Del 4 al 6 de agosto de 2025, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) realizará el Encuentro RegionalApuestas feministas por la Justicia Climática” en la ciudad de Oaxaca. El evento busca fortalecer la organización colectiva y comunitaria de las mujeres y defensoras del territorio, así como visibilizar sus propuestas de transformación frente a la crisis climática.

En entrevista para La Cadera de Eva, Norma Cacho, coordinadora de Género y Territorios en el ILSB, explica que este encuentro es el resultado de un trabajo de aproximadamente un año del Instituto que ha incluido actividades de formación, investigación y documentación con defensoras comunitarias del territorio en el sureste de México, abarcando estados como Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo y Campeche.

El objetivo principal ha sido doble: por un lado, documentar los impactos, las violencias y los riesgos que enfrentan las mujeres al involucrarse en procesos de disputa y despojo territorial. Así como conocer y registrar sus propuestas, apuestas y estrategias frente a estos escenarios.

A partir de talleres de investigación-acción participativa realizados en 2024, surgió la necesidad de ampliar estos análisis a un espacio regional más amplio, que permita el diálogo con experiencias de otros países de América Latina e incluso de otros estados de México.

La intención es profundizar las miradas críticas y las propuestas que las mujeres indígenas, campesinas, rurales y forestales están construyendo para enfrentar la crisis climática y la disputa territorial.

¿En qué consiste el encuentro?

Durante el encuentro, se promoverá la construcción de un análisis crítico y un posicionamiento colectivo sobre los aportes feministas a la Justicia Climática, con el objetivo de articular estrategias de denuncia y fortalecer los vínculos entre defensoras de diversas regiones del país.

También se busca poner en diálogo los feminismos populares, comunitarios, rurales y ecofeministas con las visiones de justicia climática, para construir una perspectiva más articulada y un posicionamiento político con mayor incidencia.

Las participantes serán defensoras comunitarias del territorio, promotoras agrarias, gestoras forestales de pueblos indígenas, comunidades locales y rurales de México, así como integrantes de organizaciones civiles que acompañan procesos de defensa territorial y justicia climática.

Las seleccionadas para participar en este encuentro recibirán becas que cubren sus traslados, alimentos y hospedaje. El registro de la convocatoria cerró el 27 de junio de 2025, con un cupo limitado de 30 participantes.

¿Por qué la justicia climática debe ser feminista?

Norma Cacho, señala que el encuentro surge de la necesidad de visibilizar las desigualdades sociales e históricas que profundizan los efectos del cambio climático en los cuerpos y territorios de las mujeres.

“No existe justicia climática sin la participación de las mujeres, sin el reconocimiento de sus saberes locales y ancestrales, sin redistribuir los trabajos de cuidados y sin garantizar sus derechos. No habrá justicia climática mientras persistan violencias sobre sus cuerpos y territorios” (Norma Cacho, coordinadora de Género y Territorios ILSB)

Norma Cacho explica que las desigualdades históricas que enfrentan las mujeres se agravan en contextos de disputa territorial o desastre socioambiental. Cuando un desastre ambiental devasta una comunidad o un territorio, se pierden bienes naturales básicos como el agua, la leña y las parcelas, comprometiendo directamente los medios de vida de las mujeres y sus familias.

Además, son ellas quienes, a menudo, asumen la responsabilidad de la reconstrucción y regeneración de sus tierras y territorios, lo que les genera dobles o triples cargas de trabajo e impactos en su salud física y emocional. Estas cargas también les impiden participar en espacios de toma de decisiones y comprometen sus propios proyectos de vida.

Un contexto de riesgos y resistencia

La defensa del medio ambiente en México es una actividad de alto riesgo. Nuestro país es, lamentablemente, uno de los que registra las cifras más altas de persecución, violencia y asesinatos de personas defensoras del medio ambiente y el territorio en América Latina.

En 2023, 18 defensores perdieron la vida en México, ubicando a nuestro país en el cuarto lugar global de estos asesinatos, con muchas víctimas siendo indígenas que luchan contra industrias extractivas, especialmente mineras. Además, entre diciembre de 2006 y agosto de 2023, se documentó la desaparición forzada de 93 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente, de acuerdo con la Organización No Gubernamental Global Witness.

Norma Cacho señala que frente a este escenario de violencia recrudecida y extractivismo, especialmente en regiones geoestratégicas como el sureste mexicano, altamente disputadas por megaproyectos, es fundamental que las defensoras estén cada vez más articuladas, fortalecidas y que sus liderazgos locales se vuelvan más colectivos y vinculados con otras experiencias.

Las preocupaciones y luchas de las defensoras son diversas, ya que las problemáticas ambientales adquieren matices distintos según la clase, condición étnica y acceso a derechos en cada territorio.

Sin embargo, para Norma Cacho la resistencia y las propuestas que construyen, basadas en conocimientos ancestrales y una historia de lucha, son un "germen vital" para hacer frente a la situación actual.

El Encuentro “Apuestas feministas por la Justicia Climática” representa un paso fundamental para fortalecer estas voces y visibilizar sus demandas, se espera que, como resultado de este encuentro y del proceso previo, el ILSB divulgue un documento con los hallazgos y reflexiones.