo impune por casi 30 años”, expone Itzel Cruz para La Cadera de Eva, periodista participante en la serie.
Itzel Cruz señala que es importante visibilizar la realidad de lo que hacen y piensan los feminicidas, ya que en el día a día no se conoce el contexto completo de los crímenes que cometen a diario contra las mujeres.
“Como sociedad, no se profundiza más allá de lo que está pasando en el entorno social, sobre todo lo que está pasando en la cabeza de estos sujetos, asesinos de mujeres. No sólo es contar la historia de forma superficial, es contar qué estaba pasando en la cabeza de Andrés”, comparte.
En ese sentido, se tuvo un extremo cuidado con la información que se decidió compartir en la serie. De acuerdo con Itzel Cruz, se omitieron videos, fotografías, audios y demás pruebas de la investigación que sí generarían morbo, como sucedió en su momento con la filtración de fotografías de las pertenencias de las víctimas de Andrés Mendoza.
Caníbal: ¿indignación total?
En reiteradas ocasiones, colectivas feministas han señalado que llamar “monstruos” a los feminicidas es una forma de invisibilizar la violencia estructural que viven las mujeres por parte de hombres.
En el caso del feminicida Andrés Mendoza, se le ha calificado de “caníbal”, “monstruo” y hasta se le nombra como “el mayor feminicida de México”; estos apodos dados por las mismas autoridades y la prensa, forman parte de un discurso que pone a los feminicidas como sujetos “enfermos” o “locos”, dando a entender que sus actos son justificados e incluso poniéndolos como ejemplo de inteligencia y audacia, pero no es así.
Te compartimos algunas razones por las que deberíamos cuestionar el documental:
1.El nombre: Caníbal, es un título sensacionalista, que busca atraer a los espectadores a través del morbo y las emociones.
“Llamar ‘monstruo’ a un hombre es mucho más fácil que aceptar, reconocer y nombrar la violencia feminicida que se vive en México. Es mucho más fácil nombrar a un individuo como enfermo que reconocer que la sociedad y la cultura en la que ha crecido es profundamente misógina, patriarcal y feminicida”, explica Elvia Ramírez.
En redes sociales, la serie sí que ha causado indignación total, pero por parte de feministas. La usuaria Jean Estrada señala que al ser una producción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el discurso de la historia es institucional, donde se muestra que las autoridades sí están trabajando, que la Fiscalía está investigando y que las autoridades del Estado de México están colaborando entre sí.
“El discurso busca que creamos que la violencia contra las mujeres es un hecho aislado e individual y no un problema estructural. Busca construir una narrativa en la que que creamos que si atraparon a un feminicida serial entonces podemos estar más tranquilas, como si afuera no hubiera más violencia”, según Estrada.
De acuerdo con Elvia Ramírez, la sociología ha hecho énfasis en la idea de “enfermar” a los criminales, quienes son mostrados como una anomalía social. “Algo parecido ocurre dentro del discurso público de los ‘monstruos’; se les ve como hombres que están enfermos y que toda la violencia que ejercieron es a partir de ser una anomia social. Es decir, que ellos no pertenecen a esta sociedad. No les reconocen en el discurso, pero les defienden en los actos”, agrega.
¿Y las víctimas?
Otro de los elementos señalados, es que la serie no muestra una reivindicación de las víctimas. Hasta el momento, sólo se ha centrado en el feminicida, en su historia de vida, en cómo era en su vida “normal”, y la opinión de autoridades.
“Todo se centra en el feminicida, desde que deciden darle un apodo, entonces se convierte en el protagonista. La gente va a ver la serie, pero la van a ver por morbo, no por tener la intensión de sensibilizarse. Y ahí, hay un problema porque ¿dónde quedan las víctimas?”, señala Natalia Xicohténcatl.
Afirma que se sigue perpetuando la figura de “monstruo”, lo que nuevamente pone a un feminicida como un caso aislado, una excepción o un caso único, “defendiendo a un asesino dentro del patriarcado, es normalizar más la violencia”, agrega la antropóloga Elvia Ramírez.
Por otra parte, las feministas también señalaron que en la serie no se le dió prioridad a las víctimas, pues no se hace una reivindicación de sus asesinatos y de lo que implica la búsqueda de la verdad y la justicia para sus familias.
En ese sentido, criticaron que no se haya tomado en cuenta a quienes siempre han gritado los nombres de las víctimas, señalando las fallas del Estado y de la sociedad patriarcal: las feministas, las madres y familias. Hasta el momento, no se ha mostrado la importancia del movimiento feminista en México, ya que a partir de este, se ha visibilizado la violencia feminicida.
“Falta contraste en los testimonios, no aparecen otras mujeres; las que se organizan y luchan”, dice Jean Estrada.
En cada caso de feminicidio, son las mujeres las que han salido a las calles a exigir seguridad para ellas; y en el caso de Andrés Mendoza, son las feministas quienes han exhibido la realidad de la impunidad y “la indiferencia de una sociedad para la que las mujeres pobres son invisibles, prácticamente desechables”, señalan en redes.
La producción de la serie Caníbal: Indignación total, se reconoce como una forma de acercar a las audiencias hacia una mayor conciencia de la violencia contra las mujeres. Sin embargo, como lo han señalado las expertas y las feministas, aún queda mucho por reflexionar respecto a cómo y quiénes están contando el caso.