Las Navidades en casa de Valeria se sentían calentitas, cenaba junto a sus tías, sus tíos, su abuela, primos y su mamá, rompían la piñata, cantaban y todo rincón del espacio estaba lleno. La abuela Angelina -que era pegamento amoroso de la familia- falleció, los tíos dejaron de asistir, las y los primos también; las Navidades comenzaron a sentirse solas.
En los últimos años, su tío Roberto y la tía Verónica se convirtieron en el soporte de la familia nuclear de Valeria en Navidad, cenaban juntes, conversaban y lo vivido a lo largo del año parecía aligerarse.
En el verano de este año, el tío Roberto murió. Cinco meses después, Verónica también.
"Se fue mi tío y meses después se fue mi tía. Está siendo un duelo muy fuerte, haberlos perdido ha sido muy duro (...) perderlos el mismo año y con muertes tan repentinas", comparte Valeria en entrevista.
La Navidad cambia de manera anual y acompaña a las familias en cada etapa de la vida, con esto, se pone el acento en una realidad de la que poco se habla: La Navidad también puede ser sinónimo de duelo.
De 2022 a octubre de 2023, el Consejo Ciudadano atendió a 2 mil 723 personas que atravesaron la pérdida de un ser querido. En su mayoría, las llamadas pidieron apoyo psicológico tras la muerte de la madre o padre, posteriormente 1 de cada 10 por la pérdida de un hije y en un 0.7% por la muerte de su pareja sentimental.
Foto: Cuartoscuro
En entrevista con La Cadera de Eva, Valeria Sánchez de Mujeres Psinfronteras explica que el duelo que se vive depende de cada persona, sin embargo, la negación y la ira, son las emociones con mayor incidencia a nivel general. Sin embargo, el género también influye en cómo se vive este proceso, siendo las mujeres quienes experimentan sentimientos de insuficiencia y culpa tras la pérdida de un ser querido.
Las Navidades de los últimos años han llevado el sello del duelo; desapariciones forzadas, feminicidios y una pandemia que dejó Navidades vacías en millones de hogares. No hay novedad en señalar que, como todo proceso de vida, el duelo también es acompañante en estas fechas y es necesario dejar de vivirlo en lo privado, para conversarlo, sentirlo y reconocer que el cierre de año puede vivirse desde el dolor.
Sanando un duelo en Navidad
"Presiento que será una Navidad triste de extrañarles mucho", dice Valeria en entrevista. También, reconoce que desea no hacer nada en estas celebraciones, sin embargo, ha comenzado a organizar los preparativos con su mamá, pues "no quiere que se sienta aún más triste".
Con la Navidad como símbolo de unión y un bombardeo extremo de películas hollywoodenses que romantizan el espíritu navideño, hay poco espacio para reconocer las experiencias de otres, sin embargo, mientras más se lea, comparta y converse, la revolución por una Navidad diversa -y sobre todo más humana- comienza.
Valeria explica que el poder entender que existen otras realidades, nos permite ser personas más empáticas y conscientes con nuestro alrededor.
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En La Cadera de Eva entrevistamos a Teresita Tinajero, presidenta del Instituto Mexicano de Tanatología quien explica que, vivir el duelo no se trata de alguna clase de fórmula prescrita y universal, sin embargo, la herramienta que nos abona a superar este momento en la vida es el autocuidado.
En esta Navidad, ejercer el autocuidado cuando se vive un duelo, nos permite entender mejor lo que sentimos, crear rituales propios de sanación, construir cajas de recuerdos, asistir a terapia (recuerda que puedes comunicarte al Consejo Ciudadano de manera gratuita al 55 5533 5533) y permitirnos sanar de la manera que nos resulte más afable.
El autocuidado más poderoso de Valeria, es celebrar la Navidad rodeada de las personas que ama, siendo esto, uno de los mecanismos de autodefensa más valiosos para la sanación, de acuerdo con Teresita Tinajero, el juntarnos de manera física, crear reuniones o reencontrarnos con amigues / familia de quienes nos hemos distanciado, permite crear momentos catárticos vitalicios para sanar; llorar, conversar sobre lo que se siente, recordar y crear nuevos recuerdos, son escenarios que homenajean nuestra pérdida.
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Sí, el duelo se encuentra presente en esta Navidad para millones de familias, pero también, es el símbolo de una resiliencia superviviente. En palabras de Audre Lorde:
“Cuidar de mí misma no es un acto de autoindulgencia, es autopreservación"