Hablar de anticoncepción todavía puede sentirse como un tema lleno de tabúes, juicios y vergüenza. Pero informarte sobre cómo cuidar tu salud sexual es un acto de autocuidado.

Por eso preparamos esta miniguía anticonceptiva, con consejos del doctor Eduardo Ceh, ginecólogo, obstetra y vocero de M de Mujer, una organización dedicada a ofrecer información confiable y gratuita sobre salud sexual y reproductiva en México y Centroamérica.

Antes que nada: no hay una “receta universal”. Elegir un método anticonceptivo no es igual para todas. Lo que le funciona perfecto a tu amix, puede no ser lo ideal para ti.

La clave está en la consejería anticonceptiva, es decir, hablar con un profesional de la salud que te ayude a encontrar lo que mejor se adapte a tu cuerpo, tu estilo de vida y tus planes.

A) Infórmate sobre tus opciones

Antes de ir a consulta, vale la pena conocer qué métodos existen. Eso te ayudará a tener una conversación más clara con tu médicx.

Los métodos se clasifican de varias maneras:

Larga duración: estos métodos no requieren un uso frecuente y son de mayor eficacia y apego cuando no se planea un embarazo a corto plazo. Algunos ejemplos son: el DIU (Dispositivo Intrauterino) y el implante.

Corta duración o de uso diario: estos métodos requieren un rigor en las tomas y, si la persona es olvidadiza, no son la mejor opción. Ejemplos de métodos que requieren tomas rigurosas incluyen la pastilla, el parche y la inyección.

Los métodos también se clasifican según su composición y si el efecto anticonceptivo puede revertirse:

Hormonales y no hormonales: se distinguen si contienen o no hormonas para prevenir el embarazo, un ejemplo es el Dispositivo Intrauterino Hormonal,  que libera una pequeña cantidad de progestina para espesar el moco cervical y evitar que los espermatozoides lleguen al óvulo. 

En esta nota te contamos todo lo que tienes que saber acerca del DIU Mirena, el cuál se ha popularizado cada vez más en los últimos años. 

Reversibles y no reversibles: se refiere a si el efecto anticonceptivo es temporal o permanente. 

Si eres olvidadiza… El doctor Ceh recomienda evitar métodos que requieran constancia, como la pastilla, el parche o la inyección.

En esos casos, los métodos de larga duración, como el implante o el DIU, pueden ser más efectivos y cómodos, sobre todo si no planeas un embarazo pronto.

Beneficios extra:

Además de prevenir embarazos, algunos métodos también tienen efectos terapéuticos:

El DIU hormonal puede ayudar a controlar sangrados abundantes o problemas como miomas, adenomiosis o endometriosis.

Las pastillas con efecto antiandrogénico pueden mejorar el acné hormonal o el exceso de vello, también ayudan con el Síndrome de Ovario Poliquístico, esto se debe a que las hormonas de la pastilla engañan al cuerpo, impidiendo que los ovarios liberen un óvulo. 

¿Cuándo cambiar de método?

Cada método tiene su tiempo de duración: por ejemplo, un DIU puede durar hasta cinco años, y un implante entre tres y cinco.

Si estás usando pastillas o inyecciones y quieres cambiar a uno de larga duración, el proceso es sencillo:

  • Agenda una consulta de valoración ginecológica enfocada en anticoncepción.
  • No necesitas estar en tu periodo ni en un día específico del ciclo.
  • Tu médicx podría pedirte no tener relaciones sexuales 48 horas antes para evitar infecciones.

Tip: No te automediques ni cambies de método sin orientación médica.

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B) Encuentra un médicx de confianza 

El segundo paso (y quizá el más importante) es sentirte cómoda y segura con la persona que te atienda.

Busca a un(a) profesionistx que:

  • Te escuche sin juicios.
  • Te explique todo con claridad.
  • Te ofrezca alternativas para manejar el dolor (por ejemplo, anestesia o analgésicos si van a colocarte un DIU).

Antes de iniciar un método hormonal, tu médicx debe revisar si tienes:

  • Antecedentes familiares de cáncer hormonodependiente (como cáncer de mama).
  • Problemas de coagulación (como trombosis).
  • Enfermedades autoinmunes (lupus, síndrome antifosfolípido).
  • Migrañas frecuentes.
  • Tabaquismo intenso.

Estos factores pueden contraindicar los métodos hormonales, así que la valoración médica previa no es un trámite: es una forma de cuidarte.

C) Rompe con los miedos y los tabúes

Este es el paso más importante: quitarle el miedo y la vergüenza a la anticoncepción. El doctor Ceh explica que muchos tabúes vienen de la familia o de ideas conservadoras, como creer que usar un método es “invitar” a tener relaciones.

Nada más lejos de la realidad: usar anticonceptivos es ejercer tu derecho a decidir sobre tu cuerpo.

Estas creencias retrógradas solo generan culpa y desinformación. Pero la buena noticia es que las nuevas generaciones están rompiendo esos moldes y normalizando el hablar de salud sexual con libertad y responsabilidad.

En resumen:

  • Infórmate sobre tus opciones.
  • Busca acompañamiento médico de confianza.
  • Rompe con los estigmas.

Tu cuerpo, tu decisión.Elegir cómo cuidar tu salud sexual no es motivo de vergüenza: es una forma de libertad y amor propio.