Miguel "N", el químico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) acusado de ser un presunto feminicida serial de Iztacalco, murió el 13 de abril en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, según confirmaron las autoridades capitalinas.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México informó que personal de custodia penitenciaria reportó la caída y contusión de Miguel “N”. Tras el incidente, fue llevado al servicio médico del centro penitenciario y posteriormente al hospital, donde se confirmó su muerte por un posible paro cardiorrespiratorio.

La muerte de Miguel “N” ocurrió el mismo día en que estaba programada una de sus audiencias de vinculación, lo que ha suscitado interrogantes sobre el futuro de los casos en su contra y la posibilidad de que las familias de las víctimas obtengan justicia.

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Foto: Cuartoscuro

¿Qué pasa para las víctimas de un feminicidio

En entrevista para La Cadera de Eva, María de Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional Ciudadano de Feminicidio (OCNF), expresó la incertidumbre y sospecha que surge en las familias cuando un presunto feminicida muere antes de ser sentenciado.

Maria de la Luz Estrada recordó casos similares como el de Renata Martinely, asesinada por su padrastro, y la cantante Yrma Lidia, cuyo presunto asesino murió en prisión en 2022 antes de que iniciara el juicio. En estos casos, al igual que ahora con la muerte de Miguel “N”, las familias experimentan indignación y coraje al sentir que se les niega la oportunidad de ver al responsable enjuiciado y condenado por sus crímenes.

La detención de Miguel “N” se produjo casi por flagrancia, lo que, según Estrada, evidencia una falta de investigación previa que permitió que operara con impunidad durante más de 10 años. Ahora, su muerte deja un profundo sentimiento de injusticia en las familias de las víctimas, quienes esperaban que se hiciera justicia por los feminicidios cometidos.

La coordinadora del Observatorio Nacional Ciudadano de Feminicidio señaló que la muerte del presunto feminicida cierra el proceso penal en su contra, dejando los casos en la impunidad y sin reparación. Aunque pudieran existir otros implicados, la muerte del principal sospechoso dificulta significativamente el avance de la justicia para todas las víctimas.

Piden investigar muerte 

Eranali Trujillo, abogada de las víctimas del presunto feminicida informó que solicitarán a la Fiscalía de la Ciudad de México y al Instituto de Ciencias Forenses acceso a la carpeta de investigación e intervención de peritos independientes para confirmar la muerte de Miguel “N”. Además, mencionó que previo a su fallecimiento Miguel “N” le marcó por telefóno a las familias de sus víctimas para burlarse de su dolor. 

Para las familias, la muerte del feminicida no representa justicia, sino una doble injusticia. A la pérdida irreparable de sus seres queridos se suma la frustración de que el responsable no enfrente las consecuencias legales de sus actos. Esto agrava el impacto psicoemocional que ya de por sí genera un feminicidio.

A través de una carta, Ernesto Hoyuela, padre de María José, una de las víctimas de Miguel “N”, aseguró que su hija, al igual que las otras víctimas, no recibirán la justicia esperada, al no haber una sentencia, ni certezas o información para los familiares.

“Quisimos confiar en el proceso legal, en el sistema, y este una vez más se ha visto rebasado, inoperante y en gran medida incluso no confiable. ¿Qué certeza tenemos para no dudar acerca de la corrupción del mismo sistema, cómo confiar en ellos después de todo esto?”, escribió.

Ante esta situación, María Luz Estrada enfatizó la necesidad de una reparación integral por parte del Estado para las familias de las víctimas, que incluya atención a la salud mental y apoyo a huérfanos. Destacó que, ante la ausencia de un responsable directo por la muerte del presunto feminicida, es el Estado quien debe asumir esta responsabilidad y garantizar que las familias reciban una reparación adecuada, revisando los planes reparatorios con la participación de la Comisión de Víctimas federal.

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¿Quién era Miguel “N”?

La historia de Miguel "N", el feminicida de Iztacalco, comienza con su detención en abril de 2024 por el asesinato de María José, una menor de 17 años que fue encontrada muerta en su departamento.

Miguel "N" aprovechó la salida de casa de Cassandra, la madre de María José, para entrar en la vivienda y cometer su crimen. Abusó de la menor y la asesinó a cuchilladas cuando Casandra regresó y trató de defenderla. Los vecinos llamaron a la policía debido al ruido, y los agentes lo detuvieron en el lugar.

En el registro de la casa, se encontraron huesos humanos, manchas de sangre, rastros biológicos y objetos que pertenecían a varias mujeres. El fiscal Ulises Lara declaró en su momento: "Los indicios localizados nos señalan claramente la existencia de un posible feminicida serial, quien estaría relacionado con la desaparición de varias mujeres".

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Las investigaciones revelaron que Miguel "N" podría haber iniciado su actividad criminal en 2012 y que había asesinado a varias mujeres, cuyas identidades fueron confirmadas posteriormente. Entre las víctimas se encontraban Amairany, de 31 años; Viviana Elizabeth, de 37; Norma Elena, de 41; Cinthia Vanesa, de 39; Laura, de 33, y Claudia Andrea, de 36 años.

Según testimonios de amigos y compañeros de trabajo, Miguel "N" era conocido por ser una persona que utilizaba su apariencia de normalidad para engañar a sus víctimas y llevarlas a su departamento. Se cree que diseccionaba los cuerpos para su colección, según se desprende de un diario encontrado por las autoridades.

La muerte de Miguel “N” deja un vacío de justicia para sus víctimas y sus familias, resaltando las deficiencias en la investigación de casos de feminicidio y la sensación de impunidad que prevalece cuando los presuntos responsables fallecen antes de ser juzgados. 

Las autoridades penitenciarias han informado al Ministerio Público para que se realicen las investigaciones correspondientes sobre la muerte, pero la pregunta sobre la justicia para las mujeres que perdieron la vida a manos de Miguel “N” sigue sin una respuesta satisfactoria.