En el estado de Georgia, Estados Unidos, Adriana Smith, una mujer afroamericana de 30 años de edad con nueve semanas de embarazo, fue declarada con muerte cerebral en febrero de 2025. 

La decisión fue tomada por los médicos del Hospital Northside de Atlanta, lugar al que acudió hace tres meses después de presentar intensos dolores de cabeza. A la mañana siguiente se determinó que tenía coágulos de sangre en la cabeza. 

A pesar de haber sido declarada con muerte cerebral, las estrictas restricciones abortivas del estado de Georgia prohiben que se realice un aborto de emergencia. Los médicos mantienen el cuerpo de Adriana Smith vivo a través de un soporte artificial, que se utiliza para reemplazar funciones vitales como la respiración, circulación y nutrición, hasta que el feto se desarrolle y pueda nacer, de acuerdo con la cadena de televisión NBC.

¿Qué dice la ley antiaborto en Georgina?

En Georgia el aborto está prohibido al momento en que se detecte la frecuencia cardíaca del feto, lo que puede ocurrir al rededor de las seis semanas de embarazo. Esta ley, conocida como LIFE Act fue aprobada en 2019 por el gobierno republicano de Brian Kemp y entró en vigor en 2022, después de la derogación de Roe vs Wade, el falló de 1973 que legalizó el aborto en todo el país de Estados Unidos.  

El caso ha avivado el debate legal y ético alrededor del aborto, pues la ley estatal define al feto como un sujeto acreedor de derechos, por lo que la interrupción del embarazo entraría en un marco de ilegalidad. La ley tiene excepciones limitadas para acceder al aborto, entre las que se incluye la deformidad del feto, casos de violación y poner en riesgo la vida de la madre.

Sin participación en la decisión

El sistema de salud del estado de Georgia, Emory Healtcare, emitió un comunicado en el que explicó que no podían dar información sobre un caso en particular, pero añadieron que, “utiliza el consenso de expertos clínicos, literatura médica y orientación legal para apoyar a nuestros proveedores en sus recomendaciones de tratamiento individualizadas, de conformidad con las leyes de aborto de Georgia y todas las demás leyes aplicables. Nuestras principales prioridades siguen siendo la seguridad y el bienestar de los pacientes que atendemos”

April Newkirk, madre de Adriana Smith, explicó a la cadena de televisión NBC, que el proceso ha sido una tortura pues hasta el momento no se les ha dado la opción de tomar la decisión. “No digo que hubiéramos elegido interrumpir su embarazo, pero lo que digo es que deberíamos haber tenido una opción, dijo en la entrevista. 

A tres meses de su hospitalización, familiares de Adriana Smith denuncian que los médicos les informaron que tienen prohibido retirar los dispositivos que le permiten respirar, a pesar de que, de terminar de desarrollarse el feto y nacer, podría morir al momento de nacer, tener complicaciones de salud o malformaciones. “Veo a mi hija respirar, pero no está ahí”, dijo April Newkirk.

¿Quién decide sobre los cuerpos de las mujeres? 

La ley en Georgia que prohíbe el aborto después de las seis semanas de embarazo en, sin dudas, ambigua, gris y perjudicial para las mujeres. Este caso también abrió el debate sobre la violencia reproductiva que enfrentan las mujeres afroamericanas en Estados Unidos.

Según el Centro Nacional de Estadísticas para la Salud de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la tasa de mortalidad materna de mujeres negras en Estados Unidos fue de 69.9 muertes  por cada 100 mil personas nacidas, una tasa significativamente más alta que para las mujeres blancas e hispanas, con 26.6 y 28 muertes respectivamente. 

Estos estudios han demostrado que la discriminación y segregación racial en el país  tiene consecuencias en la salud reproductiva de la comunidad afroamericana, como resultado las mujeres negras corren el riesgo tres veces mayor que las mujeres blancas de morir por complicaciones durante el embarazo.