Belinda interpuso una denuncia contra Lupillo Rivera por divulgar información privada sobre su vida personal. Su caso evidencia la violencia digital y mediática que enfrentan muchas mujeres, especialmente aquellas con alta exposición pública.
Durante años, Belinda ha sido objeto de comentarios y especulaciones sobre su vida privada, muchas veces emitidos por hombres que insisten en hablar de ella sin su consentimiento, reviviendo historias, rumores y anécdotas que deberían permanecer privados.
Uno de esos casos es Lupillo Rivera, intérprete regional mexicano, quien ha hecho público su relato sobre Belinda en libros y entrevistas, insistiendo en exponer detalles de su vida personal. Te contamos.
¿Por qué Belinda denunció a Lupillo Rivera?
Todo comenzó cuando Lupillo Rivera lanzó su libro autobiográfico Tragos Amargos, donde relató una supuesta relación de siete meses con Belinda, mientras ambos eran coaches en el programa “La Voz México”, en 2019.
Lo más delicado llegó después: en una entrevista con el periodista Lucho Borrego para el show ¡Siéntese Quien Pueda!, Rivera insinuó tener un celular con “cosas muy, muy fuertes” sobre la cantante, y confesó su preocupación por el contenido del material, que —según sus propias palabras— podría “hacerla ver mal”.
La respuesta de Belinda fue directa y digna. Cuestionada por reporteros a su regreso de la Semana de la Moda de París, este 1 de octubre, declaró con firmeza: “Yo no hablo de personas irrelevantes”.
¿Qué es la violencia mediática y qué tiene que ver con Belinda?
Esta vez, Belinda no se limitó a ignorar los comentarios: decidió actuar legalmente.El 2 de octubre de 2025, a través de la firma Maceo, Torres y Asociados, interpuso una denuncia por la probable comisión de los delitos de violencia digital y mediática.
Según su equipo legal, las declaraciones y amenazas públicas de Rivera “no solo vulneran la intimidad y la dignidad de Belinda, sino que constituyen una forma de violencia digital y mediática reconocida en la legislación mexicana”.
En México, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia reconoce la violencia mediática como una forma de violencia de género y la sanciona como delito.
Además, define esta conducta como toda acción que use medios de comunicación o tecnologías para exponer, distribuir o compartir contenido que dañe la privacidad, la intimidad o la dignidad de una persona, sin su consentimiento.
La ley es clara: difundir o amenazar con difundir contenido íntimo sin consentimiento es un delito.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades?
Tras la denuncia, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) otorgó medidas de protección inmediatas a favor de la cantante, reconociendo la existencia de actos de violencia en su contra.
Estas medidas, que buscan garantizar su seguridad, integridad y dignidad, incluyen:
- Prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima.
- Prohibición de realizar conductas ofensivas o intimidatorias.
- Orden de eliminar de redes sociales cualquier contenido que la mencione y que pueda resultar agraviante.
El equipo legal de Belinda subraya un punto crucial: la libertad de expresión no es absoluta. No puede invocarse para justificar actos que constituyen violencia digital o explotación indebida de la imagen y la dignidad de las mujeres. El artículo 16 constitucional protege la inviolabilidad de la vida privada.
En un comunicado, Belinda afirmó que su caso “pone en evidencia la importancia de visibilizar que la violencia contra las mujeres no se limita al ámbito físico, sino que también se manifiesta en los espacios digitales, afectando reputaciones, imágenes y libertades”.
¿Qué es y por qué debemos hablar de violencia digital?
La violencia digital es toda acción intencional que usa tecnologías para dañar, exponer o vulnerar la intimidad de una persona. Incluye difundir, compartir o amenazar con divulgar contenido íntimo —real o simulado— sin consentimiento. Es una forma de agresión que atenta contra la privacidad, la dignidad y la libertad sexual.
Este tipo de violencia afecta sobre todo a las mujeres y se ha extendido con el uso de redes sociales y plataformas digitales. Frente a ello surgió la Ley Olimpia, impulsada por la activista Olimpia Coral Melo tras ser víctima de la difusión de un video íntimo sin su consentimiento. Gracias a su lucha, la ley reconoce y sanciona la violencia digital con penas de tres a seis años de prisión y multas.
En el caso de Belinda, esta legislación es la que respalda su denuncia. Incluso la propia Olimpia ha expresado su apoyo, recordando que proteger la intimidad también es una forma de defender los derechos de las mujeres en el entorno digital.
Algunos datos del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) del INEGI lo evidencian:
- En 2024, el 31.1% de la población de mujeres de 20 a 29 años de edad que utilizó internet fue víctima de ciberacoso, frente al 22.1% de los hombres.
- 10.6 millones de mujeres de 12 años y más han sido víctimas de ciberacoso.
- Entre ellas, el 43.2% recibió amenazas con publicar información personal, audios o videos para extorsionar.
Estas conductas no solo vulneran la intimidad sexual, sino también la salud emocional, la reputación y el derecho de las mujeres a vivir sin miedo.
Belinda —como muchas mujeres— decidió decir basta. Su caso no busca solo justicia personal, sino sentar un precedente contra la normalización del acoso y la exposición no consentida.
Porque nuestra vida privada no es contenido: es un derecho.