“Los turnos de cuidado de nuestra madre enferma los teníamos mis hermanas y yo y a veces una cuñada. Mis hermanos mientras se sentaban, llegaban a la misma hora,  pero se sentaban en la sala de espera porque no podían lidiar con la enfermedad, con la vulnerabilidad y con la fragilidad”, así lo expresa el escritor chileno Pablo Simonetti.

Sentado junto a los bonairenses Enzo Maqueira que escribió las novelas Higiene sexual del soltero (2023) y Hágase usted mismo (2018) y Andres Neumann, Premio Alfaguara 2009, los tres autores modernos dialogaron en la mesa “De machos alfa a hombres del futuro. ¿Cómo construir nuevas masculinidades?” que moderó la escritora mexicana Brenda Navarro Ceniza en la boca, (2022) en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, edición 2023.

Los hombres no saben cuidar y por ende no cuidan. Este es un problema general a nivel mundial, reflexiona Simonetti sobre esa crisis que deben abordar los hombres, quienes son, paradojicamente, instruidos a no mostrarse débiles y ser los “hombres fuertes” del hogar, pero no consiguen lidiar con lo que conlleva este trabajo.

El tema de los cuidados llega oportunamente. Los tres escritores del sur global tienen en común que sus libros abordan desde diferentes aristas el tema de la masculinidad. Brenda Navarro, por su parte, ha escrito sobre la maternidad y la violencia en Casas Vacías, novela que ha sido traducida a más de ocho idiomas.

Los hombres que no piden ayuda

Enzo Maqueira habla en Higiene Sexual del Soltero sobre su protagonista, Junior, que desde el día uno como niño en el sistema escolar se le imponen creencias sobre cómo ser hombre, cómo ejercer la violencia contra mujeres y va reflexionando cómo se deshace uno de esas ataduras.

“Uno de los grandes problemas que tenemos los hombres y uno de los grandes mandatos del patriarcado es cercenar nuestras emociones, salvo una. Hay una emoción que se nos dice adelante, vamos, sí es así y esa es la ira, el enojo”, dice Enzo Maqueira.

Enzo y Neuman, quien narró una historia de su infancia sobre una cocinita de juguete que le fue negada por parte de sus padres, afirman que más hombres comparten anécdotas infantiles sobre cómo fueron niños solitarios por no entrar en los moldes de masculinidad machista.

“¿Cuáles son las consecuencias de no poder llorar? Algunas son estadísticas muy claras. En Argentina, por ejemplo: hay tres veces más suicidios de hombres que de mujeres. Esos hombres que no pueden decir lo que les pasa, que no pueden reconocer qué les ocurre ante el problema, ante la dificultad de una emoción, no son capaces de ir a pedir ayuda. Bueno, eligen suicidarse”, lamenta Enzo, que también habló sobre las consecuencias del patriarcado para mujeres también.

En Higiene Sexual del Soltero de Enzo hay una búsqueda hacia el pasado, las generaciones que le anteceden a Junior en cuanto a la construcción del ideal de “ser hombre” y cómo las figuras paternas comosu padre o su abuelo atravesaron por años más duros del machismo. Sin embargo, es el presente el que más interpela a Junior a partir de la irrupción de la última ola de feminismo de 2015.

Para Andrés Neuman, autor de El Viajero del Siglo y Fractura, los temas de la masculinidad y de los cuidados, tomaron otra perspectiva ahora que es padre de un niño.  Su más reciente novela, Umbilical, habla precisamente sobre la historia familiar de un hombre que está a punto de ser padre.

“En cuanto al título de la mesa, a mí me me interesa poner el acento en el concepto de construcción porque tengo la convicción personal de que la parte de la identidad de la que podemos hablar o de la que nos podemos hacer cargo, es un fenómeno cultural, introspectivo y social político”, dice Andrés, hijo de músicos, cuando habla sobre la formación de las masculinidades.

Lo nuevo

Para Andrés Neuman revisitar lo “nuevo” abre también la posibilidad de releer de otra manera lo que siempre estuvo ahí. Que si la lógica de la lectura feminista de la realidad y de la cultura podría aplicar a revisitar los grandes tótems de la literatura Argentina que muchas veces son señalados como intocables o infalibles. Sobre todo, el autor observa que muchos de ellos representan una gran diversidad de los modelos de masculinidad.

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El escritor argentino mencionó entonces la masculinidad de Adolfo Bioy Casares al que describió como seductor, elegante y que por ende encarnaba el hombre “deseable de la propaganda”. O Jorge Luis Borges, que vivió toda su vida con su madre y encontraba dificultades para expresar su deseo. Y el que no podría faltar, Julio Cortázar, al que consideró Neuman como un caso intermedio al contar con una sensibilidad diferente al del resto de su generación, que lograba buenos personajes femeninos, pero que caía en contradicciones de su tiempo como acuñar los conceptos de lector-macho y lector-hembra, de los cuales se arrepintiría después

pues era una definición machista de un tipo de rol que desempeñaba cada el lector según su sexo.

“De verdad ‘nuevo’ es es un término comercial”, dijo Pablo Simonetti al refererirse al término “nuevas masculinidades”.  “Yo tenía un tío que era comerciante y vendía cera. Empezó a vender el doble cuando le puso (la palabra) ‘nueva’ en una tirita a esos saquitos de cera. Decía ‘mi gran logro en la vida fue haberle puesto esta franjita que dice ‘nueva cera Virginia’” contó Pablo entre risas de los asistentes.

“Las que se siguen muriendo son las mujeres,  pero las que siguen sosteniendo la economía de los países, son los trabajos domésticos de las mujeres. Y cuando estamos cuidando, las que estamos realmente haciendo los trabajos más duros -no porque queramos o nos resulte más fácil- sino porque nadie más lo quiere hacer, somos nosotras. Entonces, ¿cómo hacemos con todos estos cuestionamientos validísimos? ¿Cómo hacemos, no solamente que nos cedan el espacio para poder montarnos sobre el falo, que está muy bien y me encanta, lo defiendo, pero cómo hacemos para que esos lugares que nos cedan, también nos cedan esos otros lugares donde se tomen decisiones? ¿cómo lo hacemos compañeros? Lo pregunto porque no lo sé”, atinó Brenda Navarro en su intervención como “moderadora”, pero que fue la única de la mesa que se llevó aplausos entre la audiencia, aunque su duda no quedaría como discurso inmóvil.

Sin embargo, una hora con veinte minutos en una sala de la FIL Guadalajara al medio día no sería el momento en el que esa pregunta se resolviera, probablemente porque se requiere más que tres escritores y una escritora para dar con esa solución que, sin duda, tiene en crisis a muchas economías.

“Yo traté de contar mi experiencia de cuidador al principio en primera persona porque me parecía más honesto y no me salía, me preocupaba lo que iba a pensar mi papá, por ejemplo. La única forma que encontré -fíjense las limitaciones de la identidad masculina- tuve que cambiarme de sexo e inventar al personaje de Elena”, contó Andrés Neuman sobre su obra Hablar solos.

En la novela sobre cuidados Hablar Solos, el autor argentino relata su experiencia sobre ser cuidador de su padre enfermo que mejoró y de hacerlo con su madre cuando enfermó antes de morir.

“Y cuando escribí en primera persona femenina por fin pude decir lo que pensaba y lo que sentía. Al poner digamos un disfraz, una maniobra trans que existe desde el teatro clásico, o sea esto no está pasando solamente ahora, me representa mucho más Elena en esa novela, que lo que yo traté de hacer en primera persona”, confesó Andrés.

A Enzo Maqueira le parece muy consecuente que, así como hay mujeres que ahora se dan cuenta que hace 20 años vivieron un abuso, el personaje de su novela Higiene Sexual del Soltero se da cuenta que eso que pasó hace 20 años era él abusando.

“Si son tantos los hombres que humillan a las mujeres, tantos los hombres que no saben escuchar o responder a un ‘no’ y aceptar un ‘no’ si son tantos, si lo vemos todos los días en México, en Argentina, en España, en Colombia, en donde sea, entonces no es un tema individual es un tema de matriz cultural”, resaltó Enzo que agradece al feminismo actual por brindarle herramientas para cuestionar el machismo que ha vivido.

Para Pablo Simonetti pensar la masculinidad es otra historia. Miembro de la diversidad LGBTTTI+, desde el día que salió del closet con su familia, vio que su rol como integrante cambió por completo al de los silencios de los cuchicheos en la cocina con su madre y sus hermanas, al de cuidador de su madre enferma que resultó en su novela Madre que estás en los cielos, publicada en 2004.

“Hemos hablado de los mandatos que nos dicen que no sintamos o que no digamos nuestras debilidades, no sé qué. Pero hay otra parte activa que tampoco hacemos que es cuidar y que todavía ocho de 10 de las personas que cuidan en el mundo a los niños, a los ancianos, a las personas discapacitadas, son mujeres y tienen una mejor disposición y no le tienen miedo ni al berrinche”, exclamó Pablo quien además mencionó su próxima obra, Los hombres que no fui.

Los hombres que no fui es una novela de todas las cargas de El Deber Ser hombre que este personaje tiene que enfrentar 25 o 30 años más tarde a hombres que le dicen “tú tienes que ser hombre de esta manera”, pero el personaje, un hombre gay, elige salirse de la norma.

“Y él dice ‘claro, perdí todos estos privilegios’ porque ser hombre sí es un privilegio. En mi familia era un privilegio gigantesco de poder o de dinero. Dejé de ser todos estos hombres pero soy este hombre: vulnerable, frágil, que escribe y bueno aquí estoy y vamos a ver si sobrevivo”, remata Pablo Simonetti.