La exitosa serie argentina, División Palermo, regresa a Netflix con una nueva temporada más transgresora, reflexiva y cargada de sátira.  El 17 de julio pasado, la Guardia Urbana regresó a las calles de Buenos Aires para enfrentar un nuevo desafío (¡spoiler!) Investigar a una banda criminal en medio de una campaña electoral.

Daniel Hendler, Pilar Gamboa, Martín Garabal, Charo López, Hernán Cuevas, Facundo Bogarín retoman sus papeles en la serie producida por K&S Films.

La comedia, División Palermo, surgió de la pregunta: “¿Qué pasaría si una guardia urbana se presenta como una estrategia de marketing para mostrarse inclusiva y cercana a la gente?”. 

Para el actor argentino Santiago Korovsky esa guardia está integrada por una mujer en silla de ruedas, un hombre de talla baja, un hombre ciego, una mujer trans y un hombre con síndrome de down. Esta segunda temporada continúa con esta premisa y la expande, pues a esta nueva etapa se suman nuevos personajes integrantes de minorías y nuevos desafíos. 

Cumplir con las expectativas de la audiencia que sentó la primera temporada mientras se mantiene la esencia de la primera temporada fue uno de los retos más importantes de esta segunda entrega, así lo contó Santiago Korovsky,  creador, guionista y protagonista de la serie, en entrevista con La Cadera de Eva.

“Las narrativas incluyentes e igualitarias son posibles”

¿Cómo crear una obra llena de sátira, “humor negro” y comicidad que al a vez se ríe de lo individual enmarcado en el contexto social actual? Para Santiago Korovsky, crear narrativas sublevadas e incluyentes, que retratan la realidad a través de la comedia implica acercarse a asesores y personas que representan esas minorías para comprender cómo abordar el humor con respeto y conocimiento, sin reforzar prejuicios ni estereotipos.

“Hay mucha gente que dice que hoy no se puede hacer humor sobre nada. Yo no comparto esa idea. Creo que sí se puede, pero con cuidado. Hay muchas problemáticas que se pueden trabajar desde el humor si se hace con sensibilidad. El humor de la serie también critica cierta hipercorrección política, que a veces impide acercarse con libertad a algunos temas. Pero también denuncia la crueldad del otro extremo. En ese medio buscamos un lugar de empatía y de humor que incluya, que no excluya”.

En un mundo en donde la inclusión social a menudo es utilizada como una estrategia de mercadotecnia, el tokenismo, una práctica de inclusión superficial de las personas que forman parte de grupos minoritarios con el fin de dar la impresión de diversidad, sin abordar desde la raíz las cuestiones estructurales de discriminación y desigualdad, se convierte en el nuevo orden. 

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“La inclusión se convierte en una palabra de moda, puede vaciarse de contenido y limitarse a cubrir un cupo sin lograr una verdadera transformación. Para no caer en ese mismo error, primero trabajamos con asesorías permanentes, y segundo, el 90% de los actores que representan una minoría en la serie realmente forman parte de esa minoría. Tuvimos mucho cuidado de no reproducir el mismo prejuicio que justamente queríamos evidenciar mediante el humor”.

¿Pero qué pasa cuando los fascismos están a la alza a nivel mundial? La “inclusión” ya no forma parte de la agenda política. Esta segunda temporada explora esta realidad y pone al centro de la conversación el creciente rechazo de la  llamada “agenda woke” —que no es más que una manera de nombrar a los derechos humanos desde las derechas— entrelazado con el humor

“Para nosotros, el humor es una herramienta de transformación. Es una forma de reflexionar, de exponer lo absurdo del mundo, pero también de reírnos de nosotros mismos. En la serie, quienes somos parodiados o satirizados somos principalmente nosotros. El humor también es un mecanismo de defensa, una válvula de escape para poder reírnos, y no solamente sufrirlo”.

Crear historias desde miradas periféricas, incluyentes y desobedientes implica aprendizaje,  para el creador de División Palermo, la serie le trajo apreciar el valor de acercarse a quienes son distintos, especialmente en la era de las redes sociales. 

“Respecto a las personas con discapacidad, solemos mirarlas con lástima o con admiración, pero verlas en un plano de igualdad requiere un trabajo profundo. Eso es algo que seguimos aprendiendo cada día. Lo más valioso que me llevo es la experiencia compartida con este grupo de personas, muchas de las cuales hoy son mis amigas”.

Humor y representación de las mujeres

Las guionistas y cineastas Martina López Robol y Florencia Percia participaron en la escritura de la primera temporada de División Palermo, en esta nueva entrega, se sumaron Mariana Wainstein y Lucre Gómez, quien es usuaria de silla de ruedas.

Escribir personajes femeninos no es tarea fácil; hacerlo con mujeres racializadas o con discapacidad es una travesía aún más compleja. Basta mirar cómo miles de series y películas retratan a mujeres y personas con discapacidad desde una mirada androcentrista y capacitista

División Palermo apuesta por una escritura colectiva, donde la mirada femenina juega un papel importante. “Hay una mirada femenina que nosotros no podríamos haber incorporado sin su presencia real en el equipo. Trabajamos con actrices que también forman parte de minorías, lo que implica muchas veces un doble esfuerzo para hacerse lugar en el medio. Eso también se refleja en los personajes y sus vivencias”.

Personajes como Sofía, una mujer en silla de ruedas (interpretada por Pilar Gamboa), Paloma, una policía completamente “desquiciada” (Charo López), Vivian una mujer trans (Valeria Licciardi), y Betty una burocracia administrativa interpretada por  Nilda Sindaco, actriz que falleció el año pasado, son ejemplos de cómo es posible hacer humor con perspectiva de género.

“La serie se burla de los prejuicios, de los estereotipos. Y creo que el público va a poder reírse también con los sufrimientos de los personajes, porque en esa risa también hay ternura y crítica”, finaliza Korovsky.