Con las festividades navideñas y las reuniones familiares de cierre de año, es necesario apuntar a una conversación necesaria: Establecer límites es autocuidado. Alrededor de esto existen muchas resistencias propias de la institución de la familia, ¿tenemos la facultad de detener comentarios violentos en la familia?, ¿es viable quebrar el vínculo y exigir respeto? La respuesta es sí, anteponer la salud mental y el bienestar es reafirmar nuestro lugar en el mundo; el momento de priorizarnos ya está aquí y te contamos por dónde iniciar.
Recordemos que esta conversación puede ser incómoda, pues la familia, es la base de cada uno de los aspectos de nuestra vida. A nivel social, está predeterminado que se trata del núcleo social más importante de todos y dentro de ella, los roles -normalmente patriarcales- están trazados. La existencia de esta "jerarquía" en los agentes del grupo familiar permite perpetuar la autoridad de unas personas por encima de otras, por ello, siempre que hablamos de relaciones de poder es común que aparezcan las interacciones violentas, que intentar subordinar, minimizar y lastimar, por ello, el Manual de Terapia Familiar Sistémica escrito por la terapeuta Ximena Vázquez Jones, recomienda que en estos casos, lo ideal siempre es pedir ayuda profesional, cuestionar los roles dentro de la familia y de ser necesario, quebrar el vínculo.
En un escenario de comida - cena - posada navideña, ¿cómo podemos identificar que una persona nos está violentando? La respuesta es sencilla: cuando algo nos está produciendo algún dolor emocional, nos expone o vulnera. Dentro del marco de la violencia sistémica, una de las características que el sistema ha instaurado -particularmente en las mujeres- es el no poder reconocer, ni nombrar las violencias que vivimos porque se han adoptado como algo normal bajo la creencia que es así como deben funcionar las cosas, ejemplo de esto, es la creencia que en estas fechas es normal recibir comentarios gordofóbicos por parte de nuestra familia.
Sobre esto último, ¿te has preguntado por qué utilizamos fajas en estas fechas y cuáles son sus repercusiones? Te dejamos acá nuestra entrevista con la fisioterapeuta Dannya Guitierréz:
Entonces, ¿qué acciones podemos identificar? la psicóloga Alithia Asturrizaga, recopila en sus redes algunos de los comportamientos que debemos dejar de normalizar en estas fechas:
- Manipulación y exceso de control en la vida personal
- Manipulación emocional
- Señalamientos sobre el físico con intención de ridiculizar frente a otres
- Compara o minimiza tus emociones
- Divulga intimidades o conversaciones que mantuviste con él/ella
- Violencia emocional, verbal e incluso, física
- Críticas (a tu físico, vida privada, trabajo, éxitos) con la finalidad de lastimar
- Distanciamiento emocional y poca empatía
Herramientas de autodefensa: No más silencio
El Manual de Terapia Familiar Sistémica recoge tres apartados fundamentales para comenzar a propiciar el cambio:
- Cuestionar los síntomas de la violencia
- Cuestionas la estructura familiar
- Cuestionar mi realidad familiar
En este sentido, recopilamos una serie de acciones para comenzar a cuestionar nuestra realidad familiar, reconocer lo que nos atraviesa y devolvernos el poder para nombrar lo que sentimos como algo prioritario; es momento de vivir una Navidad y Fin de Año amoroso, de autocuidado y con mucha salud mental.
Señalar lo que hiere o molesta
Sabemos que la jerarquía de la familia está trazada entre las personas que la conforman, sin embargo, siempre hablar de lo que nos aqueja o señalar lo comportamientos que nos hacen sentir exclusión o nos hieren, se convierte en el primer paso para el cambio. Eso sí, un cambio personal; esto se trata de comunicar y darle valor a nuestras emociones, siendo eso, uno de los actos más grandes de autocuidado, pues debemos recordar que no está en nosotres las respuestas de las otras personas o su manera de actuar, sobre esto, la psicoterapeuta Camila Casm explica en sus redes que es probable que no recibamos la reacción que deseemos, pero sí es un ejercicio de autocuidado pues hablarlo es un acto de amor hacía nosotres mismes.
Otra herramienta importante es apoyarnos en otres, por ello, te contamos de lo importante que es recibir atención psicológica con perspectiva de género en nuestro podcast que podrás consultar a continuación:
Recordar que no está en ti cambiar, ni sanar a tu familiar
Uno de los roles de género más arraigados es la creencia que debemos salvar, orientar y ayudar a nuestros familiares; es momento de soltar esa creencia. En estas fechas navideñas, las personas no son terapeutas, ni deben corregir a su familia, tu deber es señalar lo que te lastima, reconocerlo y sanar con ayuda de profesionales. Fe acuerdo con la revista especializada en salud mental Ethic, intentar salvar puede derivar en secuelas importantes como la baja autoestima, agotamiento emocional, codependencia, depresión y sentimientos de impotencia.
“Es importante señalar que no se trata de ignorar por completo los problemas de nuestro familiar, sin embargo, tenemos que cimentar nuestra ayuda de la mano de un profesional y entender, que en algunas ocasiones, esa persona no necesita de nosotros, por lo que es mejor, cortar el vínculo”, explica el artículo.
“No está en nuestras manos convencer a alguien que deje de tener ciertos comportamientos especialmente, si no está en disposición de hacerlo y eso, está fuera de nosotros. Todos los esfuerzos serán en vano y el método, por más radical que parezca, es el alejamiento de ese familiar que nos está lastimando”, señala el terapeuta Jesús Ornelas para Revista Elle
El derecho a decir no
Desde la educación temprana, se nos muestra que movernos sobre la línea de la complacencia y la amabilidad es un símbolo de ser buenas personas, especialmente, para las mujeres, señala el artículo "Cómo establecer límites a los propios familiares", publicado Siquia, proyecto de Barcelona, España que ofrece servicios de terapia online.
“No molestar a nadie, no opinar más, no alzar más de la cuenta, no faltar el respeto, tolerar malos tratos es parte de lo que se inculca, y por supuesto, se incluye en nuestras relaciones familiares; el sentimiento de culpa y miedo nos limita a decir no”, señala la publicación.
Asimismo, el artículo toca un punto medular y es entender, que nuestros límites no son los mismos que los de nuestro familiar, sin embargo, es necesario siempre apelar al respeto y a una comunicación asertiva firme; no, es no.
¿Qué responder ante comentarios violentos en las fiestas navideñas?
Camila Casm, psicoterapeuta apunta a las siguientes frases que podrían serte de mucha ayuda.
- “Si continúas con esos comentarios hacia mí tendré que retirarme”
- “No es apropiado hacer comentarios sobre mi físico, por favor, no lo hagas de nuevo”
- “Yo no formo parte de este problema, no me involucres”
- “Aprecio tu preocupación, pero es mi decisión”
- “No comparto tus valores y creencias, sin embargo, las respeto”
- "No me causa gracia que se me exhiba de esta manera, por favor, no lo hagan de nuevo"
- “Por favor, no hagas más preguntas de este tipo, me ponen incómodo y son personales”
- “Te pido respeto hacia mis gustos/mi pareja/ mi decisión, tus comentarios me están afectando”
Primero yo, después yo y al final, yo
El autocuidado es una responsabilidad individual que tiene repercusiones en el estado mental y de salud, mejorando la calidad de vida de las personas, señala la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral.
Esta práctica parte desde nosotros con el objetivo de priorizar lo verdaderamente importante: tú. La Organización Mundial de la salud apunta a que no sólo se trata de satisfacer las necesidades básicas, sino va más allá de eso como por ejemplo, nuestra salud mental.
Una práctica como esta, puede ser señalada de egoísmo o vanidad, especialmente, cuando se trata de establecer límites con nuestra familia, al respecto, Ana María Franco, creadora del blog Mamáconamor, señala que priorizar la salud mental es un acto de generosidad con nosotros mismxs.
“Un autocuidado bien llevado es un terreno abundante y beneficioso para todos aquellos que lo rodean. Cuando una persona ha identificado sus puntos de bienestar, no siente el agobio por tener que desempeñar roles socialmente establecidos, no pierde con facilidad la paciencia y en general, lleva una vida con mayor tranquilidad y plenitud"