Si trabajaste en una empresa que generó ganancias, tienes un derecho laboral fundamental que a menudo pasa desapercibido o no se gestiona de la manera más efectiva: las utilidades. Este ingreso adicional representa una parte de las ganancias que la empresa ha obtenido durante un periodo determinado y está destinado a reconocer la contribución de las y los trabajadores a la generación de esa riqueza.
Diana Elizabeth Cruz Santos, docente de la Facultad de Estudios Superiores Aragón y maestra en derecho, nos guía en esta nota a través de los aspectos clave de este derecho constitucional, desde su definición y cálculo hasta las particularidades que enfrentan las mujeres en su acceso y gestión.
Esta guía busca ofrecer a las mujeres una visión clara y práctica sobre las utilidades, abordando no solo sus derechos sino también los desafíos específicos que enfrentan en el contexto laboral actual.
¿Qué son las utilidades?
Entender qué son las utilidades y cómo se calculan es el primer paso para ejercer plenamente este derecho. Diana Elizabeth Cruz Santos explica que, las utilidades son el derecho que tienen las y los trabajadores a recibir una porción de las ganancias que una empresa genera en un periodo determinado.
Este derecho está establecido en la fracción novena del artículo 123 constitucional y en el artículo 117 de la Ley Federal del Trabajo, basándose en el principio de justicia social y reconociendo la contribución de las y los trabajadores a la riqueza de la empresa.
¿Cómo se calculan?
La Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas establece un porcentaje, habitualmente del 10%, de las ganancias a repartir. Este monto se divide en dos partes iguales:
La primera mitad se distribuye por igual entre todas las personas trabajadoras considerando el número de días trabajados por cada una durante el año.
La segunda mitad se reparte en proporción al monto de los salarios que cada persona trabajadora percibió durante el mismo año. Aquí se toman en cuenta la antigüedad y el salario.
El reparto de utilidades aplica a todas las personas que hayan trabajado al menos 60 días en la empresa, incluso si ya no forman parte de ella.
La realidad para las trabajadoras: desafíos y desigualdades
Si bien las utilidades son un derecho para todas las personas trabajadoras que laboran en el sector formal, la forma en que se calculan las utilidades puede afectar de manera particular a las mujeres.
Diana Elizabeth Cruz Santos señala que factores como la antigüedad y el salario impactan considerablemente, ya que solo el 45% de las mujeres en edad productiva trabajan actualmente, en comparación con el promedio de 78% de los hombres, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Además, 13 millones de mujeres en México trabajan en la economía informal (56% de acuerdo con ENOE), debido a la dificultad para cumplir jornadas laborales completas por las cargas de trabajo de cuidado y la doble jornada. Esta situación las excluye del reparto de utilidades.
Incluso para aquellas mujeres que trabajan en el sector formal, existe una brecha salarial. En promedio, las mujeres ganan en México 15% menos que los hombres, pero en la informalidad esa disparidad se eleva al 20%, de acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Debido a que las utilidades se calculan en función del salario, esta brecha se traduce en una menor participación en el reparto. Asimismo, el denominado "techo de cristal", las restricciones que dificultan el acceso de las mujeres a puestos de mayor responsabilidad, también influye en sus ingresos y, por ende, en las utilidades que puedan recibir.
La académica explica que la carga en el trabajo de cuidado a menudo lleva a que los ingresos adicionales de las mujeres, como las utilidades, se destinen principalmente a cubrir necesidades del hogar, mientras que los hombres podrían tener mayor margen para el ahorro o la inversión.
Foto: Cuartoscuro
Gestionando las utilidades
A pesar de los desafíos, es crucial gestionar las utilidades de manera efectiva para alcanzar objetivos financieros personales y familiares. Diana Elizabeth Cruz Santos recomienda:
- Definir objetivos: establecer metas claras a corto, mediano y largo plazo.
- Priorizar: decidir a qué se destinará este ingreso adicional.
- Ahorrar: destinar una parte al ahorro para generar estabilidad económica y emocional.
- Considerar inversiones: explorar opciones para hacer crecer tus recursos a largo plazo.
¿Dónde encontrar apoyo y recursos?
Diana Elizabeth Cruz Santos explica que existe información variada sobre cómo las mujeres pueden administrar sus recursos económicos. Se pueden encontrar portales de la ONU sobre emprendimiento y empoderamiento económico, así como recursos del gobierno federal sobre educación financiera. La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ofrece cursos sobre este tema.
Sin embargo, la experta señala que el acceso a esta información puede ser limitado para muchas mujeres debido a la falta de tiempo por la doble jornada y a que la difusión se realiza principalmente a través de medios electrónicos.
Hacia políticas económicas con perspectiva de género
Para promover la igualdad de género en la distribución de las utilidades y el acceso a recursos financieros, Diana Elizabeth Cruz Santos menciona que es fundamental diseñar políticas económicas con perspectiva de género. Esto implica:
- Incrementar la participación de las mujeres en el empleo formal.
- Invertir en condiciones laborales que faciliten la participación plena de las mujeres, como guarderías y horarios flexibles.
- Reducir la discriminación y las brechas salariales, a través de la vigilancia y posibles incentivos fiscales para empresas que promuevan la igualdad.
- Aumentar la participación de las mujeres en puestos de dirección para cerrar la brecha salarial en estos niveles.
Para la experta, entender y gestionar adecuadamente las utilidades es un paso importante hacia la autonomía económica de las mujeres. Informarse y buscar herramientas de educación financiera puede marcar una diferencia significativa en la construcción de un futuro financiero más seguro y equitativo.
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