"Un hombre que no tiene la capacidad de ser violento no es un hombre completo", declaró Kalimba durante el podcast Auténticos de Pedro Prieto, la conversación estuvo volcada a las masculinidades y la necesidad de "devolver" la hombría para dejar de producir "debiluchos". El caso Kalimba terminó por enardecer las redes en un momento coyuntural: Es momento de cuestionar la masculinidad y el rol de género

El cantante explicó que para que un hombre alcance su completud como persona debe dejar fluir su violencia, siempre y cuando sepa dominarla teniendo el carácter suficiente para violentar a otres cuando sea necesario. 

Su ejemplo sobre esto lo acuñó diciendo que el día que asalten a una mujer, esa mujer querrá ser defendida por el hombre que la acompañe y reafirmó estar absolutamente seguro que es eso lo que desean todas las mujeres: ¿Quién no quiere a un hombre que sepa usar su fuerza? Todas. 

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Consecuentemente, Kalimba también dirigiría su discurso a las mujeres bajo la idea de que, así como las mujeres desean a un hombre que use su fuerza, ellos también desean a una mujer "de buen corazón", pues es así como "cada uno está diseñado para representar su parte en la sociedad". 

La intervención concluyó cuando se señaló que actualmente se intenta hacer ver a la masculinidad como un elemento negativo, y que además, como se les ha quitado ese poder masculino, los hombres de ahora se han convertido en "debiluchos", una característica que -en sus palabras- no atrae a ninguna mujer de verdad. El diálogo y la retroalimentación quedó a deber en un espacio como el podcast, pues Pedro Prieto se limitó a asentir y repetir palabras que reafirman este discurso que perpetúa el rol de género de la violencia como instinto masculino y la indefensión femenina

Masculinidad: Nada qué aplaudir

Dentro de su discurso, Kalimba aborda la idea de la "masculinidad hegemónica", un concepto definido por Raewyn Conell quien señala que se trata de un conjunto de constructos sociales que determinan cómo un hombre debe relacionarse, dominar y exaltar sus cualidades de virilidad, normalmente, relacionados a la violencia y la supremacía.

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Existe algo importante a destacar y es que no podemos hablar de masculinidad hegemónica, sin antes relacionarla con el sistema, pues esta masculinidad depende por completo de la validación patriarcal; sus comportamientos son exaltados y avalados de manera colectiva. En este caso, el "hombre violento y con carácter" que señala Kalimba, es una construcción social que reafirma su posición en el mundo como un hombre heteronormativo y encuentra la validación en otros, en resumidas cuentas: Pacto patriarcal.

Sobre esto último, el sociólogo y especialista en género Bastián Olea señala que estos valores violentos y dominantes, se componen de otros discursos como el machismo y la homofobia con el fin de encontrar su validación homosocial.

Asimismo, cuando se habla de cómo cada persona está "diseñada para cumplir un rol", se cae en una contradicción social, pues se perpetúa la creencia patriarcal de la dicotomía del género (hombre/mujer). El hombre adapta la idea de que es proveedor, protector y violento a causa de su género, mientras que las mujeres tienen como causa última la afabilidad, pasividad o -en palabras de Kalimba-, el buen corazón. 

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Sobre esto último, el sociólogo e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Salvador Cruz explica que todos estos significados sociales que adaptamos no hacen más que perpetuar las desigualdades entre hombres y mujeres, pero no sólo eso, sino también, esta "masculinidad" violenta y excluye a otros hombres que no encajan dentro de estos paradigmas sociales

Estos hombres son aquellos que pertenecen a otros orígenes étnicos, raciales, pertenecen a la comunidad LGBTTIQ+ o están en contra de estos valores de opresión; hombres a los que Kalimba se refiere como "los debiluchos". En palabras del filósofo Antonio Gramsci:

“La hegemonía se refiere a la dinámica cultural por medio de la cual un grupo exige y sostiene una posición de mando en la vida social. Sin importar cuál sea el momento, la cultura siempre preferirá alguna forma de masculinidad”

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La réplica de estos mensajes no sólo resultan contraproducentes para las mujeres, sino que también, la masculinidad hegemónica lastima, asesina, condena y hiere a los hombres. Por ejemplo, en el supuesto asalto que plantea Kalimba y su necesidad de "pelear" para defender a la mujer; en México, por cada mujer víctima de homicidio hay 8 hombres asesinados con arma de fuego, contacto con arma blanca y ahorcamiento, de acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Registradas del INEGI 2021. 

En un país donde se asesinan a 10 mujeres cada día y anualmente 83 mil 749 hombres son asesinados -mayoritariamente por otros hombres-, la idea del "hombre violento" necesita ser desechada, cuestionada y jamás replicada.

¿Cómo podemos comenzar a cambiarlo y qué impacto tiene en la salud mental de los hombres? Basadas en la teoría de Raewyn Conell, te presentamos nuestro glosario feminista: "Los hombres no lloran": ¿qué es la masculinidad hegemónica?