Talía tiene un bebé de dos semanas, su prima le pasó la noticia de que en el Centro Comunitario están regalando botes de fórmula láctea. A pesar de que amamanta de manera exclusiva, piensa que sería útil tener la fórmula “por si su leche no es suficiente”, y darle algunas veces a su bebé esa “leche que dicen es tan buena”. 

Así, recibió un bote grande de fórmula artificial y comenzó a “complementar” las tomas por las tardes, cuando sentía que su bebé estaba más hambriento. Dos semanas después tuvo que darle también por la noche, pero la fórmula se acabó y no tenía dinero para comprar más, por lo que le recomendaron darle agua de arroz con avena, y eso hizo. El bebé comenzó a enfermarse mucho y, a los tres meses, ya rechazaba el pecho y prefería el biberón.

Un acto que puede parecer muy generoso y bien intencionado, como el donar fórmulas infantiles a madres con bebés, pone en riesgo el establecimiento de la lactancia materna, por la interferencia de la leche de fórmula.

El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (CICSLM) se presentó en 1981 por la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una medida para proteger la lactancia materna ante las prácticas de su comercialización que son perjudiciales para la salud infantil.

El Código es un conjunto de recomendaciones adaptadas, las cuales regulan la comercialización y promoción de sucedáneos de leche materna, biberones y chupones. En él se describen las responsabilidades de los gobiernos, de los sistemas de salud, del personal de salud y de las compañías productoras para regular la comercialización y la distribución de los sucedáneos de leche materna.

El Código estipula que no se puede hacer promoción de estos productos ni dar muestras gratuitas en hospitales o centros de salud. A continuación, analizaremos algunas razones:

  1. Percepción de insuficiencia de leche. La disponibilidad de fórmulas infantiles puede llevar a las madres a creer que el comportamiento normal de su bebé es por falta de leche y que no necesitan amamantar o que la fórmula es una alternativa “igual de buena para completar”.
  2. Falta de apoyo a la lactancia materna. La donación de fórmulas puede desviar la atención y evitar esfuerzos enfocados hacia resaltar la importancia de la lactancia materna y el apoyo que las madres necesitan para establecer y mantener la lactancia.
  3. Influencia en la decisión de amamantar. La disponibilidad de fórmulas puede influir en la decisión de las madres de amamantar, especialmente si no reciben información adecuada sobre los riesgos de alimentarlos con fórmula artificial.
  4. Impacto en la producción de leche. La introducción temprana de fórmulas puede reducir la frecuencia de la lactancia materna, lo que puede afectar la producción de leche materna y ocasiona destetes inducidos e innecesarios. El bebé regula la producción de leche en la madre “si toma menos, produce menos”.
  5. Prioridad de la lactancia materna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de salud pública enfatizan la importancia de la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y luego con alimentación complementaria hasta los 2 años o más. La donación de fórmulas debe considerar esta recomendación y priorizar el apoyo a la lactancia materna.

Cualquier donación de fórmulas o alimentos infantiles sólo se debe distribuir bajo estas condiciones rigurosas:

  1. Si los bebés beneficiados no tienen posibilidad de recibir leche materna (p.ej. huérfanos).
  2. Si el suministro de los productos se asegura por todo el tiempo que los bebés lo necesitan, al menos un año.
  3. Si no se usa el suministro de los productos para fomentar una marca comercial. En el caso de donaciones se debe cubrir o quitar la marca comercial para evitar la publicidad de la marca.

La lactancia materna es la norma biológica. La publicidad engañosa que acompaña a la comercialización de fórmulas nos hace creer que es casi lo mismo que amamantar, no anuncian que carecen de anticuerpos, hormonas, células vivas, o que tienen exceso de azúcares, que contienen grasas trans.

Los lactantes y niñas y niños pequeños tienen más probabilidades de sobrevivir, crecer y desarrollarse plenamente cuando son amamantados. A pesar de la evidencia científica, actualmente, más que nunca, se alimenta a lactantes y niñas y niños pequeños con fórmulas comerciales infantiles (FCI).

No se trata de que las madres que dan fórmula se sientan culpables o de negar el uso de leches artificiales en los casos en los que no existen opciones.

Se trata de responsabilizar a un entorno que no protege la lactancia materna, en el que predominan intereses económicos por encima de la salud y bienestar de la infancia y que no brinda apoyo a las madres y familias para lograr lactancias exitosas.

Se requiere un esfuerzo colectivo: familia, sociedad y Gobierno e invertir en la protección de la maternidad y la lactancia materna por el bienestar de la infancia y la salud de las futuras generaciones.

Este 2025 celebramos el 10° Foro Nacional de Lactancia Materna en México: en más de una década de este espacio, ha habido avances y retos que nos inspiran a seguir construyendo entornos de apoyo sostenibles para todas las familias.

Reafirmamos nuestro compromiso de dar prioridad a la lactancia como una solución natural, justa y esencial para el desarrollo de la primera infancia. Cumplir con las obligaciones del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna es darle el lugar que tiene a la Lactancia Materna evitando confundir a las madres y protegiendo la lactancia materna.

¡Hagamos posible la lactancia materna!