Las mujeres jóvenes indígenas viven y resisten en la Ciudad de México haciendo comunidad a través de Iranu Colectivo, que nació en 2019 y está integrado actualmente por 10 mujeres indígenas que por temas de estudio, laborales o de salud les tocó irse a vivir desde muy jóvenes a la capital del país, algunas de ellas acompañadas por sus mamás u por sus familias, otra más lo hicieron solas. 

“Muchas llegábamos solas, no teníamos una red de acompañamiento, no conocíamos a nadie, se nos dificultaba el tema de la renta. Incluso de buscar los camiones, rutas de transporte, de salud. Y ahí vimos como la oportunidad primero de encontrarnos todas”, cuenta Pamela Pérez Ponce, de la organización juvenil Iranu Colectivo, en entrevista con La Cadera de Eva. 

Algunas de las integrantes de Iranu Colectivo se conocieron cuando se reunían una vez al año en una cena que la universidad realizaba para las mujeres indígenas que eran becadas. Desde ahí, se sembró la semilla de querer reunirse más seguido y realizar cosas juntas, “todas teníamos esa espinita como de hacer comunidad allá fuera de nuestras comunidades”, comenta Pamela, quien pertenece al pueblo Purépecha.

Mujeres indígenas en la CDMX

Al migrar a la capital tuvieron que dejar al lado sus deberes y sus prácticas comunitarias, “muchas, veníamos de ese trabajo comunitario que se ve en las familias, en nuestras casas. Entonces, un poco esa fue nuestra característica de que nos sentíamos solas en la ciudad”, narra Pamela quien es originaria de Michoacán. 

Al llegar a la zona urbana, las mujeres indígenas se enfrentan con una pérdida de identidad por el racismo y comienzan a entrar en las dinámicas de las ciudades, sin embargo, Pamela señala, que eso no cambia su “trayecto de vida”.

“Parece que llegas a la ciudad y te desdibujas, obviamente, por una sociedad racista que discrimina, como que se desdibuja o ya no eres una mujer indígena, ahora hablas de otra forma, vas a otros lugares, tienes otras dinámicas”, cuenta la integrante de Iranu Colectivo.

Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

La migración de las personas indígenas en la Ciudad de México se comenzó a documentar en los años, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la capital residen personas mixtecas, zapotecas, triquis, ñañús, mazahuas y nahuas. 

Habitan en la llamada Zona Metropolitana del Valle de México, ubicada en los límites entre el Estado de México y el entonces Distrito Federal, sobre todo en Nezahualcóyotl, Los Reyes y Chalco. En 2018, en la zona había más de 700 mil personas indígenas, según datos del INEGI. La mayoría de ellos son de los estados de México, Puebla, Hidalgo, Guerrero y Oaxaca.

La población de personas indígenas en la CDMX aumentó en el Censo de 2020, que registró 825 mil 325 personas que se auto reconocen como indígenas, de las que 27.1% están entre los 15 y 29 años, según el INEGI. 

Reforzar la identidad en medio de la ciudad 

A las mujeres indígenas que recién van llegando a la Ciudad de México, les aconsejan que no se sientan mal por vestir o hablar de una forma, porque, “así somos, y eso es como que llevamos a todos lados, pero, desgraciadamente sí vemos mucho que la ciudad te arrolla”, puntualiza Pamela quien piensa en un futuro irse a vivir a su comunidad.

La crisis de identidad es uno de los temas que más trabajan en Iranu Colectivo, además de temas laborales, porque se han dado muchos casos en que no les respetan sus derechos y son discriminadas por su origen, que va desde pagarles menos, no darles el empleo o con ofertas de trabajo falsas.  

Para poder generar herramientas y comunidad entre ellas realizan cada año un ciclo de talleres relacionados con la identidad: “Cómo nos vemos las mujeres indígenas en la ciudad, las mujeres jóvenes, las mujeres adultas”, expresa Pamela.

Realizan talleres relacionados con antirracismo, derechos sexuales y reproductivos, también realizarán un taller sobre derechos laborales para poder detectar vacantes falsas, además tienen un grupo de WhatsApp donde comparten dudas o contactos.

Además, trabajan para posicionarse en la ciudad, por lo que hacen encuentros como el Pícnic de Encuentro de Mujeres Indígenas en la Ciudad de México que se realizó el día 31 de agosto en el que lograron convivir más de 20 mujeres indígenas, algunas de ellas con sus hijas e hijos.

“Para nosotras,eso es lo más valioso,porque ya no se sienten solas”, concluye Pamela, joven indígena de Iranu Colectivo.