Las consecuencias del cambio climático en el medio ambiente están exacerbando cada vez más las desigualdades entre las poblaciones afectadas. En los últimos años se ha demostrado que las mujeres son más vulnerables al desplazamiento climático. Por ejemplo, al ser ellas las principales responsables del suministro de agua o alimentos, se ven obligadas a desplazarse cuando estos recursos se agotan.

Pero el desplazamiento forzado también tiene múltiples causas como la violencia, los conflictos políticos, temas económicos, sociales, demográficos y el cambio climático. Este último se refiere a daños en el territorio o en lugar donde viven por la desertificación, la escasez de agua, los incendios, las lluvias fuertes, el derretimiento de glaciares, las sequías, entre otros.

Estás consecuencias traen consigo otros efectos que ponen en riesgo los medios de vida de las personas e impiden el ejercicio de derechos humanos provocando conflictos y por tanto, el desplazamiento forzado por no tener garantías. 

Es decir, los desplazamientos por motivos climáticos se dan cuando estos efectos del cambio climático como la sequía agudizan las desigualdades ambientales, sociales, económicas y políticas que impiden el desarrollo de las personas en sus territorios. 

La relación entre el cambio climático y el desplazamiento forzado es una investigación que trabaja el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI) desde hace años para visibilizar la realidad de miles de personas, principalmente las que habitan en América Latina, quienes se ven obligadas a abandonar sus hogares para buscar una vida mejor y segura.

En el informe “Desplazamiento por razones climáticas, una aproximación desde los derechos de las mujeres” el IMUMI analiza cómo la movilidad por motivos climáticos está presente en la región y cómo se vive de manera diferenciada para las mujeres. Así como las medidas que deberían tomar los gobiernos en esta materia. 

Denise Carachure, enlace de dirección del Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), explica que en el informe analizan algunos casos de estudio en el corredor centro de Centroamérica porque es una región geográfica particular y con condiciones climáticas que afectan la movilidad de las personas. 

“Reconocer que los desplazamientos pueden tener una causa medioambiental es parte de reconocer la crisis climática como un tema que requiere de una atención urgente, coordinada, internacional e interinstitucional”, explicó Carachure, en la presentación del informe.

Cuando se habla del cambio climático, se refieren a los procesos que se le atribuyen a las actividades humanas que pueden alterar la composición de la atmósfera, es decir, son cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos que pueden ser naturales o por las actividades humanas. 

¿Cómo afecta el desplazamiento climático a las mujeres y niñas?

En 2022, por ejemplo, 32.6 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse, el 98% de ellas fue por consecuencia del clima, como tormentas, inundaciones y sequías, de acuerdo con el Portal de datos sobre las Migración.

Estos desplazamientos por razones climáticas afectan de manera diferenciada a las mujeres. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que el 80% de las personas desplazadas por el cambio climático son mujeres.

El IMUMI detectó cuatro casos de personas migrantes en tránsito por México provenientes del norte de Centroamérica, en los cuales su desplazamiento estuvo fuertemente ocasionado por factores ambientales; tres de esas personas son mujeres

Las niñas y los niños también migran por los desastres relacionados con el clima, como inundaciones fluviales, y tormentas, causaron 2.3 millones de desplazamientos internos entre 2026 y 2017 en América Latina y el Caribe (ALC), según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

En este sentido, explican que regiones específicas territorios del Corredor Seco de Centroamérica las mujeres son particularmente vulnerables a la emergencia climática por estar expuesta a los efectos climáticos y a la falta de capacidad de adaptación que está afectada por condiciones de desigualdad estructural.

Las repercusiones que sufren las mujeres al desplazarse son: la violencia sexual y de género; al tener más carga de trabajo, al no tener acceso los recursos de servicio básicos, al no participar activamente en la creación de políticas públicas y al sufrir agresiones en los campamentos temporales de refugiados.

“Los principales impactos que nosotras alcanzamos a vislumbrar en el ejercicio de los derechos de las mujeres tienen que ver con su capacidad de acceso a recursos y servicios básicos, a la carga de trabajo no remunerado cuando las mujeres o niñas se desplazan tienen una falta de acceso a protección y también se ven expuestas a situaciones de violencia específicas como situaciones de violencia basada en género y una cosa muy importante también a la falta de representación en los procesos de tomas de decisiones relacionados con prevenir desastres a abordar desastres y en los planes de adaptación al Cambio Climático”, explica Carachure.

Urge tomar medidas 

El Banco Mundial prevé que en caso de que los gobiernos no logren reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, cerca de 216 millones de personas deberán desplazarse dentro de sus países para 2050.

En este sentido el documento del IMUMI hace una serie de recomendaciones para que los gobiernos diseñen un marco legal de protección para las personas que se desplazan por razones climáticas. 

Al no estar reconocidas jurídicamente las personas en situación de movilidad no tienen regularización migratoria ni de acceso a protección internacional, por lo tanto es necesario que los países regulen desde sus marcos legales la situación legal de los refugiados. 

Otra recomendación es las mujeres y niñas participen en los procesos de toma de decisiones, porque al excluirlas “puede resultar en políticas y planes muy desfavorecedores que no tomen en cuenta ni sus necesidades específicas que tienen, ni sus derechos de ahí que nosotras desde IMUMI seamos muy insistentes en que es sumamente necesario un enfoque de género e interseccional en la atención de este tipo de desplazamiento”, explica Carachure.

Sandra Álvarez de Sin Fronteras recomienda que el gobierno se informe porque considera que las autoridades han cometido “errores garrafales” por el desconocimiento de “cosas muy sencillas como conocer la diferencia entre el cambio climático y el calentamiento global”.

En el tema de desplazamiento forzado por motivos climáticos, Chus Álvarez de Women In Migration Network (WINM) especialista de derechos humanos, puntualiza que se debe implementar un enfoque feminista e interseccional porque así se podrá identificar las desigualdades sociales y la discriminación diferenciada.

“Lo que nos permite este enfoque es analizar cómo eso se materializa de manera diferente según los cuerpos concretos y según donde esos cuerpos se encuentren (...) en la red de mujeres en la migración entendemos la interseccionalidad como una caja de herramientas como una caja de herramientas que nos permite comprender esta complejidad de las desigualdades y la discriminación para poder también atajarla”, Álvarez.

En el informe también hacen sugerencias específicas al gobierno mexicano. En las que señalan que debe de reconocer que el cambio climático impacta en el desplazamiento interno e internacional, también debe establecer protecciones jurídicas más allá de las visas humanitarias por desastres naturales y concretar protecciones específicas para mujeres y niñas en contextos de movilidad, cuya vida ha sido afectada por el cambio climático.

Asimismo, recomiendan a la sociedad civil, sumar esfuerzos en la recopilación de datos que muestren el impacto del cambio climático en la vida de las personas en situación de movilidad.