La despenalización del aborto es una lucha que lleva años en nuestro país.  Distintas mujeres en colectividad desde sus contextos no solo han trabajado a favor de la despenalización de la interrupción del embarazo, sino que también han acompañado a mujeres en sus abortos. 

¿Qué sería de la historia de algunas mujeres si no hubieran tenido el apoyo de otras mujeres? En México, la situación del aborto ha avanzado favorablemente, en 12 entidades federativas el aborto está despenalizado hasta la semana 12.

Una de esas entidades fue Puebla, que el pasado 15 de julio de 2024 aprobó la interrupción legal del embarazo hasta las 12 semanas. Sin embargo, esto no garantiza que todas las mujeres de este estado tengan acceso al aborto.

Por ejemplo, las mujeres indígenas nahuas y mestizas del municipio de Cuetzalan del Progreso, donde habitan 49 mil 864 personas, enfrentan diversos desafíos para acceder a un aborto seguro, legal y gratuito, de acuerdo con integrantes de la Red de Formadoras Kualinemilis en entrevista con La Cadera de Eva. 

Nueve años acompañando

La Red de Formadoras Kualinemilis del municipio de Cuetzalan del Progreso, Puebla, durante nueve años han acompañado a mujeres para acceder a una interrupción del embarazo cuando así lo decidían. 

También han ayudado a mujeres de otros municipios cercanos de la región que acudían con ellas, como Ayotoxco de Guerrero, entre otros. En un principio las integrantes de Kualinemilis no acompañaban como tal un aborto, más bien las llevaban a la Ciudad de México donde era legal. 

“Cuando las mujeres acudían con nosotras hacíamos la canalización, en ese entonces hacíamos la canalización hasta Ciudad de México porque era el estado donde estaba legalizado”, explica Anita Hernández, integrante de Kualinemilis. 

Posteriormente, se comenzaron a capacitar porque dirigir a las mujeres a la capital implicaba muchos gastos económicos. En transporte público, el viaje consta de 6 horas de la cabecera municipal a la Ciudad de México y el precio del boleto (actualmente) es de más de 400 pesos mexicanos, además se tenía que contemplar el hospedaje. 

“Los viáticos en hospedaje a la Ciudad de México realmente hacía que las mujeres muchas veces ya no se dirán el seguimiento porque realmente se elevaba mucho en costo. Entonces decidimos nosotras también empezarnos a capacitar para que pudiéramos apoyar más a las mujeres en esta decisión”, comenta Anita Hernández Morales, política y abogada indígena. 

En el camino de capacitación encontraron a muchas colectivas que las acompañaron en su formación como CAFIS A.C. y Odesyr A.C. organizaciones que tienen como finalidad defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en el estado de Puebla. 

“Nosotras al iniciar a atender a más mujeres, también vimos la necesidad de irnos profesionalizando más en el tema y es así como a lo largo de aproximadamente 5 años más o menos buscamos como los espacios para capacitarnos”, Jessica Morales, integrante de Kualinemilis.

La Red de Formadoras Kualinemilis no tenía como objetivo atender o acompañar casos de interrupción del embarazo, sin embargo, la necesidad del mismo contexto las llevó a volverse acompañantas, porque atendían casos de violencia hacia las mujeres. 

Los embarazos no deseados a consecuencia de una violación sexual es común en la zona, cuenta Anita, quien señala que también a causa de los embarazos no deseados a muchas mujeres las obligaron a contraer matrimonios, situación que concluía en violencia familiar. 

“Acudían acá con nosotras a pedir la asesoría por estar viendo situaciones de violencia, ahí fue donde detectamos la importancia,  de empezar a trabajar el tema de la prevención del embarazo y el tema de aborto”, reflexiona la abogada. 

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Los retos después de la despenalización 

Los nueve años de trabajo comunitario para poner sobre la mesa el tema de aborto en el municipio no fueron fáciles para las integrantes de la colectiva porque durante años lo hicieron de voz en voz, es decir, no hacían público que ellas acompañaban a mujeres que querían interrumpir sus embarazos. 

Fue hasta el 2022 que realizaron un encuentro en la comunidad de San Miguel Tzinacapan, que tuvo como objetivo hablar de la salud y el autocuidado de las mujeres. En ese espacio comenzaron a introducir el tema del derecho a decidir. 

Aunque han implementado estrategias y la reciente despenalización a nivel estatal favorece el panorama, aún encuentran retos y desafíos: “El que ya sea una ley escrita, sí nos da, por supuesto algunas ventajas, pero pues no implica en que todas las mujeres ya tenemos acceso al aborto”, explica Jessica Morales. 

La integrante de Kualinemilis explica que la lucha ahora será que el Hospital General de Cuetzalan garantice el acceso al aborto,  que exista una despenalización social y capacitación a los servidores públicos sobre el tema

“Se tiene que hacer es la despenalización social porque existen muchos mitos, muchos estigmas alrededor del tema que todavía tenemos que trabajar en las comunidades”, señala Jessica. 

Caminar juntas desde las localidades 

Ivon López García, integrante de la Red de Formadoras Kualiinemilis, explica que están impulsando una red llamada Sihuaiknimeh que quiere decir mujeres hermanas en español, la cual está integrada por 15 mujeres, adolescentes y adultas que hablan náhuatl y español, quienes estarán acompañando a otras mujeres de las juntas auxiliares que conforman el municipio de Cuetzalan. 

“Lo que pretendemos es justamente que sea una realidad, pretendemos que todas tengamos acceso, que todas tengamos la misma oportunidad de manera respetuosa, de manera amorosa. Sobre todo de manera informada es parte de nuestros objetivos”, explica Ivon López. 

Las integrantes de la red Kualiinemilis seguirán caminando juntas acompañando a otras mujeres de la región. 

“Para mí como mujer indígena que pueda acompañar a otras mujeres, es muy importante porque sí creo que es nuestro derecho, confío mucho en que algún día las mujeres podamos ejercer nuestros derechos de manera libre”, cuenta Anita Hernandez. 

“Lo que buscamos es que cada mujer pueda tomar su decisión abiertamente, libremente, sin sentirse juzgada y señalada por haber interrumpido. Entonces hasta que este derecho no sea realmente efectivo, pues seguiremos exigiendo e insistiendo para que las mujeres tengamos todos nuestros derechos”, concluye Jessica Morales.