El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado una ola de incertidumbre sobre el futuro del aborto en el país. Activistas y organizaciones defensoras de los derechos sexuales y reproductivos se preparan para un panorama desafiante, donde la restricción y la limitación de estos derechos podrían intensificarse.
Y es durante su campaña presidencial, Trump y sus aliados republicanos utilizaron el aborto como un estandarte político para atraer a votantes conservadores, lo que ha generado un efecto dominó que ha intensificado la presión en los estados para promover políticas restrictivas en torno al acceso al aborto y la anticoncepción.
Esta tendencia ha generado una gran preocupación entre las mujeres y las organizaciones de derechos reproductivos, que ven en estas medidas una amenaza directa a su autonomía y libertad. ¿Qué significa esto para el futuro de los derechos reproductivos en Estados Unidos? ¿Cómo pueden las mujeres proteger sus derechos en este contexto?
Para conocer más sobre las implicaciones de estas políticas y cómo están afectando a las mujeres, La Cadera de Eva entrevistó a Alejandra Soto, directora de comunicaciones de Planned Parenthood, el proveedor de servicios de salud sexual y reproductiva más grande de Estados Unidos.
¿Cuál es el panorama del aborto en Estados Unidos?
Alejandra Soto describe un "panorama gris" para los derechos reproductivos bajo la administración de Trump, pues advierte una profundización de la crisis de salud reproductiva que afectará de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables, como aquellas con dificultades de acceso al sistema de salud, personas en áreas rurales y la comunidad LGBTIQ+.
La prohibición nacional del aborto después de las 15 semanas de gestación, apoyada por Trump, es solo una de las preocupaciones para los derechos reproductivos en Estados Unidos. Alejandra Soto señala que estas leyes tendrán un impacto en las mujeres y las personas gestantes, pues prácticamente se les forzaría a interrumpir sus embarazos en la clandestinidad e inseguridad.
Desde que la Corte Suprema anuló en 2022 la histórica sentencia Roe vs, Wade, que protegía el derecho constitucional al aborto en Estados Unidos, la prohibición de la interrupción del embarazo ha traído consecuencias negativas en varios estados para quienes desean acceder a una interrupción legal. Como es el caso de una mujer de 28 años que murió en Atlanta, Georgia, en 2022 debido a que los médicos no pudieron tratarla a tiempo debido a la ley que prohíbe el aborto después de las seis semanas de gestación.
Al respecto, Alejandra señala la importancia de educar a las personas sobre las complejidades del aborto, incluyendo la criminalización del aborto espontáneo en estados con leyes restrictivas donde se les niega a las mujeres y personas gestantes atención médica oportuna.
Actualmente, al menos 13 estados prohíben el aborto completamente, incluso en casos de violación o incesto, según datos del Instituto Guttmacher. Esta ofensiva legislativa tiene un impacto desproporcionado en mujeres de comunidades racializadas, migrantes y de bajos recursos, quienes enfrentan mayores barreras para acceder a servicios médicos.
"La autonomía corporal es fundamental y es el centro de todos los demás derechos. Los ataques a la salud reproductiva son, por lo tanto, un ataque a la autonomía de las personas" (Alejandra Soto, directora de comunicaciones de Planned Parenthood.)
Los retrocesos legales
De acuerdo con el diario británico The Guardian, en al menos cuatro estados del país, ya se han presentado propuestas para cambiar la definición de “homicidio” e incluir el aborto en ella, una medida que podría llevar a que las personas que decidan interrumpir su embarazo sean acusadas de asesinato.
The Guardian señala que en estados como Montana y Missouri, por ejemplo, las y los legisladores también están buscando revertir las protecciones al aborto que se habían ganado mediante medidas aprobadas por referéndum, lo que podría significar un retroceso en los avances logrados en años anteriores.
Además, señala que en al menos seis estados se está proponiendo incluir la “personalidad fetal” en algunos proyectos de ley, un concepto que el presidente incluyó también como parte de las nuevas órdenes ejecutivas para su mandato.
Aborto con medicamentos
Además de la prohibición nacional al aborto, hay otras maneras de atacar la salud reproductiva, una de ellas es restringir el acceso al aborto con medicamentos y los anticonceptivos. El Proyecto 2025, un documento creado por la Fundación Heritage, busca retirar del mercado la mifepristona, uno de los medicamentos más seguros y recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el aborto.
La mifepristona se utiliza comúnmente en combinación con el misoprostol para el aborto con medicamentos en Estados Unidos. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) aprobó este régimen hace más de 20 años, demostrando una eficacia y seguridad superiores al 97%. Sin embargo, el movimiento en contra del aborto ha dirigido sus ataques hacia la mifepristona, ya que es más reciente que el uso del misoprostol solo.
Alejandra advierte que la situación actual es grave por dos razones:
- Si se retira la mifepristona del mercado, se frenaría por completo el aborto con medicamentos en Estados Unidos, al menos hasta que se aprueben nuevas pautas para el uso de solo misoprostol. Esto es preocupante pues el número de abortos en Estados Unidos creció debido al acceso a servicios de interrupción del embarazo vía telemedicina que representó el 20% de todos los abortos en el primer trimestre de 2024, de acuerdo con el informe #WeCount.
- El ataque no se basa en la seguridad o eficacia de la mifepristona, sino en cuestionar el proceso de aprobación de la FDA, abriendo la puerta a que cualquier persona pueda cuestionar la aprobación de otros medicamentos.
La directora de comunicaciones de Planned Parenthood menciona que el ataque contra la mifepristona es un ejemplo de la estrategia bien pensada de los grupos antiaborto, quienes buscan limitar el acceso a la interrupción del embarazo a través de métodos indirectos y peligrosos para el sistema de salud.
Estrategias de resistencia
A pesar de que existe un panorama difícil para los derechos reproductivos con el regreso de Trump a la presidencia, Alejandra Soto explica que no todo el poder gubernamental está concentrado en manos de los republicanos, lo que significa que no pueden aprobar leyes de forma unilateral. Para aprobar leyes, se necesita una mayoría de dos tercios, lo que obliga a que haya cierto nivel de bipartidismo.
Otro aspecto favorable es que, aunque la Corte Suprema tiene una mayoría conservadora (conocida como "la Corte Suprema de Trump"), no siempre se ha alineado con la agenda antiaborto.
Ejemplo de ello es el caso de la mifepristona, que inicialmente fue revisado por la Corte Suprema, la cual lo regresó a una corte inferior en Texas al determinar que no había mérito para cuestionar la autoridad de la FDA. Esto demuestra que incluso en el sistema judicial hay contrapesos y no todas las decisiones favorecen las posturas antiaborto.
Esto es una muestra de que, aunque la situación es desafiante, existen mecanismos y oportunidades dentro del sistema político y judicial que pueden limitar el poder de Trump y los republicanos, y ofrecer espacios para la defensa de los derechos reproductivos. Estas son algunas de las estrategias que desde Planned Parenthood prevé:
- Acciones Legales: presentar demandas para frenar ataques y contrarrestar órdenes ejecutivas de Donald Trump que vulneren los derechos reproductivos.
- Colaboración: trabajar en conjunto con otras organizaciones, especialmente aquellas en comunidades vulnerables.
- Educación: informar al público sobre la conexión entre los derechos reproductivos y otros derechos y sobre el significado real del aborto, incluyendo los abortos espontáneos.
- Adaptación: buscar nuevas formas de proveer servicios de salud y de colaborar con otras organizaciones.