Los años ochenta llegaban a su fin y con ello, el movimiento punk ganaría cancha en el terreno de la música, por supuesto, las principales bandas las lideraban hombres... al menos, hasta que tres compañeras y amigas del colegio decidieran armar un grupo de punk rock que pasaría a la historia por su lucha antisistema y sus mensajes contra el abuso sexual, la pornografía, el acoso, la violencia doméstica y el patriarcado

Desde hace 25 años las Bikini Kill se disolvió, volviendo sólo ocasionalmente para algunos conciertos en estas dos décadas, sin embargo, la noticia confirmada de su vuelta a los escenarios sorprendería al mundo y aún más, a la comunidad mexicana:  Llegarán a Ciudad de México por primera vez. 

Por ello, si no estás identificada con quiénes son estas mujeres y el porqué no te puedes perder verlas, este es un recuento de quiénes son y sus canciones más disruptivas que te recordarán lo poderosa que eres. 

¿Quiénes son las integrantes de Bikini Kill?

Lo primero que debes saber es que este grupo no nació de un momento a otro, en realidad, Kathleen Hanna, Tobi Vail y Kathi Wilcox tenían como objetivo crear una revista que abordara discursos feministas; ahí, escribirían las tres y difundirían sus mensajes. Sin embargo, encontraron otro vehículo para expresarse: la música. 

Es así que, las tres amigas formarían una banda y terminarían por añadir a un tercero a la agrupación: Billy Boredom.

  • Kathleen Hanna, la vocalista: Nacida en el 68, esta compositora se ha dedicado al activismo feminista y a la creación de artículos contra la violencia de género. Se ha mantenido lejos del escenario a causa de la enfermedad de Lyme, sin embargo, su trabajo hecho en Bikini Kill le valió el título como una de las pioneras del movimiento Riot Grrrl que alcanzó su pico en la década de los 90s. 

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  • Tobi Vail: Activista, baterista, escritora, feminista y crítica musical, esta figura es una pieza clave en el movimiento Riot Grrrl, tanto así, que el ingenioso juego de palabras entre el rugido y la palabra "girl" (chica) se le debe a ella. Desde su adolescencia se esforzó para crear bandas separatistas donde sus compañeras fueran antisistema, feministas y tuvieran un gran enfado: "Quiero gobernar el mundo y cambiar la forma en que la gente ve la música y la política" (Tobi Vail)

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  • Kathi Wilcox: La bajista rebelde, nació en el 69 y durante su adolescencia tuvo un contacto importante con el feminismo y que, terminaría por estallar al conocer a Tobi Vail, estudiaban juntas y también, trabajaban a medio tiempo en un restaurante de sándwiches. Kathi Wilcox compuso las líneas del bajo, pero también, realizó coros y otros solos de guitarra y batería. 

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El movimiento Riot Grrrl

Nacido desde el mundo alternativo estadounidense, este movimiento feminista tenía por objetivo destruir los mandatos patriarcales de la música y dejar de ser objeto de consumo (groupies) de los grupos del momento. 

Las Riot Grrrls querían ir más allá; el hartazgo de tener que ser musas y vivir violencias las orilló a apropiarse de los espacios de la música, produciendo su su música, haciendo galerías de arte para mujeres, activismo feminista, creando artículos, festivales, revistas y grupos musicales separatistas que le cantaban a furia, a la experiencia de ser mujer, criticaron el acoso callejero, la homofobia a la política y al patriarcado. Eso sí, dentro de este movimiento predominaba la escena blanca, por lo que otras colectivas también iniciaron su lucha, por ejemplo, las Sista Riot Grrrls.

El festival International Pop Underground Culture terminó por reunir a todas estas agrupaciones, artistas, periodistas, escritoras y músicas; todas se encontraron ahí y fue donde se tejió una red muy poderosa y punk. El Riot Grrrl era una realidad. 

La experiencia de escuchar a Bikini Kill

Más allá del mensaje político que cargaba esta agrupación, las Bikini Kill convertían sus conciertos en un espacio sororo, siendo la única banda que permitía a la audiencia subir el escenario para bailar con ellas, gritar, tirar golpes al aire y contar sus experiencias de abuso sexual

En un espacio catártico, las Bikini Kill convirtieron su música en un lugar seguro para que decenas de mujeres hablaran de sus experiencias, lloraran y se sintieran acuerpadas por Tobi, Kathleen y Kathi a través de una música; una música disruptiva, con guitarrazos violentos y golpes fuertes a la batería. 

Asimismo, una acción que produjo serias molestias entre los fanáticos hombres era la manera en que las agrupaciones pertenecientes al Riot Grrrl, no permitían a hombres hasta adelante; les pedía replegarse hasta atrás y dejar a las mujeres en primera fila.

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Las Bikini Kills, convirtieron la música en activismo y fueron el puente de sanación para que las mujeres compartieran sus experiencias, algo que nos remite a la frase: "Lo personal es político".

Las canciones más poderosas de Bikini Kill

  • Sugar: Un gancho directo a la pornografía, en su letra, Kathleen hace un performance de aquellas frases violentas que los hombres esperan escuchar en el sexo, sólo para cerrar con un mensaje: "Estoy haciendo mímica de todas tus asquerosas fantasias, ¿a qué le tienes miedo?"

  • Rebel girl: El himno contra el pick me y la rivalidad femenina. Esta canción inicia hablando de una mujer que se cree una reina y lo mejor del barrio... Kathleen termina por gritar lo mucho que desea ser su amiga y conquistar al mundo: Te tengo una noticia, ¡sí es una reina!, ¿quieres ser mi mejor amiga?

  • Star fish: Un recordatorio constante a nunca dejarse vencer ante un mundo extractivista, en la letra, las Bikini Kills abordan en cómo quieren utilizar todo de las mujeres, incluyendo su sangre. En una pieza de apenas un minuto, esta canción concluye recalcando que son como una estrella de mar a la que crecerán de nuevo sus piernas: "Seré diez veces más fuerte cada vez que intentes atacarme".

  • Double dare ya: Una invitación directa a levantarse y luchar por los derechos de las mujeres. En esta canción, se aborda todo el camino por rebelarse, en un principio, se entiende que es una niña y Kathleen lo explica diciendo que no hay remedio más que “escuchar lo que el hombre tiene qué decir”, hasta que llega un momento de furia donde ella ya no quiere escucharlo más; es su momento de levantarse y pelear, sin importar cuántos hombres se atrevan a decirle que se está comportando “demasiado emocional: ¡Ahora eres una mujer!, no tienes motivos para no pelear, ¿derechos?, ¡TÚ los tienes!”