El Blue Monday está cerca, ¿realmente nos sentimos tan tristes como el bombardeo mediático nos hace saber? Con una presión extraordinaria del conocido día más triste del año, no queda más que cruzar los dedos y esperar a sobrevivir sin sentir un ápice de tristeza.
Los artículos de los medios de comunicación ya han cargado con la artillería para producir los manuales de cómo atravesar el Blue Monday (y no fallar en el intento), el paso a paso para llegar a la fuente de la serotonina y no permitirnos, siquiera, pensar en emociones que sean negativas.
Aquí interrumpe la terapeuta y fundadora de Mujeres psi.nfronteras Valeria Sánchez para pausar esta conversación y zanjar: Las emociones negativas no existen.
De esta manera es que quedan más preguntas por respuestas y no hay más que escarbar sobre el fenómeno mediático del Blue Monday y quebrar con el mito capitalista que no nos permite pausar la rutina de producción para saber qué sentimos, qué nos duele y cómo manifestamos nuestras emociones. Con esto y con el apoyo de Valeria Sánchez, queda empezar... pues por el inicio.
Foto: Cuartoscuro
¿Qué pasa con el Blue Monday?
Lo primero que debemos aterrizar es que este día no tiene una base científica puntual y tampoco es ley inamovible, pero desde hace casi 20 años ha estado presente en a nivel global tras el trabajo del británico Cliff Arnall, quien tomó a consideración la depresión post- navideña, el clima y las deudas, como elementos para considerar el segundo lunes de enero como el día más triste del año.
Que si bien son elementos que resultan abrumadores para millones de personas que han comenzado a perder expectativas con este inicio de año, siempre es un buen momento para recordarnos que podemos escucharnos y ser más compasivas con nosotras y nosotres. Pero de esto te contamos más en "12 propósitos feministas para este año nuevo"
El problema no es el cálculo del día más triste del año, sino más bien, un bombardeo mediático sobre este episodio del año y el mandato a combatirlo; ¿y si no queremos combatirlo sino sentirlo? Esto último, es el eje rector de la entrevista con Valeria Sánchez quien nos explica lo siguiente:
Se ejerce mucha presión capitalista alrededor de las emociones, acá nosotras como psicólogas de mujeres psinfronteras no hablamos de emociones negativas, sin embargo, lo googleas y hay un montón de artículos de cómo no sentirte mal, me parece sorprendente que hayan tratamientos, consejos y técnicas para tratar algo que es muy humano.
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Al inicio del artículo, se señaló que este proceso negado de sentirnos tiene una relación directa con el capitalismo y para las mujeres, se añade una capa de interseccionalidad más: el patriarcado.
Llorar no es muy capitalista de tu parte
Ahora sabemos de dónde viene el llamado Blue Monday y sobre la validación de vivirlo como lo deseamos, pero ¿cómo se relaciona esto con el sistema? La terapeuta señala que el sistema nos deshumaniza para convertirnos en máquinas productivas, de ahí que el "coaching" sea tan popular, se nos bombardea de todos lados que debemos ser funcionales y no cuestionar lo que sentimos.
"Una persona que se detiene a explorar sus sentimientos, aceptarlos, reconocer que las emociones son mensajeras de que algo tienes qué hacer, es algo que requiere tiempo y paciencia y eso no conviene al sistema que nos demanda ser productivas" (Valeria Sánchez)
De esta manera es que, este Blue Monday (y cualquier otro lunes triste) ha sido negado de vivirlo de manera plena y aquí debemos ser cautelosas; vivir y sentir son experiencias individuales, de ahí la peligrosidad de crear la idea de que podemos hacer manuales de cómo no sentir tristeza en los días malos.
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Sobre esto, converge la especialista quien pone un ejemplo sencillo en el que imaginamos un podcast de entrevistas donde van personas famosas y dan sus consejos de cómo dispersan la tristeza.
En este programa asiste Aislinn Derbez y cuenta cómo es su autocuidado, da pasos para sentirse feliz y la manera en que ella sobrevive a los días tristes saliendo a comer a un restaurante, pero, ¿qué sucede si nuestra gestión de emociones es diferente y nos hace sentir más plenas estando en cama?
Es aquí donde el problema fundamental aparece, las personas no sabemos qué nos hace sentir bien porque, o bien nunca se nos enseñó a hacerlo, nunca ha existido el privilegio emocional de cuestionarlo o tal vez, no hay tiempo suficiente para detenernos y preguntarnos qué sucede con nosotres. Valeria Sánchez ataja:
Ahí hay una desestructura brutal porque no tenemos la vida que estas personas, el riesgo es que te lo venden como pasos y no como experiencias (...) No sabemos qué nos hace sentir bien porque tenemos interiorizados estos valores de productividad y en las mujeres, el patriarcado hace que, además, nos sentimos avergonzadas.
Esto último nos acerca a la patologización de las mujeres; la mujer enferma que si osa a mostrar una emoción con demasiada intensidad, entonces, es señal inequívoca de que su salud mental está desequilibrada. Ser mujer se convierte en un síntoma que nos niega el sentir, pero no sólo a nosotras, la masculinidad hegemónica también rechaza la emoción en los hombres bajo el brazo del mismo sistema patriarcal.
De esta manera, las personas atravesamos por días de gran tristeza sin la compasión (por nosotres mismes) de permitirnos sentir, de aceptar que tal vez, el blue monday despertó un poco de melancolía. Pero, ¿qué herramientas nos quedan en el saco para reconocerlo?
Reconocerme es antisistema
Durante la entrevista con Valeria Sánchez se llegó a un punto donde se reflexionó el por qué, aún siendo personas adultas, no sabemos qué nos hace sentir mejor cuando experimentamos emociones que no son placenteras (más nunca negativas). De ahí que recurrimos a toda esta ola de influencers e intentamos replicar conductas que no están en los marcos de quiénes somos.
Es cierto, saber qué nos hace sentir mejor no es una tarea sencilla, requiere de ejercicios de introspección, sin embargo, no necesitamos ponernos la capa revolucionaria de la inteligencia emocional para producir cambios. Valeria Sánchez explica que todo puede iniciar cuando descubres qué te gusta de un color o algunos aspectos de tu infancia.
Asimismo, la especialista recomienda que tener aplicaciones de salud mental y de manera puntual, señala que existe un juego de cartas llamado "Somos" en el que diariamente sacas una carta que contiene una pregunta muy profunda de quién eres, siendo esto, un gran paso para conocerte mejor, saber cómo gestionar y abrazar tus emociones.
Otra herramienta importante es darle nombre a lo que sentimos y aquí la pregunta es: ¿cuántas emociones puedes nombrar? Muchas personas no sabemos hacerlo y poco sabemos de qué sentimos, para esto, contamos con algo que será fundamental para reconocernos: el círculo de las emociones.
El primer paso es identificar lo que sentimos de este círculo de las emociones, nombrarlas y observar cómo se manifiestan en mí, explica Valeria Sánchez y consecuentemente, pone de ejemplo la manera en que existen personas quienes experimentan el enojo muy rápido y otras a quienes les dura meses las emociones. Acto seguido, es aceptar libremente todas y cada una de las cosas que sentimos, sin reprimirlas, añadirles adjetivos como "negativas o malas" y saber que todo lo que experimentamos tiene un mensaje para nosotres.
"Las emociones siempre vienen definitivamente por algo y si no las aceptas la situación puede salir peor. Ese es el camino de aquí y para toda la vida porque nunca vamos a dejar de sentir" (Valeria Sánchez)
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Prepara la manta, el helado, ve a terapia y pon en bucle "Blue Monday" de New Order como en una parodia hollywoodense, o tal vez no, tal vez sólo es la oportunidad que necesitábamos para gestionar nuestras emociones, sentirlas y mirar hacia nuestros adentros a sabiendas que la vida estará llena de lunes tristes, de angustia, estrés y mal clima.