Esta semana hubo un avance importante en la aprobación de leyes en favor de las mujeres en distintos congresos del país con el reconocimiento de la Ley Monzón, la Ley Sabina y la Ley Malena, iniciativas que llevan los nombres de las mujeres que han emprendido una lucha en busca de justicia, después de haber sido víctimas de injusticias y vulneradas una y otra vez por un sistema judicial y político misógino.

El Congreso de Morelos aprobó el pasado 10 de julio la Ley Monzón y la Ley Sabina. Un día después, el Congreso de Colima le dio la luz verde a la Ley Malena en el estado. Paradójicamente, las víctimas que han dado paso a la creación de estas y otras leyes, siguen siendo revictimizadas por las autoridades en nuestro país y la justicia todavía no las alcanza. Esto nos recuerda la negligencia e indolencia que prevalece en este Estado y sus autoridades, que perpetúan un sistema patriarcal de impunidad.

La saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos, quien sobrevivió a un intento de feminicidio por un ataque de ácido, denunció esta semana un pacto de impunidad presente en el Tribunal de Oaxaca, el cual le está negando acceder a la justicia en su caso. 

La también activista e impulsora de la Ley Malena, que castiga los ataques con ácido, denunció que la magistrada Berenice Ramírez Jiménez pretende liberar a su agresor, el exdiputado Juan Antonio Vera Carrizal, a través del juez José Gabriel Ramírez Montaño, a quien señala de haber filtrado información sensible del caso y quien ha emitido juicios personales en contra de ella.

"Al parecer es todo el Estado en contra de una sobreviviente, de una mujer, todo este Estado está en contra de mí”, dice Elena Ríos, quien ha registrado y denunciado las irregularidades en todo su proceso legal a través de videos en donde exige que su caso no quede impune. 

Esta misma semana, el gobierno de Puebla le rindió homenaje a Javier López Zavala “N”, el presunto autor intelectual del feminicidio de la abogada Cecilia Monzón, cuyo caso inspiró la creación de la Ley Monzón, que protege a las y los hijos de las víctimas de feminicidios, quitándole la patria potestad a los padres que cometieron el crimen.

La Secretaría de Gobierno del Estado de Puebla inauguró la “Sala Secretarios” para destacar la labor de las personas que han trascendido en su cargo, entre ellos el agresor de Monzón, lo que causó indignación por parte de los seres queridos de Cecilia. 

Helena Monzón denunció este hecho como un insulto hacia el dolor del feminicidio de su hermana y es que aún no dictan sentencia en su contra debido a los múltiples amparos que ha solicitado el acusado. Helena señaló que este acto representa un obstáculo más para la búsqueda de justicia en el caso de Cecilia.

En el caso de la Ley Sabina, la cual obliga a los deudores alimentarios a que cumplan con la obligación de pagar la pensión alimenticia, a pesar de que ya ha sido aprobada en distintas entidades, aún sigue pendiente la puesta en marcha el Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias, el cual debió haber quedado listo desde marzo de este año. 

Que los deudores alimentarios cumplan con sus obligaciones es otro de los grandes pendientes frente a la violencia económica, en un país que permite que estas personas ocupen cargos políticos sin ninguna sanción, como vimos en las elecciones pasadas del 2 de julio. 

Así, vemos que a 17 años de la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia la cuál estableció por primera vez las bases para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, aún queda un largo camino por atender las violencias que siguen afectándonos a las mujeres día con día. No debería ser necesario tener una ley con su nombre para que sus vidas —y la de todas las mujeres y niñas— sean respetadas.

Estas leyes representan avances significativos en la protección de los derechos de las mujeres en México, demostrando el camino recorrido en el reconocimiento de la violencia de género y la promoción de la igualdad. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para lograr una plena igualdad de género y eliminar la violencia contra las mujeres. 

Pero no solo son avances legislativos, sino también un reconocimiento crucial de las luchas y sacrificios de innumerables mujeres en México. La memoria de mujeres como Cecilia Monzón, Ingrid Escamilla, Olimpia Coral, nos recuerda que detrás de cada ley hay historias de sufrimiento y valentía que no deben ser olvidadas. 

Sus nombres y sus luchas existen y las nombramos.