“Estoy comprometida con las víctimas invisibles”, declaró Caroline Darian, hija de Gisèle Pelicot para la cadena británica BBC. En su primera entrevista tras la condena de 20 años a Dominique Pelicot, Caroline recuerda cómo es que se enteró de la existencia de una carpeta llamada Mi hija desnuda, que contenía fotografías suyas.

En la carpeta se hallaron dos fotografías de Caroline con apenas 30 años de edad en posición fetal, similar a la postura en la que su madre había sido grabada y violada. Únicamente llevaba puesta una camiseta y ropa interior color beige, con un edredón que no la cubría. “Viví un efecto de disociación. Tuve problemas para reconocerme desde el principio”, confesó.

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A pesar de que Dominique Pelicot negó haber agredido sexualmente a Caroline, ella está convencida de que también fue drogada y abusada por su padre. “Sé que me drogó, probablemente para abusar de mí, pero no tengo evidencia de ello”

En la administración de sustancias químicas a una persona sin su consentimiento como sedantes, analgésicos, somníferos y ansiolíticos conocida como sumisión química, las víctimas no tienen  prueba del abuso, especialmente porque no recuerdan cuándo ni cómo ocurrió la agresión. “¿Y a cuántas víctimas les ha sucedido lo mismo? No les creen porque no hay pruebas. No se les escucha, no se les apoya”, dijo Caroline.

“No es una hipótesis, es una realidad. Yo lo sé”

Durante los juicios en contra de Dominique Pelicot, Coraline intentó hacer que su padre confesara las agresiones que habría cometido en su contra sin éxito. “Soy una víctima olvidada en este caso”. A diferencia de su madre, Caroline no tiene pruebas de las agresiones.

“Es difícil ser la hija de uno de los depredadores sexuales más grandes de los últimos 10, 20, 30 años, y al mismo tiempo ser la hija de un ícono como mi mamá”.

En un fragmento de su libro I’ll Never Call Him Dad Again, Caroline cuenta que una de las necesidades básicas que le arrebató el caso fue el sueño. Después de enterarse de las fotografías halladas en la computadora de su padre, no pudo dormir por cinco días seguidos, por lo que fue internada en emergencias, donde desde la negligencia el personal médico intentó sedarla sin considerar las especificaciones de su caso.

“Perdí una parte de mí, perdí mi identidad”. Caroline recuerda que durante sus vacaciones, sus padres cuidaban de su casa en las afueras de París. Evidencia mostró que en 2019 Dominique Pelicot invitó a un hombre de 34 años de edad a violar a Gisèle en la habitación de invitados y meses después invitó a otro hombre a abusar de ella en la cama de Caroline. 

Dominique dijo en la Corte que no había simbolismo alguno de la elección de lugar, sin embargo, para Caroline este es un motivo relevante, especialmente porque quien violó a Gisèle en su cama era un hombre que había sido condenado sentenciado a cinco años de prisión por abusar de su hija de 17 años de edad.

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Caroline relata en su libro tener sospechas de haber sido el “conejillo de laboratorio” de Dominique Pelicot; Caroline bebía y fumaba ocasionallmente, mientras sumadre, Gisèle, no, por que Dominique conocía los efectos de las sustancias químicas entre las mujeres fumaban  y no.

Otro aspecto relevante para las sospechas de Coraline es que en 1999 Dominique intentó abusar de una mujer de 19 años. Cuando le preguntaron sobre el caso en 2022 mientras esperaba el juicio sobre las violaciones a su esposa, Gisèle Pelicot, dijo que después de desvestir a la mujer se dio cuenta que tenía la misma edad que su hija, lo que lo detuvo en shock y sirvió para que la víctima forcejeara con él y saliera del lugar. 

A pesar de las pistas, el caso de Caroline Darian no tiene pruebas tangibles como el de su madre, y el de muchas mujeres que viven sabiendo que la justicia nunca estará de su lado con la certeza de que fueron víctimas de abuso sexual.

“Cuando miro atrás, realmente no recuerdo al padre que pensé que era. Miro directamente al depredador sexual que es”.