Britney Spears rebelde, talentosa, resiliente, disruptiva y valiente. Una verdad innegable es que su figura ha sido parteaguas en la historia de la cultura popular y desde principios de milenio Britney Spears ha dado cátedra de cómo pelear para obtener el principio humano más fundamental: la libertad

¿Cómo la vida de una mujer famosa puede verse tan transgredida y oprimida? A finales de los 90s el mundo vería el nacimiento de la apodada princesa del pop, cosechando éxitos constantes y siendo el ícono de la moda, Britney Spears se colocaba en la cresta de la ola. 

En un recuento breve, Britney Spears inició su camino en la industria desde sus 8 años y a la edad de 17 se encontraba alcanzando los primeros lugares en todo el mundo con su debut "Baby one more time"; una imagen construida y manipulada de hipersexualización, esto último lo acotó una amiga de la cantante para Rolling Stones. 

De acuerdo con este testimonio, Britney Spears era fuertemente controlada por su padre y la disquera; se elegía su ropa interior, el tipo de maquillaje y los peinados. 

El objetivo era concreto, mantener la imagen de una adolescente de 17 años con ropa de colegio y al mismo tiempo, añadir un concepto de sexualización para el consumo de la audiencia. 

La presión y la promesa a su familia de convertirse en una gran artista la llevó a múltiples colapsos antes de cumplir sus 20 años. Como cuando se echó a llorar por haber decepcionado a su padre por no ganar el Grammy a la Mejor Artista Revelación del año 2000 o cuando declaró sentirse profundamente triste y pidió que la vieran como una niña que no podía sola con todo. 

"Mi ansiedad es una locura, tal vez, simplemente ahora soy mayor pero necesito de inactividad y tiempo sólo para mí o me volveré loca" (Britney Spears, 19 años)

La manipulación constante, el miedo y la soledad serían sólo el principio de un detonante que llegaría para quebrar a Britney Spears, un enemigo sistémico difícil de vencer: el patriarcado

Pacto patriarcal en el caso Britney Spears  

A principios del milenio Britney Spears iniciaría una relación con Justin Timberlake y los medios convertirían a esta pareja en la más envidiada de la industria. Combinaban ropa, aparecían juntos en todos los espacios y Timberlake era la figura del momento; blanco, cantante, bailarín y compositor. 

Juntos serían el foco más importante de los medios, una situación que vulneraba a Britney Spears que en más de una ocasión refirió sentirse abrumada y que quería vivir tranquila o perdería la cordura. 

Imagen

Tras dos años de relación, la pareja oficializaría su rompimiento y el primero en mover el tablero fue Justin Timberlake sacando -casi de manera inmediata- "Cry me a river" donde acotaba que lo habían engañado y tenía el corazón roto. 

Aunque la cantante intentó defenderse señalando que todo era mentira, la tensión aumentó cuando fue invitada a un programa de televisión donde fue increpada por la presentadora Diane Sawyer por haber "lastimado y engañado a Justin"

Entre tanto, Justin Timberlake lanzaba comentarios violentos al aire, exponiendo su vida sexual con Britney Spears, hablando de cómo había "quitado" su virginidad y reafirmando que no podía creer que ella lo hubiera dejado. 

"Ese es uno de los momentos más devastadores de Framing Britney Spears. Timberlake aprovechó, sin ningún tipo de esfuerzo, el sexismo latente de los estadounidenses para presentarla rápidamente como la mala y a él mismo como la víctima". (Mary Sollosi para Entertainment Weekly)

La narrativa estaba bajo el control de Justin Timberlake, algo que el documental Framing Britney Spears reafirma y explica la violencia mediática a la que la cantante estaba sujeta; tenía 20 años y la prensa se refería a ella como inestable o "la ex novia loca de Timberlake". 

Imagen

Tres años después de esto, en 2005 contraería matrimonio con el bailarín Kevin Federline con quien tendría a sus dos hijos, de acuerdo con Rolling Stone, Federline la convenció de despedir a las personas más allegadas de su trabajo, entre ellas a Lynne, su madre. Tras una depresión postparto, la salud mental de Britney Spears comenzaría a empeorar. 

En 2007 decidió raparse a manera de protesta y poco después, sería ingresada en contra de su voluntad en un centro de rehabilitación. Tras un año de este suceso, Britney Spears perdería su libertad al quedar bajo tutela temporal (y más tarde permanente) de su padre y también, perdería la custodia de sus dos hijos. 

En un bombardeo de violencia mediática, pacto patriarcal entre la industria, su padre, sus exparejas y la prensa, la pérdida de su autonomía y un gaslight abrumador que la hacía considerarse como una mujer incapaz de valerse por sí misma, Britney Spears vivió controlada (económicamente, recluida contra su voluntad, internada, restringida e incapaz de salir, siquiera, por un café sin el permiso de su padre) por un total de 13 años, hasta que en 2021 alcanzó la libertad tras erradicar la tutela. 

Hacer público lo personal es político

La historia de Britney Spears ha pasado a la posteridad y durante mucho tiempo fue contada a través de muchas voces; desde un Justin Timberlake hace 20 años hasta su padre que construyó una imagen de inestabilidad

La manipulación ejercida sobre el cuerpo y trabajo de Britney Spears es sólo un atisbo de la violencia patriarcal y extractivista, por ello, el libro escrito de su puño y letra titulado "The Woman in Me" representa una revolución; la historia de Britney Spears no le pertenece a nadie, más que a ella misma. 

En este recopilatorio de historias aborda temas como la depresión, las adicciones, lo voraz de la industria, la manipulación de Justin Timberlake para convencerla de abortar y su lucha por la autonomía. 

En cada fragmento de este libro, se recuerda su lucha, sus sentires y la manera en que su palabra se convierte en un acto político que desafía al sistema patriarcal que intentó oprimirla, restringirla y silenciarla.