Deslizar perfiles en apps de citas, recibir rechazo tras rechazo y preguntarte si algo en ti está “mal”. Criticar las actitudes de los hombres en redes y sentir que tu esfuerzo por agradar nunca es suficiente. 

En los últimos años, el celibato involuntario se relacionó casi siempre con los incels, comunidades de hombres que llevaron su frustración a foros de internet con discursos violentos y misóginos. Pero el rechazo y la soledad que viven muchas mujeres también son resultado del patriarcado, que decide quién merece ser deseado y bajo qué reglas.

De ahí surge la experiencia de las femcels, mujeres que, hasta hace poco, eran invisibles para los medios y la academia, pero que están creando comunidades digitales donde comparten frustración, miedo y heteropesimismo.

En su artículo “From femcels to ‘femcelcore’: Women’s involuntary celibacy and the rise of heteronihilism”, la investigadora Jilly Boyce Kay señala que la identidad femcel era históricamente “ilegible” en la cultura popular, pero desde 2021 estas mujeres comenzaron a ganar visibilidad, mostrando que el celibato involuntario no es solo un fenómeno masculino.

¿Qué significa ser una "femcel”?

Las femcels son mujeres que se identifican como involuntariamente célibes. El estudio “Femcel Discussions of Sex, Frustration, Power, and Revenge” muestra que estas mujeres experimentan frustración sexual y social, vinculada a estándares de belleza inalcanzables y al rechazo percibido por los hombres. 

Muchas reportan problemas de autoestima, presión por cumplir con estándares de belleza y dificultades para interactuar con el sexo opuesto de la misma forma que aquellas mujeres que el patriarcado define como “normales”.

Un rasgo distintivo frente a los incels es el miedo. De acuerdo con Hannah Rae Evans y Adam Lankford, investigadores del estudio, mientras que los hombres proyectan su ira hacia afuera (como en el caso de los incels), las femcels experimentan ansiedad por la violencia o el abuso sexual, incluyendo temores de “revenge porn” o acoso. 

Además, adoptan un sentimiento de “heteropesimismo”: desilusión profunda con la cultura heteronormativa y la idea de que las relaciones heterosexuales son difíciles de mejorar. 

¿Las femcels e incels son lo mismo?

Aunque ambos términos suenan parecidos, sus comunidades, ideologías y cómo manifiestan su resentimiento difieren significativamente. 

El estudio titulado "Incels vs. femcels: dissecting the gendered realities of involuntary celibacy" señala que, aunque ambos grupos se forman en torno a la frustración por el celibato involuntario y utilizan el odio como medio de cohesión, la manera en que ven al género opuesto y su conexión con la violencia y la política las establece como entidades claramente distintas. 

Fabrizia Pasciuto y Debora Pizzimenti, autoras del estudio, explican que mientras que el discurso incel se centra en la sexualización y objetivación de las mujeres como fuente de su frustración, el discurso femcel se enfoca en criticar el comportamiento masculino, la violencia, la culpabilidad patriarcal y a veces actitudes de otras mujeres que buscan aprobación masculina (pickme girls). 

Una de las diferencias más importantes es la conexión con actos de terrorismo y criminalidad. Ciertos militantes incel han perpetrado masacres terroristas, como el asesinato de seis civiles en California en 2014. Y hasta ahora, no se ha asociado tal violencia con la comunidad femcel.

La femosfera y el femcelcore

Las femcels surgen como un fenómeno relacionado, muchas veces posicionándose en oposición explícita a la Manosfera. Este ecosistema digital femenino se denomina la Femósfera.

En su artículo “Between Hetero-Fatalism and Dark Femininity: Discussions of

Relationships, Sex, and Men in the Femosphere”, Emilie Francis explica que dentro de esta comunidad, encontramos diferentes ideologías:

  • Píldora rosa (pink pill): se inspira en el movimiento Radfem y aboga por el empoderamiento y la educación de las mujeres, desafiando estereotipos de género y promoviendo la asertividad en las relaciones. 
  • Píldora roja (red pill): algunas mujeres se identifican con esta creencia, adoptando la idea de los roles de género tradicionales y mostrando escepticismo hacia ciertos aspectos del feminismo.

En plataformas como TikTok, la identidad femcel ha evolucionado hacia el “femcelcore”: una estética que mezcla humor, ironía y desilusión romántica. Este fenómeno refleja la frustración con las relaciones heterosexuales y la cultura de la belleza, pero en un tono más juguetón y compartible, alejándose del dramatismo de las primeras comunidades femcel. 

En su artículo “What are femcels? The truth about the internet subculture”, Fiona Ward señala que este término se utiliza en las redes sociales para "expresar una identidad al mundo – muchas veces una noción romantizada de ser solitaria, patética o 'tóxica' hacia las relaciones de alguna manera". Esta estética se alinea con la cultura de la "chica triste" (sad girl culture) y la disociación.

Mientras que las femcels originales compartían sus experiencias con detalle y angustia, el femcelcore se expresa de manera más irónica, utilizando memes y videos cortos para comunicar la frustración y la soledad.

Este fenómeno estético es parte de una tendencia más amplia que los investigadores Johanssen y Kay llaman "heteronihilismo". Este término describe cómo la desilusión con la sexualidad se radicaliza, convirtiéndose en un rechazo más amplio a la esperanza social y a la acción colectiva. 

Aunque el "femcelcore" parece un rechazo a la obligatoria positividad del feminismo neoliberal, tanto esta tendencia estética como la de las femcels tradicionales siguen siendo altamente individualistas, priorizando el yo en lugar de la fortaleza colectiva, de acuerdo con los investigadores.

¿Por qué importa entender a las “femcels”?

Las femcels revelan cómo la frustración romántica femenina ha encontrado un espacio propio en la era digital. Sus experiencias difieren de las de los incels, pero ambos fenómenos muestran cómo las desigualdades de género, la presión por la apariencia y la alienación emocional configuran nuestras relaciones modernas.

No se trata solo de un fenómeno académico: entender estas comunidades nos ayuda a ver los desafíos reales que enfrentan mujeres y hombres en el amor romántico bajo los ideales heteropatriarcales. 

Si las femcels reflejan estas frustraciones y desigualdades, ¿qué nos dice esto sobre la forma en que vivimos las relaciones hoy?