El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, ofreció disculpas públicas en nombre del Estado por la desaparición de la escritora española-guatemalteca Alaíde Foppa en 1980. Sus restos aún no han sido encontrados.

Alaíde Foppa, escritora, poetisa y activista feminista fue secuestrada el 19 de diciembre de 1980 por paramilitares derechistas durante la guerra civil que duró de 1960 a1996 y que dejó más de 200 mil muertos y desaparecidos en Guatemala, de acuerdo con la ONU.

“Pedir disculpas a las víctimas de la violencia estatal como representante del Estado es un elemento fundamental para poder encontrar nuestra ruta hacia una nación cohesionada” (Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala)

En su mensaje, el presidente de Guatemala destacó que es importante conocer la historia de un país y reconocer los errores para lograr un camino hacia una mejor nación. También señaló que esta disculpa permite rescatar a todas las mujeres que fueron víctimas de la violencia en distintas circunstancias, lo que permite la posibilidad de rescatar el presente para resolver los déficits de justicia y equidad.

“Nos permite la posibilidad de creer que, a pesar de nuestra historia, esta nación puede construir un futuro diferente, un futuro de paz, un futuro de justicia, un futuro de concordia” (Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala)

Durante el evento, el hijo de Alaíde Foppa, Julio Solórzano Foppa, agradeció estas disculpas públicas y resaltó que con esta acción el presidente de Guatemala asume responsabilidad con las personas desaparecidas durante la guerra civil.

“Yo soy nacido en México, me vine hace 15 años a Guatemala a buscar información sobre qué había pasado con ella y con (mis hermanos) Mario y Juan Pablo (muertos durante la guerra). Lamentablemente no hemos avanzado mucho” (Julio Solórzano Foppa, hijo de Alaíde.)

Al acto de disculpa pública también asistió la líder indígena Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, quien habló sobre la memoria de las personas desaparecidas.

“Pasan los años, pasan las décadas, no importa, pero vivos se los llevaron y vivos los queremos. Cuando Alaíde fue secuestrada, éste era un palacio del horror y hoy es un palacio donde nos congregamos para dignificar nuestra propia memoria” (Rigoberta Menchú, líder indígena.)

¿Quién es Alaíde Foppa?

Hija de un ítalo-argentino y una pianista guatemalteca de familia acaudalada, Alaíde Foppa llegó a Guatemala en 1943 antes del derrocamiento del dictador Jorge Ubico (1931-1944).

Actualmente considerada una de las figuras más relevantes de la poesía latinoamericana del siglo XX, así como una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres en Guatemala y México. Alaíde destacó como poeta y publicó obras como Las palabras y el tiempo (1945) y Elogio de mi cuerpo (1970). Sus textos exploraron temas como el amor, la naturaleza y el cuerpo femenino. 

En nuestro país, Foppa cofundó la revista feminista Fem, una de las primeras publicaciones de este tipo en América Latina, que abordó temas relacionados con los derechos de las mujeres, la equidad de género y la lucha contra la violencia machista.

Imagen

La escritora, quien colaboró activamente en la revolución de octubre de 1944, se casó con el dirigente comunista Alfonso Solórzano, con quien tuvo cinco hijos.

Alaíde Foppa tenía 66 años cuando fue secuestrada y desaparecida el 19 de diciembre de 1980, junto con el chofer de su madre, Leocadio Axtún Chiro. Había regresado a Guatemala de un exilio de varios años en México a causa de la persecución contra su esposo.

Sus hijos Mario y Juan Pablo Solórzano Foppa también fueron víctimas en el marco del conflicto armado interno y sus restos no han sido encontrados.

El caso fue presentado en la Audiencia Nacional de España, en la Corte Suprema de Justicia de Guatemala y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.

Aquí te compartimos un fragmento de su obra:

El tiempo (fragmento)

III

Dices que es tarde. 

¿Por qué?

Dices que es tarde. 

¿Para qué? 

El tiempo 

no lo mide el sol

ni se lo lleva el viento. 

Mira cómo lo gastan 

tus manos

sin darse cuenta.