"¿Nací con depresión, me la heredaron, llegó sola? ¿Se va a ir?", se preguntó Raquel cuando su psicóloga le dijo que tenía este padecimiento. En "Mi compañera la depresión", Raquel narra cómo por mucho tiempo se sintió culpable porque sabía que había muchas cosas por las que sentirse agradecida, pero no podía lidiar con ellas. Y es que, esta enfermedad no se trata de un simple sentimiento de tristeza y tampoco se soluciona “echándole ganas”.
La depresión es una condición que afecta a las personas de forma física y emocional, que puede llegar a desembocar muchos otros problemas de salud, incluso puede terminar en el suicidio. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mujeres son más propensas a sufrir depresión y ansiedad.
En marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, 13 de enero, la psicóloga Margarita Merlos explica para La Cadera de Eva que ésta se trata de "un componente de pensamientos que van acompañados de tristeza, retardo psicomotor, insomnio, pérdida de peso, sentimiento de culpa y todo esto te lleva a rasgos de ansiedad". ¿Pero de qué maneras afecta más a las mujeres?
Las mujeres son más propensas a la depresión
De acuerdo con la OMS, la depresión es más común en las mujeres (5.1%) que en los hombres (3.6%). Los mandatos sociales, como el rol de género, inciden en las probabilidades de enfrentar problemas de depresión y ansiedad en mujeres de cualquier edad, pero especialistas coinciden en que durante la pubertad se puede aumentar el riesgo por enfrentarse a problemas relacionados con la sexualidad y la identidad de género, conflictos familiares, resultados escolares, entre otros.
Focos rojos que podrían aumentar el riesgo de padecer depresión
Si bien, la depresión tiene causas diversas, como una predisposición genética, también hay factores ambientales que contribuyen a desencadenarla, como las estructuras sociales, económicas y culturales. María Elena Esparza Guevara, consejera en género del Consejo Ciudadano de la CDMX, explica para La Cadera de Eva que estos últimos inciden en una autoestima baja o incluso tienen que ver con violencia familiar, sexual, económica, psicológica, entre otras.
Estos elementos ambientales contribuyen a que sean mucho más difíciles de identificar estas violencias, de manera que se van normalizando y generan estragos en la autoconfianza, en el autoconcepto y, finalmente, en la autoestima, añade María Elena.
“Una mujer violentada, una mujer agredida cotidianamente a nivel físico sexual o emocional, sí está más propensa a padecer depresión”, mencionó.
La brecha de desigualdad y la sobrecarga laboral también inciden en desarrollar problemas de depresión y ansiedad. Las mujeres se enfrentan a roles y estereotipos de género que las designan a las tareas domésticas y de cuidado, mismas que reducen sus posibilidades del autocuidado y bienestar de su salud mental. En la nota "Preocupaciones y recordatorios mentales: ¿qué son los cuidados pasivos?" profundizamos en cómo estas labores generan índices más altos de insomnio y estrés en las mujeres.
Para conocer más sobre el impacto de las brechas de desigualdad de género, te invitamos a leer:
- Ser mujer y tener piel oscura: dos condicionantes que limitan oportunidades
- ¿Por qué las mujeres tienen más dificultades para recibir un salario justo?
- Sistema Nacional de Cuidados: qué es y cómo afecta que no exista en México
- Ser hermana mayor: hablemos del trabajo de cuidados en la infancia
Otros elementos que contribuyen a la depresión en las mujeres son:
- Transtorno Disfórico Premenstrual
La mayoría de las mujeres que sufren el síndrome premenstrual (SPM) presentan síntomas menores y de corta duración, como hinchazón abdominal, sensibilidad de las mamas, dolor de cabeza, ansiedad, irritabilidad y tristeza; sin embargo, algunas padecen estragos más severos e incapacitantes, los cuales interrumpen sus estudios, trabajos, relaciones u otras áreas de la vida; por lo que el SPM se puede convertir en trastorno disfórico premenstrual (TDP), un tipo de depresión que suele necesitar tratamiento. Los cambios cíclicos del estrógeno, la progesterona y otras hormonas alteran la función de los químicos cerebrales que controlan el humor, como la serotonina.
- Embarazo
De acuerdo con información de Mayo Clinic, durante el embarazo ocurren cambios hormonales drásticos que pueden afectar el estado de ánimo, pero hay otros problemas que pueden aumentar el riesgo de sufrir depresión durante el embarazo o en el periodo de intentar quedar embarazada, tales como cambios en el estilo de vida, falta de apoyo social, enfrentar un aborto, la infertilidad, la suspensión de tratamientos antidepresivos y la depresión postparto.
Para conocer más, te invitamos a escuchar este episodio de El Podcast de Eva:
- Perimenopausia y menopausia
El riesgo de depresión puede aumentar durante el paso a la menopausia, en una etapa que se llama perimenopausia, cuando los niveles de hormonas varían de forma irregular. El riesgo de depresión también puede aumentar durante la menopausia temprana o después de la menopausia, ya que en ambas ocasiones los niveles de estrógeno se reducen significativamente.
¿Cómo empezar a validar lo que sentimos?
María Elena Esparza Guevara menciona que en el caso de las mujeres los mandatos de género fungen como un filtro que atraviesa todas sus experiencias, por ejemplo: “Tenemos el mandato de alegría, porque desde muy chiquitas aprendemos que cuando sonreímos nos vemos más bonitas y que entre más simpáticas seamos también vamos a ser más agradables, más queridas”. De manera que las niñas aprenden que alguien gruñona no le va a gustar a nadie.
"Aprendemos desde muy pequeñas a mostrar una cara al mundo, aunque dentro de nosotras haya una tormenta y como adultas seguimos reproduciendo esas expectativas que se trazaron para nosotras desde niñas, y aprendemos también, como el otro mandato es el de la cuidadora, que pues primero van los demás: primero tengo que atender a todo el mundo, tengo que hacerlo superbién en la familia, tengo que hacerlo súper bien en el trabajo, tengo que además poner buena cara, aunque dentro esté yo muy afligida".
María Elena menciona también que de la depresión postparto se habla poco porque la maternidad está muy romantizada, “entonces parece que va a ser el momento más feliz de tu vida y cuando esa mujer que está empezando a maternar realmente no se siente la más feliz del mundo, pues puede haber muchos sentimientos de culpa, de vergüenza”. De manera que toda esta carga cultural que ha invalidado las emociones de las mujeres se convierte en un filtro de gran riesgo a la hora de que se desencadena la depresión.
Sin embargo, no hay emociones positivas o negativas. La consejera en género del Consejo Ciudadano de la CDMX explica que hemos aprendido que “es malo estar enojada o que es malo estar triste, pero no, no hay emociones buenas o malas. Todas las emociones son tuyas y es indispensable nombrarlas, señalarlas, sentirlas, vivirlas”.
Su recomendación principal sería empezar por validar nuestras emociones por medio de este ejercicio:
Frente a ti misma o misme, frente al espejo, atrévete a mirarte ahí y decir hoy no estoy bien, hoy estoy triste, hoy me siento desmotivada/desmotivade u hoy siento que no soy buena/buene para nada.
O todo lo contrario, cuando estés de buen ánimo, frente al espejo puedes reconocer tus logros, vivir tu éxito sin el síndrome de la impostora y validar las emociones primero frente a ti y luego frente a tu círculo significativo.
“Yo siempre digo, bueno en Ola Violeta AC siempre decimos que si no le puedes contar tus emociones a tu círculo significativo, pues ahí no es, o sea, si no le puedes decir a tu pareja cuando estás triste y cuando estás feliz, ahí no es", concluye.
¿Cómo saber si lo que estoy viviendo es depresión?
Según la OMS, aproximadamente 280 millones de personas en el mundo tienen depresión y cada año se suicidan más de 700 mil personas a causa de ésta, por lo que aprender a reconocer sus manifestaciones podría contribuir a solicitar atención temprana con especialistas en salud mental.
Entre 2019 y 2023, el Consejo Ciudadano de la CDMX proporcionó 175 mil 312 atenciones a nivel nacional y en el extranjero, vinculadas con problemas de pareja, familiares, violencia doméstica, manejo de emociones, duelo, violencia sexual, entre otras; y a partir de este trabajo cercano con la atención a la salud mental, el organismo diseñó el “depresómetro”.
El depresómetro es una herramienta que determina 10 niveles que van desde estar triste, llorar por cosas por cosas que podrían parecer pequeñas y enfadarse con facilidad, hasta perder el interés por situaciones que antes se disfrutaban, aislamiento, desesperanza e ideación suicida. En este Día Mundial de la Lucha contra la Depresión te invitamos a tomar una pausa para identificar cómo te sientes y pedir ayuda si te identificas con algunas de las señales que se mencionan aquí.
El Consejo Ciudadano de la CDMX cuenta con la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533, que ofrece atención mental gratuita, libre de estigmas y discriminación. Funciona 24/7, no tiene límite de tiempo y está disponible para todo el país.