¿Las personas con actitudes tóxicas, maltratadas por la vida y por las circunstancias no merecen ser amadas? Esa es una pregunta que se planteó la periodista y escritora Montse Bizarro para escribir su primera novela Mañana ya no hablaremos de nada (Almadía, 2024). Un retrato crudo que narra la historia de Mar y Lorena, quienes navegan por una relación intensa y destructiva en las calles de Barcelona.

Esta novela parte de una experiencia personal de Montse Bizarro, diagnosticada con autismo ya en la etapa adulta, lo que la ha llevado también a ser activista en este tema y a derribar los estigmas que recaen contra las personas neurodivergentes. Sobre todo en contra de las mujeres, pues es más común que estos diagnósticos se identifiquen en ellas por el sesgo que existe en los diagnósticos médicos de las enfermedades mentales.

Montse Bizarro explica que a las personas neurodivergentes les cuesta relacionarse y muchas veces se aíslan, son más vulnerables a las relaciones abusivas o dependientes, por lo que necesitan una red de apoyo para aprender que otras formas de relacionarse son posible sin que vivan con el miedo del estigma.

Una historia sobre las relaciones abusivas

“A mí lo que me interesaba en la novela era dar un poco la idea de que quizá una persona neurodivergente es más vulnerable a relaciones violentas. Esto suele ser común porque normalmente ya venimos de una historia de traumas en las relaciones, de discriminación, tenemos una autoestima dañada. Todo esto nos lleva a creer que creer que merecemos que nos traten mal”, dice la autora en entrevista con La Cadera de Eva.

"Me interesaba también analizar esta complejidad, este tipo de relaciones a nivel psicológico de por qué mantenemos ciertos vínculos cuando realmente parece que no son positivos para ninguna de las dos partes".

Foto: Cortesía Almadía
Foto: Cortesía Almadía

Otra complejidad es que si una persona neurodivergente pertenece a la comunidad LGBTQ, con historias de familias desestructuradas, es probable que se sumen más problemas de salud mental. Por eso la importancia también de representar este mundo complejo también a través de la literatura con historias que hoy resuenan entre las relaciones contemporáneas. 

Esta novela también es una defensa por las relaciones auténticas y el reconocimiento de que aún y con todas las complejidades que existen en una persona con neurodivergencia que carga con heridas pero apuesta por el amor y la exploración de relaciones auténticas y reales. 

En este libro, la escritora también captura las experiencias de jóvenes lesbianas que se enfrentan a sus demonios internos y a la fragilidad de sus vínculos en un mundo hostil no solo para las personas neurodivergentes, sino también para las personas que crecimos en la generación millennial y que vemos nuestras expectativas caer, con trabajos precarios, rentas imposibles de pagar y sin certidumbre por el futuro. 

Desde su activismo, a Montse también le importaba mostrar la dificultad que puede ser para una persona neurodivergente relacionarse con las otras personas.

“Tenemos muchas diferencias a la hora de comunicarnos, por ejemplo, normalmente preferimos conversaciones de uno en uno, que no sean conversaciones con mucha gente porque son muchos estímulos, nos cuesta estar con mucha gente por mucho rato, nos agota socializar, pero no hay nada malo ahí”. (Montse Bizarro)

“A veces se dice pues que las personas no divergentes no tienen empatía, ¿no? Y es simplemente es que tenemos una forma distinta de relacionarnos y de comprender las relaciones sociales, ¿no? Porque al revés también ocurre que nosotras decimos que las personas neurotípicas no tienen empatía con nosotros”.

La violencia entre mujeres también existe

En esta novela también se explora la violencia que puede existir en las relaciones entre mujeres. Mar y Lorena sostienen una relación dependiente y “tóxica” que les hace daño.

“Las relaciones violentas entre mujeres también ocurren y creo que no se habla mucho por un tema y es porque como somos un colectivo discriminado intentamos tapar cosas a veces, eso ¿no? y protegernos entre nosotras desde el feminismo y no decir cosas negativas. Pero creo que que bueno que hay que hablar de ello también para que no se para que no se minimice esta violencia, y que otras mujeres puedan saber identificar que están en relaciones de abuso de maltrato y no lo minimicen simplemente porque viene de una mujer".

Montse también habla de lo complicado que se ha vuelto mantener relaciones auténticas en la era moderna “todo por culpa del capitalismo”, dice entre risas. “La precariedad laboral, la falta de recursos económicos, la falta de tiempo, todo eso va condicionando tu forma de relacionarse". 

Se pierde el tiempo disponible que podríamos tener para alimentar tus vínculos. Y si además eres una persona con problemas de salud mental, pues quizá no estás en el mejor humor posible para cuidar a otra persona y para sostener a otra”.