El 29 de enero de 2024, Hind Rajab, una niña de tan sólo cinco años de edad, fue asesinada junto a su familia por el ejército israelí en Tel-al Hawa, un barrio ubicado al sur de Gaza. Su caso simboliza la violencia del genocidio en Gaza y el costo que la guerra impone a la niñez palestina.
A más de un año y medio de los hechos, un nuevo documental del medio, Al Jazeera, reconstruye lo ocurrido ese día a partir de la investigación de la Fundación Hind Rajab (FHR) y su equipo de especialistas.
Un día después del estreno del documental, el 21 de octubre, la FHR presentó ante la Corte Penal Internacional (CPI), un documento de 120 páginas que reúne evidencia completa para acusar a 24 soldados y comandantes israelíes por el asesinato de Hind Rajab, seis miembros de su familia y dos paramédicos de la Media Luna Roja Palestina (MLRP): Yusuf al-Zeino y Ahmed al-Madhoun.
El caso de Hind Rajab llega a La Haya
Tras los descubrimientos, el 3 de mayo de 2025, día en el que Hind Rajab cumpliría siete años, la Fundación Hind Rajab presentó una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra el teniente coronel, Beni Aharon, por este crimen.
¿Por qué es relevante que el caso lo tome La Haya? La CPI, con sede en La Haya (Países Bajos), es el tribunal encargado de investigar y juzgar a personas responsables de los crímenes más graves: genocidio, crímenes de guerra, de lesa humanidad y de agresión. Su función principal es intervenir cuando los sistemas judiciales nacionales no pueden o no quieren actuar, como ocurre en este caso.
Con la nueva comunicación presentada ante la CPI, se incorporan además los nombres de 22 soldados y comandantes israelíes implicados en el crimen. Entre ellos, Itay Choukirkov, de doble nacionalidad israelí-argentina, quien ya está siendo demandado bajo la ley argentina por su presunta participación.
¿Qué revela la investigación?
El documental de Al Jazeera, Ma Khafiya Aatham (La punta del Iceberg), en colaboración con la Fundación Hind Rajab y Forensic Architecture, reveló pruebas cruciales que desmontan la versión oficial israelí, que aseguraba que la familia Rajab no murió en un enfrentamiento armado.
A través de pruebas técnicas, imágenes geoespaciales y audios, la organización confirmó que en el área del ataque sólo había tanques israelíes tipo Merkava IV, una especie de tanque equipada con cañones, blindaje, sistema de protección activa que intercepta misiles y proyectiles antitanque, tecnología balística de última generación y que tienen una capacidad de hasta 10 soldados.
Además, un audio de 28 segundos grabado por el primo de Hind Rajab durante el ataque evidenció la agresión: en la grabación sólo se escuchan ráfagas de ametralladora y el llanto de un niño, sin rastro de ningún intercambio de fuego.
Sin embargo, el descubrimiento de la investigación más significativo fue trazar una red de responsables, desde elementos del batallón, la compañía involucrada y los comandantes directos.
FHR identificó al coronel Beni Aharon, comandante de la 401 Brigada Blindada de Israel, como responsable de la operación militar en Tel al-Hawa. Además, señaló la participación directa de la compañía Vampire Empire, que forma parte del 52 Batallón Blindado y al jefe de la compañía, Sean Glass como el responsable directo del asesinato, así como al teniente coronel Daniel Ella, comandante del mismo batallón.
¿Qué ocurrió?
Hind Rajab intentaba evacuar fuera de Tel-al Hawa, un barrio al sur de Gaza, Palestina, tras la invasión de las fuerzas israelíes en el lugar. Mientras intentaba escapar a bordo de un Kia Picanto, el vehículo recibió múltiples disparos.
En medio del fuego, su prima, Layan Hamada, de 15 años de edad, logró llamar a la Media Luna Roja Palestina para solicitar ayuda, ella y Hind eran las únicas sobrevivientes de la familia. Minutos después, el coche fue atacado nuevamente. Los gritos de Layan se silenciaron y Hind quedó atrapada sola entre los escombros, rodeada de tanques israelíes.
La Media Luna Roja Palestina mantuvo comunicación con Hind Rajab mientras permanecía atrapada en el coche pidiendo ayuda. Fragmentos de esa conversación circularon en redes sociales tras el ataque. El audio, en el que se escucha a la la pequeña Hind pidiendo ayuda, se convirtió en un símbolo del genocidio en Palestina y en una prueba contundente de los los ataques injustificados de la ocupación israelí.
Las fuerzas israelíes impidieron, durante horas, que las ambulancias se acercaran al vehículo donde estaban los cuerpos, y cuando dos paramédicos por fin lograron llegar para intentar el rescate, también fueron asesinados.
La familia de Hind, su tío, su tía y tres primos murieron en el ataque, sus cuerpos fueron hallados días después, el 10 de febrero de 2024. En total, 355 balas acabaron con Hind y seis de sus familiares, sin embargo, Israel insistió en que la muerte de la pequeña Hind Rajab y su familia ocurrió como consecuencia de un enfrentamiento cruzado, es decir, de un intercambio de disparos entre las tropas israelíes y ciudadanos palestinos.
Hind Rajab se convirtió en un símbolo de resiliencia, pero también en prueba de que la crueldad del genocidio, la violación contra de los derechos humanos y la impunidad de los crímenes de guerra cometidos contra infancias, civiles y personal de rescate palestinas.

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