Nadie esperaba que Javier Milei, presidente de Argentina, adoptará el lenguaje inclusivo para dirigirse a las personas funcionarias de su gabinete, pero que se anunciara la decisión de prohibirlo por completo en la Administración pública nos dejó sorprendidas. “No se va a poder utilizar la letra e, la arroba, la x y (se va a) evitar la innecesaria inclusión del femenino en todos los documentos. Las perspectivas de género se han usado también como negocio de la política”, explicó el vocero de la presidencia, Manuel Adorni.

Esta medida extiende la decisión que ya había tomado Luis Petri, ministro de Defensa, quien prohibió por decreto el uso del morfema “e” en reemplazo de las letras “a” y “o” de su documentación oficial. De acuerdo con el Boletín Oficial se impuso “el uso correcto del idioma castellano” porque “cualquier desviación o desnaturalización” del idioma “puede inducir a interpretar erróneamente lo que se desee disponer u ordenar”. Según la nueva normativa, fórmulas como “sargenta” o “caba” no estarán permitidas, ni tampoco términos para referirse a identidades no binarias como “soldadxs” o “soldades”.

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“El lenguaje que contempla a todos los sectores es el español. Es un debate en el cual no vamos a participar porque consideramos que las perspectivas de género se han utilizado también como negocio de la política” (Manuel Adorni, vocero presidencial)

¿Por qué es importante el lenguaje incluyente?

El lenguaje es la herramienta más poderosa en la socialización y su función es dar legitimidad a los poderes patriarcales, de acuerdo con el Manual de Comunicación No Sexista escrito por Claudia Guichard Bello, por eso es que a través del lenguaje incluyente tiene se busca evitar sesgos de género, estereotipos, exclusión y la desvalorización de grupos históricamente oprimidos.

Aunque la Real Academia Española (RAE) lo ha rechazado pues considera que “el uso de la @ o de las letras ‘e’ y ‘x’ como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario”, y que el uso del masculino gramatical “no supone discriminación sexista alguna”. La utilización del lenguaje inclusivo ha crecido y se ha incorporado en dependencias de Gobierno, universidades u organismos internacionales. En esta nota ya te contábamos que el uso del lenguaje inclusivo busca reapropiarse del lenguaje, desde un impulso político, de resistencia, que busca construir nuevas relaciones, nuevos códigos comunes, el derecho a nombrarse y visibilizarnos como sujetos sociales.

En el caso de Argentina, hace años que se extiende el uso del lenguaje inclusivo, vino de la mano de leyes como: matrimonio igualitario, vigente desde 2010, la ley de identidad de género, que permite modificar el nombre, la imagen y el sexo registrado en los documentos, aprobada en 2012 y sobre todo del debate por el aborto legal que comenzó en 2018 y culminó a fines de 2020 con la aprobación de la ley que despenalizó la interrupción del embarazo.

La decisión de Milei de prohibir el lenguaje inclusivo y el uso de perspectiva de género en la Administración pública no solo representa un distanciamiento con el gobierno del expresidente Alberto Fernández (2019-2023), quien defendió su uso y llegó a implementarlo, sino que está en línea con su “batalla cultural” contra las políticas de igualdad que él considera “adoctrinamiento del marxismo”.