El macrojuicio en Francia por el caso de Gisele P., que durante 10 años fue drogada por su exesposo Dominique Pelicot, quien la ofreció a más de 50 hombres para ser agredida sexualmente, despertó una fuerte reflexión en la sociedad francesa sobre la importancia del consentimiento sexual en el país galo.
Didier Migaud, el nuevo ministro francés de Justicia, dijo en una entrevista a France Inter que está a favor de integrar la noción del consentimiento en la definición del delito de violación, en la que ahora no aparece de forma explícita.
Migaud se ha limitado a contestar con un "sí" cuando se le preguntó si coincide con la posición del presidente de Francia Emmanuel Macron, que en marzo manifestó su intención de cambiar el artículo del Código Penal sobre ese delito para que "se incluya el consentimiento".
Esta propuesta ha sido impulsada, en parte, por las impactantes declaraciones de algunos acusados de violación en el caso de Gisèle que cuestionaron el concepto de consentimiento, lo que ha llevado a una urgente revisión de las leyes actuales.
¿Qué dice la ley en Francia sobre consentimiento?
Actualmente, la violación se define en el Código Penal de Francia como “cualquier acto sexual sin consentimiento que implique violencia, obligación, amenaza o sorpresa”, de acuerdo con la legislación. Sin embargo, la senadora Mélanie Vogel propuso una modificación para clarificar que el consentimiento no es válido si se da bajo presión o coacción, y que puede ser retirado en cualquier momento.
En esencia, la modificación busca ampliar la definición de violación para proteger mejor a las víctimas y evitar absoluciones debido a technicalidades. La senadora Vogel considera que la definición actual es demasiado limitada y no aborda adecuadamente la complejidad del consentimiento en situaciones de violencia o coacción.
Algunos puntos clave de la modificación son:
- Consentimiento no válido: no se considera consentimiento si se da bajo violencia, obligación, amenaza o sorpresa.
- Retirada del consentimiento: el consentimiento puede ser retirado en cualquier momento.
- Protección a víctimas: la modificación busca proteger a las víctimas de violación y evitar absoluciones injustas.
Esta modificación es crucial para garantizar que la justicia se haga justicia y que las víctimas de violación reciban la protección que merecen.
El macrojuicio en Francia contra estos 51 hombres ha resaltado la necesidad de una legislación más clara que proteja a las víctimas y que defina sin ambigüedades el consentimiento en el ámbito sexual. La sociedad francesa se encuentra en un proceso crucial que podría transformar sus fundamentos en materia de agresiones sexuales.
Con la frente en alto
Gisèle se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia sexual. Su caso ha generado un gran interés en todo el mundo, especialmente en Francia, donde se está llevando a cabo el juicio.
La escena es impactante: mientras Gisèle recibe aplausos y apoyo de la gente cada que se realiza una audiencia del juicio, los acusados se dividen entre aquellos que se sienten avergonzados por el acoso popular y aquellos que provocan con comentarios obscenos.
Algunos acusados han pedido perdón, asegurando que no sabían que Gisèle no estaba de acuerdo con sus acciones. Pero sus disculpas son problemáticas, ya que sugieren que la culpa recae en ella y no en ellos mismos.
Gisèle también se ha convertido en un símbolo feminista al enfrentar con dignidad el abuso sistemático de su exesposo. De hecho, activistas y feministas han dedicado cartas abiertas para elogiar su valentía por hacer público el juicio e incluso han encabezado marchas para visibilizar los peligros de la sumisión química.
Gisèle también se ha convertido en un ícono feminista por su valentía al enfrentar el abuso sistemático de su exesposo. Su historia ha inspirado a otras mujeres a compartir sus experiencias.
Émilie, de 33 años, es una de ellas. En el macrojuicio en Francia, contó que su exmarido, Hugues M., de 39 años, podría haberla drogado y violado, al igual que hizo Dominique Pelicot con Gisèle.
Émilie recordó una noche en 2019 en que se despertó mientras su pareja mantenía relaciones sexuales con ella mientras dormía. También sufrió mareos entre septiembre de 2019 y marzo de 2020. Presentó una denuncia, pero las pruebas no encontraron evidencia de sumisión química y su caso fue desestimado.