Paolita Suárez fue víctima de transmisoginia, esto luego de ser fuertemente agredida por parte de su prometido la noche del miércoles 10 de enero. El hecho, más allá de lamentable, enciende las alarmas de la transfobia social y la reacción colectiva de muchas personas que han utilizado esta violencia de género como vehículo para el odio, evidenciando así que, en México, el camino para erradicar la transmisoginia aún es largo.
Paolita Suárez, continúa en terapia a causa de las lesiones en sus costillas, su nariz y su globo ocular que, hasta el momento, continúa siendo evaluado por especialistas para determinar el impacto del daño, no descartando la posibilidad de la pérdida del órgano.
Amigas de Paola Suárez se han mantenido activas en redes denunciando lo sucedido, entre ellas, Wendy Guevara y aunque la influencer se ha hecho de fans en todo el país, las opiniones son divididas y la transmisoginia más cruda ha salido a relucir entre centenares de personas que aplauden la noticia, malgenerizan a Paola y ejercen una violencia mediática persuadida por el odio y la transfobia.
Entre tanto, sólo queda permanecer vigilantes en el actuar de las autoridades mexicanas y exigir en el caso perspectiva de género como un derecho humano en la búsqueda de justicia para Paolita Suárez.
Desde la trinchera individual, queda nombrar, señalar y reconocer la transmisoginia como un acto violento y de dominación que es inadmisible en un país con una tasa de transfeminicidios tan alta.
Un primer acercamiento a la transmisoginia
Podemos entender la transmisoginia como una interseccionalidad entre la transfobia y la misoginia, siendo este tipo de violencia, exclusiva de las personas trans y no binarias que se encuentran dentro del rol - expresión feminizada.
Hay un fenómeno a destacar y es que la transmisoginia nace desde el sistema patriarcal que, desde sus ordenamientos, pauta que todo cuerpo - comportamiento feminizado es inferior y que, como señalaría Judith Butler en "El género en disputa", permite a los hombres reafirmar su dominación, como por ejemplo, con el asesinato, un acto de extremo odio que reafirma la soberanía del asesino en este sistema.
Desglosando y definiendo
Para entender a profundidad esto, es necesario desglosar sus dos componentes:
- Misoginia: Expresión máxima del odio, no sólo se trata de subordinación y rechazo hacia la mujer, sino también, de la justificación del feminicidio, del abuso sexual y de la privación de la libertad. La misoginia se manifiesta a través de actos violentos y crueles hacia la mujer por considerarla inferior, ataja la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
- Transfobia: Tiene por características la aversión, la construcción de prejuicios, la violencia y el odio hacia personas trans. Tiende a manifestarse a través de opiniones discriminatorias, rechazo, detenciones arbitrarias o el acoso. La distinción aquí es que la transfobia atraviesa a todas las personas trans y no específicamente a las mujeres.
Es así que, la transmisoginia reúne ambas características para crear un modelo de opresión extremadamente violento. Recoge el odio hacia los cuerpos feminizados de la misoginia y la discriminación de la transfobia.
La mujer que está detrás de esta teoría es Julia Serano en su obra "Whipping Girl" quien, sostenida en la teoría de la interseccionalidad, reconoció en su teoría que las mujeres trans enfrentan distintas capas de misoginia por su identidad, como la fetichización, el odio por traicionar la masculinidad, la indignación social, la amenaza para el hombre heterosexual, el abuso y la malgenerazación.
"Hombres con falda", "hombres que quieren cortarse el pene", todas estas expresiones, explica Julia Serano, no son transfobia, esto es transmisoginia porque tiene por objetivo dañar y violentar a las mujeres trans.
Asimismo, podemos trasladar esta transmisoginia a otros espectros como por ejemplo, el abuso sexual como dominación y el transfeminicidio, fenómenos de odio extremo que sólo pueden estar dentro de los marcos de la transmisoginia.
El caso de Paolita Suárez atraviesa este fenómeno por la crudeza de su abuso, pero también, nos expone como articulación de esta violencia a través de la transfobia (la antesala de la transmisoginia) que se está ejerciendo en su contra a través de redes sociales.
Este es momento coyuntural para la reflexión. Condenar lo sucedido nos hace partícipes de una transformación colectiva, Paolita Suárez es sobreviviente de transfeminicidio y es momento de visibilizar que México atraviesa una pandemia de violencia transmisógina que parece ser incontenible; vivimos en un país donde, en promedio las mujeres trans son asesinadas a sus 33 años, de acuerdo con el último informe de Letra S.
Mujeres trans en México, el sector más violentado
De acuerdo con un informe realizado por Letra S en 2022, las mujeres trans es el sector más violentado y torturado de toda la comunidad LGBTTIQ+, en este sentido, nombramos los datos que no pueden quedar fuera del radar, porque esta conversación no es sólo de lucha por Paolita Suárez, es de todas.
- De cada mil mujeres trans, 15 serán asesinadas, un número que duplica el fenómeno de feminicidio.
- 5 de cada 10 homicidios contra la comunidad LGBTTIQ+, pertenecen a las mujeres trans.
- Las principales causas de sus muertes están unidas a la discriminacíón, como por ejemplo, ser VIH positivo, ser menores de edad, defensoras de derechos humanos, migrantes o pertenecientes a una comunidad indígena.
- La mayoría de las mujeres trans son asesinadas a sus 33 años.
- Las mujeres trans viven muertes violentas, torturas, abuso, Letra S documenta que este sector tiene la mayor incidencia de ser expuestas en espacios públicos como calles, carreteras y terrenos baldíos; 5 de cada 10 cuerpos expuestos de la comunidad LGBTTTIQ+ son mujeres trans.
- En 2022, ninguno de los casos de transfeminicidio fue investigado como crímenes de odio.